VV Costera Sur-Boquera de Tabala-Sierra del Cristo-AR La Fuentecica-Torre Miralles-Casa Torre Condes de Almodovar

 

Salgo desde el Auditorio Victor Villegas, 

cruzando los Dolores pasando el colegio, 

giro por la derecha a la carretera hacia San José de la Montaña; pasado el puente sobre las vías del ferrocarril, cambio de dirección a la derecha para enlazar con la Vía verde de la Costera Sur; 

integra a los municipios de Zeneta, Alquerías, Los Ramos, Torreagüera, Beniaján, San José de la Vega, Los Garres y Los Dolores. 

Hay planes de alargarla para conectar con el bulevar del soterramiento llegando hasta Alcantarilla.

Me salgo unos metros por un tramo de la alfombrada rambla de Torreagüera

 y vuelvo a la vía verde; 

salgo a la Carretera de Alquerías y Los Ramos en busca de su Casa Blanca, 

caserío ruinoso del siglo XVIII próximo al castillo medieval de Tabala (siglos XI-XII), controlaba el nudo de comunicaciones entre Andalucía y el Levante a través de la costa, así como el Puerto de San Pedro y las extensas explotaciones agrícolas regadas por la acequia de Zeneta. 

Se trata de un complejo rural de estilo barroco popular del siglo XVIII. Cuenta con casa señorial, bodega, almazara, y cuadras.

Reanudo la carretera de San Javier hacia el Puerto de San Pedro; a la altura de la entrada al Cabezo de la Plata, tuerzo en la rotonda hacia el Embalse de la Pedrera, cruzo sobre la Línea Madrid-Cartagena; 

corto la autovía RM-1

 y giro a la izquierda en el primer cruce por la pista de tierra de los Almarchas, con vistas sobre la Sierra del Cristo, entre los cultivos de cítricos y el saladar de la Boquera de Tabala con matorral bajo con especies como el Salao, el Almarjo, la Siempreviva o el Taray, adaptadas todas ellas a lugares con abundante sal en el terreno. 

El nombre de “Boquera” hace referencia a un sistema de riego tradicional que consiste en aprovechar las aguas de lluvia que circulan por la rambla mediante la instalación de una presa en su lecho. 

Es de destacar su papel histórico como vía de paso del ganado que venía en invierno, sobre todo desde Cuenca y Teruel, por el Cordel de los Valencianos y que se dirigía hacia la provincia de Alicante por la Cañada Real de Torreagüera.

Paso junto al campo de aeromodelismo, 

rodeando hacia la Serreta, 

giro en ascenso

 a la cresta lomera de la Sierra del Cristo, por pista erosionada por la escorrentía con rampón incluido; 

tras disfrutar del paisaje, 

vuelvo sobre mi rodada al cruce descendente al área de recreo de la Fuentecica.

Cruzo Zeneta en dirección Oeste, giro a la derecha en Los Millares por el Camino de los Carrillos/Vereda Tabala; 

atravieso los túneles formados por la RM-1, 

tomar el Camino del Reguerón a la vereda del Chocolate

para visitar el palmeral que rodea la casa-torre, Torre de Rocamora o Miralles, data del siglo XVIII y posee una ermita dentro del complejo.

Entronco con la carretera Vieja de Orihuela, pasando por la preciosista Capilla de Santa María de la Huerta 

dedicada a la Virgen del Huerta; 

en su interior destacan los frescos pintados en sus techos, 

 y la lámpara de cristal que pende del techo; 

pasados 90 m, giro a la izquierda y entro en la finca donde se encuentra la Casa Torre de los Condes de Almodovar, 

típica de la huerta murciana de finales del siglo XVIII; giro a la izquierda por un paso escondido junto a unas ruinas siguiendo la acequia de Benicomay 

Las casas-torre son edificios señoriales cuyo origen está relacionado con la antigua villa romana y la alquería árabe. Suelen presentar fachada en tres alturas orientada al sur, 



un escudo nobiliario bien visible desde el carril de acceso, símbolo del poder de sus propietarios, piso superior con huecos de arquería en la fachada donde se criaba el gusano de la seda y se almacenaba la cosecha. 

Su ubicación en una amplia heredad con zona de regadío sin aldeas o pueblos, daba nombre a sus veredas, parajes y carriles. La ermita adosada o próxima a la torre comunicada por un pasillo exterior la utilizaban como oratorio familiar. 

Una parte del espacio se dedicaba al trabajo rural, en el patio se construían la pila, el pozo y el horno, en la puerta principal no podía faltar la parra, ya en el siglo XIX se transformaron en casas de veraneo al desaparecer el cultivo industrial de la seda.

Salgo de nuevo a la carretera y vuelvo a girar a la izquierda por carril al Área de Autocaravanas

 y la mota del río Segura 

de vuelta al carril bici hacia el punto de salida.

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