Saladar de Punta de Las Lomas-Yacimiento del Castillico-Reserva Natural de las Amoladeras-Salinas de Marchamalo
Camino unos metros desde la esquina del Restaurante El Secreto Lounge, al paseo marítimo de la Playa Mar de Cristal;
sigo por la derecha hasta su final en el chiringuito;
cruzo por el Saladar de Punta de Las Lomas
siguiendo la Colada del Mar Menor.
El Mar Menor es la mayor laguna litoral de toda España con una extensión de 135 km²; se trata de una depresión separada del Mar Mediterráneo por una barra de arena emergida: La Manga.
El Paisaje Protegido de los Espacios Abiertos e Islas del
Mar Menor está compuesto por distintas áreas ribereñas: Playa de la Hita,
Saladar de Lo Poyo, Marina del Carmolí, Salinas de Marchamalo y Playa de las
Amoladeras; también se integran los cabezos de San Ginés, del Sabinar y
Carmolí, junto a las Islas de origen volcánico: Isla Mayor o del Barón, Isla
Perdiguera, del Ciervo (Islas Mayores); Isla del Sujeto e Isla Redonda (islas
Menores).
Tras la Playa del Arsenal,
me acerco a ver el Yacimiento del Castillico,
restos presentes de la antigua fábrica de salazones construida durante la época romana;
continúo por Playa Honda con maravillosas vistas sobre la Manga;
paso junto a un pantalán
en el inicio del paseo marítimo de Playa Paraiso;
a su final, sin enlosar, comienza Playa de Salinas,
le sigue la Playa de los Alemanes y,
rodeando la Urbanización Salinas de Ribenor con numerosos bares, accedo a la destartalada Playa del Vivero; camino pegado a la orilla debido a la arena;
enfrentado a Puerto Bello,
hago un rodeo cambiando de dirección, para cruzar la Gran Vía de la Manga y salir a la Playa del Barco Perdido.
Vuelvo a caminar lamiendo las olas en la Playa de las Amoladeras;
las vistas de la punta del Cabo de Palos y su faro son estupendas, no así la rocosa playa;
entro por sendero de cuerdas rodeando la Reserva Natural de las Amoladeras, cuyo valor ecológico proviene de ser una de las zonas de dunas móviles que presentan los cordones litorales en La Manga,
destacando la presencia de comunidades de vegetación adaptadas a las dunas, se formaron, igual que La Manga por sedimentos provenientes de la desembocadura del río Segura, al arribar a la formación rocosa de Cabo de Palos.
La datación
es posible gracias a los yacimientos humanos encontrados de un poblado
neolítico, de alrededor de 13.000 años de antigüedad; Se han hallado restos de
sus habitáculos en forma de castros, con cerámica y collares de conchas
fechados en esa época (se encuentran en el Museo Arqueológico Municipal de
Cartagena).
Cruzo la carretera para tomar a la izquierda una traza senderil con abundante matorral, me conduce por el paraje de los Triolas, a las antiguas instalaciones de las Salinas de Marchamalo (Salinera Catalana);
hago unos metros por carretera observando los charcones,
cruzo el
canal para observar de cerca la abundante avifauna; los flamencos me regalan con
un espectacular alza de vuelo.
Voy rodeando las abandonadas salinas y disfrutando de los matices que provocan los reflejos de la luz solar al incidir sobre las acumulaciones de sal;
el auge salinero se produjo a partir del siglo XVI como conservante alimenticio; las Salinas de Marchamalo están constituidas por un humedal con salinas costeras; de origen artificial, suponen un recurso natural de importancia faunística.
La mecánica de su explotación se lleva realizando con el sistema de inundación, desde tiempo de los Fenicios y especialmente desde la dominación romana, de cuyo uso se deduce la palabra salario, puesto que a los obreros se les pagaba con sal “el oro blanco”; llenando sus lagunas poco profundas con aguas del Mar Menor, de mucha mayor salinidad que el Mar Mediterráneo y a esperar que la insolación natural de la zona provoque la evaporación del agua, dejando el residuo salino.
La evaporación del agua deja accesible una gran cantidad de
peces atrapados en las lagunas, suponen el alimento de un tipo de avifauna especializada en este medio:
avocetas (dotadas de largas patas palmeadas y pico curvado hacia arriba y
delgado en su extremo), cigüeñuelas (aves limícolas), flamencos rosa (zancudos de gran tamaño con el pico curvado
que utiliza para escarbar los fondos con la cabeza sumergida) y el fartet,
curioso pez que raramente supera los 5 cm.
Me salgo por el Observatorio al paseo marítimo,
enlazando con el track ahora de vuelta,
encuentro muerta una cría de Rata Noruega (Rattus
norvegicus) que las hormigas tratan de arrastrar; estos ejemplares propios de
esta zona, viven en colonias y escarban madrigueras; son omnívoras, consumiendo
frutas y semillas así como insectos, huevos de insectos o reptiles y basura
humana, por lo que se acerca fácilmente al hábitat del hombre. Su depredador
natural es el perro y el zorro.
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