Bárcena Mayor-Sendero de Fuente Clara

Bárcena Mayor, pequeño y bonito pueblo del municipio de Los Tojos (Cantabria), enclavado en el Parque Natural Saja-Besaya, que destaca por su arquitectura homogénea y de tradición montañesa con solanas floridas, soportales abiertos por arquerías de sillería, casas de dos plantas, cerramientos en madera y rejería de forja, 

declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1979, forma parte integrante al realizar la ruta del Sendero de Fuente Clara.

Salimos del extenso aparcamiento

 junto al cementerio y a la entrada del pueblo (de pago en temporada alta), 

comenzamos por las Casas Gemelas, Casa Rectoral, fuente y lavadero; 

seguimos por la Hilera de la Franca

 a una plazuela, 

salimos por la Casa de la Calle Larga

 al lavadero

 y desde la Casa del Barrio del Puente

 al Río Argonza.

Volvemos por la Casa del Mesón, 

dejando el pueblo por la pista agrícola encementada del GR-76; 

vamos hacia Puertos de Fuentes;

 

junto al corral para ganado vacuno de Llano Castrillo, 

se inicia por la izquierda

 el Sendero de Fuente Clara; 

vemos un castaño seco monumental comenzando el ascenso; 

entramos bajo pinar con sotobosque de helechos, tojos y gramíneas, que a veces invaden el sendero;

 pasamos por una zona donde la corteza de los pinos ennegrecida, denota el angustioso incendio intencionado el 27 de diciembre del 2015, que puso en vilo a los 90 habitantes de Barcena.

Dejas atrás una fuente, 

antes de alcanzar la máxima cota del recorrido; 

entramos al Valle de Cabuérniga, 

remontamos el paso de un arroyo por rústico puente con tableros de madera; 

descendemos raudos

 al puente sobre el Río Argoza o Lodar, 

para volver por la cómoda pista entre castaños

 de nuevo al pueblo, cruzando por el área de Braña Castrillo.

Esta vez a la entrada del pueblo, nos desviamos cruzando por la Casa con Pasadizo, trasera a la Iglesia de Santa María; 

la introducción de los nuevos cultivos como el maíz, se generaliza y la “pajareta”, espacio a modo de pequeño granero, evoluciona a la “solana”, balconada situada en la segunda planta de la vivienda y lugar que cumplía la función de secadero; 

de nuevo en la calle de salida, vemos un extraño aparato de gimnasio abandonado en una esquina;

 nosotros cerramos track a la espera de tomar en el Mesón La Jontana (solo hay dos abiertos), un cocido montañes y unos judiones con jabalí, para reponer fuerzas.

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