“Hartá de sendas” desde la Sierra de Manzaneque a la Cuerda del Buitre en Pliego

 

Accedo desde la carretera de Mula a Pliego C-3315. Parto desde el extenso aparcamiento de la Avenida del Cinto por la C-4; dejo a la izquierda la Ermita Nuestra Señora de Los Remedios, del siglo XVIII y estilo barroco; 

a la derecha la fortaleza de Pliego, enclave desde el que se domina la población y el antiguo poblado fortificado de La Mota (Castillo de las Paleras).

Pasado el puente, 

en el cruce, 

sigo por la pista a la izquierda de la Sierra Manzanete; tras 200 m, tuerzo por la Senda de La Muela, de irregular trazado junto al acantilado rocoso y muy chula, 

me acerca a los Miradores de La Cruz y La Muela, dominando el valle del río Mula y la llanura del Guadalentín.

Pasando junto al vallado con vistas del Castillo de Pliego, 

acabo de rodear el Alto de La Muela; hago un tramo de 430 m por la C-4, para coger a la izquierda en la bifurcación, una pista entre almendros y pinar 

que me aboca al paso por pista de la finca del Garrovillo e inicio del Barranco del Äguila, con cadena y cartel de prohibido el paso;

 pero para acceder a mi destino, monte público al alto del Cairel (575 m), tengo que seguir por aquí; la única construcción de la zona (Casa de Blaya) esta en ruinas; 

paso por dos degradados rampones antes de pedalear equilibrado por el pinar al vértice geodésico.

Inicio el ansiado descenso por trialera entretenida y de pedruscos incrustados en algún tramo; 

de vuelta a la carretera, continuo 270 m a la bifurcación anterior, pero esta vez giro por pista a la derecha, dejando atrás el depósito municipal del agua (Muela) 

hasta abandonar la pista y pasar por el otro Cairel (599 m), el de El Pinar, para descender cortando la Rambla de Canfur; 

voy atento a torcer a la izquierda y enlazar con otra senda de bajada con mejor firme y tornantes.

Continuando a la izquierda por pista semiasfaltada, marcho pendiente de seguir a la derecha por la preciosa Senda del Fontanar; 

acaba en pista asfaltada rodeada de almendros, 

junto a la Casa de la Fuente de Chirín

 y magníficas vistas de Sierra Espuña.

Realizando un trecho por la carretera de Pliego a Gebas, voy atento para enlazar, a la altura de una casona, con una pista junto al huerto de almendros; me permite entroncar con el sendero que bordea la Cuerda del Buitre, 

pasando junto a la granja de la Casa del Mariscal; sigo a la derecha en el cruce con las Casas de La Esperanza, antaño las visitaba, pero ahora todo está inundado de carteles, árboles o piedras cortando los senderos y pistas del entorno.

La rápida senda paralela al Barranco de Fuente Higuero, rodea una extensión de almendros 

donde se encuentra el aparcamiento de la Almoloya, uno de los más importantes asentamientos de la cultura argárica; 

cerrando el circuito con la Cuerda del Buitre, enfrento una subida dura por sendero bajo pinar;

 sigo a la izquierda en el cruce de senderos

 y acabo el ascenso por pista con vistas.

Enlazo con el Sendero de la Almoloya PR-MU108; 

lo sigo por la izquierda hasta el collado (526 m), donde se inicia por la derecha, una traza montañera con vistas del Embalse de Pliego;

 el incómodo sendero en subida, antes de descender al aparcamiento de la Sima de la Higuera, pasa junto al monumento de su descubridor.

Apenas si toco pista, y ya comienzo otra subida hacia la Cuesta de Aledo; 

con suelo rocoso y buenas vistas sobre Espuña, 

me dirijo hacia el Alto de Espuña (584 m), teniendo que empujar un corto trecho, para descender después intrépidamente a la carretera en el Collado Espuña (465 m) .

Cruzo el asfalto y me incorporo a un sendero de severa pendiente, poniendo aprueba la técnica de subida y el empuje del motor, acabo en el cruce con la Ruta de los Miradores de Pliego PR-MU 77;

 la sigo para dar un rodeo y alcanzar el Mirador de Pliego, pero se me ocurre que, como me he traído el extender de 252 W, puedo ascender y descender por la trialera del mirador y así lo hago.

Tras disfrutar desde la caseta de vigilancia del excelente mirador sobre el valle de Pliego y Sierra Espuña; 

observado el Cerro de la Almoloya y hecho el descenso, continuo desde el collado (561 m) por sendero paralelo a un ramblizo, cuyo recorrido bastante técnico 

hasta el aparcamiento, me sirve como broche final en esta “hartá de sendas”.

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