Lario-Liegos-Camino de San Pelayo-Collado Demedios-Mina de Cinabrio-Collada de Lois-Acebedo
Salgo a la carretera en descenso pasando por los prados de siega; se hallan esparcidas las balas de heno redondas o rotopacas, fardos redondos que pueden hacerse más densos por volumen y área de la superficie, para alimento invernal de la ganadería bovina.
En 1,9 km, giro a la derecha cruzando por Liegos hacia Lois;
destaca en la parte alta su iglesia parroquial de la Virgen de la Asunción, construida entre los siglos XIV y XVI, posteriormente ha sido reformada en varias ocasiones pero conserva su estructura original.
A la salida de la población, por el PR-32 y Camino de San Pelayo, espanto a una agrupación de cigüeñas que estaban alimentándose en el prado de insectos, lombrices, saltamontes, escarabajos, orugas, roedores, lagartijas, culebras, etc.;
suelen ir tras el tractor cuando remueve la tierra y deja al descubierto a sus potenciales presas; le atraen los pastizales con la hierba cortada y cuanto mas reciente mejor, porque asocian ese olor con la comida.
Accedo desde Carballedo, donde veo una manada de caballos,
al Valle de San Pelayo; pisteo con vistas de la Peña de la Cruz (1829 m) siguiendo el curso del Río Belluco o Zaco,
una maravilla la estampa bucólica que se abre a la vera del camino, bajo el Pico de Yordas (1964 m) y la Peña de la Collada (1727 m).
Paso por uno de los establos abundantes en la zona
y también por un paso canadiense al Collado Demedios (1332 m)
enlazando con la pista de Anciles; realizo un descenso por Prado Demedios con la Trapa (1743 m) de fondo.
En el abrevadero de los Riberos tiro de frenos, porque se agrupan las vacas y no se apartan hasta que estoy encima;
unos metros mas adelante,
dejo la pista que conduce a Lois,
cambiando de dirección a la derecha por el GR-1 en ligero ascenso hacia Acebedo; cruzo otro portón
y le echo un vistazo a un sugerente abrigo rocoso;
me desvio unos metros para ver los restos de la mina de Cinabrio, principal mena de mercurio;
a finales de los años 50, la Sociedad de las Minas de Mercurio de Lois, abriría una nueva galería transversal, perforando la pared de una cavidad kárstica, donde apareció el famoso caldero de la Edad del Bronce (sin destino conocido al parecer), junto con otros restos arqueológicos entre los que destaca un pico de hierro; todavía se conservan en estado deplorable, el horno de calcinación, restos de la batería de condensadores y algunas construcciones.
Retorno a la pista y la encuentro ocupada con dos toros compitiendo por las hembras, esperamos ellas y yo a su final, aunque por distintos motivos;
mientras les hago fotos a buena distancia, el de arriba empuja con tanta fuerza que desplaza tan rápido al de abajo haciéndole derrapar, que me pasan rozando las dos moles, apenas si me da tiempo a apartarme con la bici, vaya susto.
Con las pulsaciones aceleradas, continuo hacia los invernales del Valle de Llorada;
se abre al poco,
dando paso a una larga y dura subida,
cuya segunda parte, transcurre bajo el tupido hayedo
con robles aislados en la zona alta,
donde hay una fuente natural goteando;
en pocos metros,
abro la cancela del portón en la Collada de Lois a 1551 m, junto al nacimiento del Arroyo Erendia.
Inicio del descenso con vistas de la Peña de Todos los Vientos (1635 m) y el Prado de los Tizones por el Valle de Erendia,
sigo a la derecha en el cruce,
hasta enlazar con la ancha pista ganadera hacia Acebedo; me desvio 180 m,
para ver el área y la piscina natural del Arroyo Cea;
a la entrada al pueblo, se oferta la ruta que estoy haciendo pero al revés y para senderismo.
A la salida de Acebedo, hago una parada para fotografiar un chozo reconstruido;
solo me resta cubrir por carretera, en descenso la mayor parte,
2,34 km al aparcamiento.
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