Orbaneja del Castillo-Chozos de Las Losas
Conjunto Histórico desde 1993, debido a la arquitectura popular de tipo montañés que presenta su entramado urbano. Tradicionalmente se comenta que por aquí pasó un ramal del más antiguo Camino de Santiago, los caballeros templarios levantaron el hospital y convento de San Albín, para dar albergue y protección a los peregrinos.
Salimos del aparcamiento
junto al meandro que realiza el cañón del río Ebro, rodeando cerro del Castillo (804 m) junto la impresionante cascada,
que se desliza entre las casa de piedra escalonadas; formando pequeñas pozas aterrazadas
de verdosas aguas.
Las escaleras al lado del arroyo y antiguo molino,
nos introducen entre solanas de madera, orientadas normalmente hacia el sur; nos desplazamos a la izquierda por sus escasas callejuelas, describiendo una herradura con vistas de “el beso de los camellos” (entre ambos camellos podemos ver la silueta de África),
para acercarnos a la entrada de la Cueva del Agua (de pago y cerrada al no ser temporada alta o finde), gruta bajo el cantil rocoso que preside el pueblo y divide en dos partes: Villa y Puebla,
donde brota un manantial que ha producido tobas:
Al deslizarse por el suelo las aguas se cargan del CO2, debido a la actividad biológica de vegetales y bacterias, habiendo disuelto las rocas calcáreas del acuífero durante su trayecto.
Cuando el apoyo vegetal muere y desaparece, deja el hueco que antes ocupaba vacío, de ahí la porosidad de aspecto cavernoso que presenta la toba. La fuerza del agua movía las piedras de unos cinco molinos harineros de los que todavía hoy se conservan restos.
Seguimos por la parte alta del pueblo,
bajo los roquedos de las paredes verticales, pisteando por la cornisa natural donde transcurre la Senda de los Chozos de vuelta;
cortamos un ramblizo tomando por la izquierda en el cruce con los Chozos de Estilla;
ascendemos a las casas abandonadas de Horca Menor,
seguimos rectos campo través por la paramera caliza donde se encuentran
Los Chozos de Las Losas.
Rrealizamos un recorrido por las Tenadas y Chozos de Las Losas, pequeñas cabañas pastoriles construidas en piedra seca, para vivaquear protegidos de las inclemencias del tiempo y guardar los aperos agrícolas.
Construidas con las piedras que quitaban de la pradera para el cultivo las iban apilando para hacerse los chozos; no se usaba tipo alguno de mortero (argamasa, cemento, cal, etc.); la bóveda se compone de rocas colocadas a modo de corona piramidal, hasta unirse en el techo donde una laja lo cierra.
Los hallaremos dispersos por los peores sitios,
dejando los mejores para la siembra y pasto de los animales.
Los chozos pueden ser de distinto
tamaño, con estructura redonda o cuadrada; a estos últimos se les viene abajo
la techumbre antes.
Los habitantes de Orbaneja vivían del páramo, ya que el
núcleo es una empinada terraza del Cañón del Ebro, impracticable para la
ganadería y cultivo. Así es que buscaron arriba, en el páramo, su trillar donde
organizaron un caserío.
Dejamos la pradería de vuelta por el camino de la ida,
observando como sobrevuelan el Cerro del Castillo los buitres leonados;
a la entrada de Orbaneja, nos desviamos para ver la Cueva Barbancho,
ya que la Níspero exige ir agarrados a un cable por una baja y estrecha repisa.
Retomamos las calles del pueblo de vuelta al aparcamiento;
pasamos por la iglesia,
muy reformada, dedicada a Santa María;
destaca su torre y una serie de canecillos conservados de época medieval.
Entre las edificaciones de Orbaneja destacan la Casa Fuerte de los Marqueses del Aguilar, la Casa de los Canes y el Antiguo Hospital.
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