Puerto de la Cadena-Caserío de Lo Pareja-Los Tres Cabezos-Badland del Puerto
Accedemos a la gasolinera del Puerto de la Cadena, seguimos la pista asfaltada por detrás de la misma (Vereda de Torre-Pacheco), en dirección al Caserío de Lo Pareja y las ruinas de la ermita;
estuvo celebrando misas el cura que vivía junto a la familia de la casa, hasta el inicio de la Guerra Civil Española; en el año 1968 la familia se trasladó a Baños y Mendigo, al no disponer de los servicios más elementales en este desolado paraje.
La abandonamos para dirigirnos, realizando un corto trecho campo traviesa,
al Estrecho de Cañada Honda;
a su final, ascendemos por la izquierda tras un pino hacia Los Tres Cabezos, de escarpe rocoso con buenas vistas desde su cumbre; le sigue una zona aterrazada
y la segunda Rambla de Los Cabezos, cuajada de grandes pedruscos erosionados, aflorantes del antaño fondo marino.
Por delante tenemos El Estrecho y la Sierra de Los Villares;
descendemos cambiamos de dirección hacia la Solana del Cerrillar, vemos los incipientes Badlands de Los Estrechos,
enlazamos con la pista de la Finca Constancia;
la seguimos buscando la entrada por el valle de los badland,
echamos un vistazo a una cascada temporal, ahora seca,
tomando el paso tras la misma y entrando por la vaguada cada vez mas estrecha;
observamos cómo ha cambiado en su fisonomía unas figuras que han ido erosionándose relativamente rápido.
El pueblo indio Lakota lo denominó «malas tierras». Se forman en áreas de infrecuentes pero intensas lluvias y escasa vegetación, produciéndose una erosión devastadora.
Los badlands del Puerto de la Cadena son un tipo de paisaje de características áridas, debido al clima semidesértico y erosionado por las avenidas de agua de lluvia, al precipitarse en pendiente sin cobertura vegetal que la frene,
excavando largos surcos, también influye la composición de la roca blanda y tierra rica en areniscas, arcilla, margas, caolín o yeso,
dando lugar a la formación de cañones, cárcavas, barrancos y canales, que desembocan aquí en una rambla.
Los más afamados son el “paisaje lunar”, los “barrancos de Gebas” y los de Albudeite/Campos de Río.
Una vez encajonado y habiendo visto el terreno horadado con pequeñas cuevas, paredones, callejones de formas caprichosas y desplomes recientes que rápidamente coloniza la vegetación e impiden el paso a otras zonas,
iniciamos la vuelta por el embudo que forma el vallecillo de entrada;
acometemos la cómoda subida desde el fondo de la rambla.
Ahora los vemos desde otra perspectiva;
entramos por una abertura del vallado, moviéndonos unos metros por el borde del terreno, mientras voy realizando fotos desde la superficie hacia el fondo e interior de las formaciones, cuidando de sortear los pozos abiertos de profundidad considerable;
atajandamos al otro extremo salvando la baja alambrada para ir bordeando la parte ancha del embudo que forma el valle ramblero, propiciando el fenómeno de los «Badlands».
Solo nos resta continuar por la pista de vuelta al aparcamiento, pasando por el depósito de Aguas Murcia.
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