Cehegín monumental



Accedemos desde la Autovia Murcia-Caravaca por la Salida Nº 55 (Cehegín Oeste);



cruzamos en la primera rotonda bajo la Vía Verde del Noroeste;



tomamos en la segunda rotonda la primera salida por carretera arbolada;



a la entrada de la población, torcemos por la izquierda paralelos al Río Argos,



junto al Quípar, con sus fértiles vegas, dominan el centro y oeste del municipio; son los dos ejes principales, dotados de agua prácticamente todo el año, lo que ha permitido su explotación a lo largo de la Historia; un indicador nos manda al aparcamiento disuasorio, nosotros seguimos rectos, aunque un cartel avisa del final,



donde hay 5 aparcamientos y allí aparcamos.



Iniciamos andadura turística desde la Calle Cervantes, en ascenso hacia el  Casco Antiguo de Cehegín, declarado en 1982 Conjunto Histórico-Artístico por el Ministerio de Cultura de España.



En época íbera, surgió una de las principales concentraciones urbanas del mundo clásico en la comarca, Begastri; el asentamiento de Begastri



pasó a ser elevado a la categoría de Municipio Romano, lo que llevó consigo la construcción de numerosos edificios de época clásica; constituyéndose en esta época como una de las principales ciudades del sureste español, su ubicación en el Cabezo Roenas (Cabezo de las ruinas) se halla en las cercanías del actual núcleo urbano.



En el primer cruce seguimos por la Calle Cubo, giramos a la derecha subiendo escaleras junto a unos lirios y cipreses;









volvemos a tomar las escaleras de la Calle Santa Maria Magdalena,



límite del primer recinto amurallado (siglo XV), vemos un lienzo de la muralla donde estuvo la Torre de Martín Pérez,







accedemos a una recogida plazuela,



seguimos subiendo al cruce de calles; continuando por la derecha (Calle Polo de Medina), los restos del cableado eléctrico antiguo y las viejas balconadas de madera,



nos acompañan hasta el entronque con las Calles Pintor Pascual y Romea; en la Calle Arco Plaza Vieja vemos un portón de carruajes, cuya evolución futura serán las puertas de garaje con mando a distancia.




Desde la Calle de la Iglesia divisamos la parte norte ceheginera;



pasamos por delante de la Iglesia-Museo de Santa María Magdalena, obra de Jerónimo Quijano, arquitecto de la diócesis de Cartagena en el siglo XVI;









el museo está constituido por la propia iglesia y las obras que contiene, tanto en el campo de la arquitectura, la escultura y la pintura;



algunas de ellas datan del siglo XVI; los sillares que se emplearon para su construcción, procedían del yacimiento arqueológico de Begastri, al igual que la “Dama de Cehegín”( siglo III d. C. pieza de 75 cm de altura tallada en bajo relieve en un bloque de arenisca, representando una figura femenina con un espejo en su mano izquierda y un vaso en la derecha, motivos vinculados a representaciones del mundo funerario durante el imperio romano);



la “Cruz de Begastri” (objeto litúrgico de bronce de 39,5 cm de alto y 31,8 cm de ancho en los brazos; consta de un disco monogramático de 3,7 cm de diámetro; decorado con figuras de dos delfines unidos a la cruz mediante cadenas; la cruz podría colgar sobre un altar como era habitual en este tipo de objetos, frecuentes en el arte visigodo)



y el “Ara de Jupiter” menciona un municipio o “Respublica begastrense”.



Un incendio en 1936 hizo que la iglesia (construida sobre una antigua mezquita musulmana) sufriera graves daños. La nave central y laterales está cubierta con bóveda de crucería; en las claves principales se encuentran esculpidas Cruces de la Orden de Santiago y la figura a caballo del propio Santiago; la torre fue adosada en el siglo XVIII y es un cuerpo de mampostería y ladrillo. Alberga en su interior Tallas de San Sebastián y de San Juan del siglo XVI, Pintura del Descendimiento del siglo XVI de la escuela flamenca,



Pintura en lienzo del Nacimiento, del siglo XVII; Retablo Mayor de estilo churrigueresco, formado por tres cuerpos de orden corintio, así como la imagen de Santa María Magdalena, (siglo XVI) tallada en un solo tronco de olivo (estuvo policromada), se presenta con un Evangelio abierto en su mano izquierda, en la derecha lleva un pequeño frasco de ungüentos, en la cabeza una diadema; los pliegues de su túnica la muestra como una princesa (simbología propiamente templaria), no como la pecadora sino como una mujer de noble cuna y de clase social alta, con la que Jesús habría tenido una especial vinculación y a la que los Templarios adoraban. El cura decidió retirar aquella imagen, encargando otra que la representa como más pecadora, penitente con un pequeño crucifico y una calavera (se conservan algunas fotografías, ya que fue arrasada por las llamas en 1936).



En el último tramo cercano al altar (actual capilla de Nuestra Señora del Carmen, antes capilla del Rosario), en una de las pilastras adosadas al muro, se encuentra una 'R invertida' propia de la simbología templaria. Desde las bóvedas, también en el exterior, se pueden encontrar desde crismones, así como tres 'G masónicas' en el muro de la nave de la epístola, en el lateral exterior. También se pueden ver relojes de arena acostados, que además de estar vinculados a la orden templaria, en muchos casos, servía a los canteros para marcar el trabajo realizado y posteriormente poder cobrarlo.



Entre 1266 y 1312, Cehegín, junto con Caravaca, Bullas y el Señorío de Canara fueron unas tierras regidas por los templarios, a través de distintos fueros hacia esta orden religiosa, y que cinco años después de la disolución de la orden, en 1307, se mantuvieron en Cehegín.



Coronamos la Plaza del Castillo con vistas de los tejados y monumentos circundantes, reflejados por un cartel en el centro del jardíncillo,





acompañando al monumento al nazareno;



nos acercamos a los Soportales,



construidos en 1725 sobre columnas de arenisca de estilo toscano,



para sustentar los palcos de las familias nobles durante los actos de la Plaza Mayor;





enfrente nos espera el Palacio de los Fajardo;



adosado a la Casa del Concejo, noble residencia borbónica del siglo XVIII, este palacio barroco de carácter civil, tiene su puerta de acceso enmarcada por pilastras de mármol de Peñarrubia; la planta principal presenta cuatro balcones y el ático;



sobre el balcón principal se encuentra el blasón de la familia Fajardo, aunque su fachada carece de simetría, resulta de gran dinamismo, gracias a la variedad de materiales, recursos arquitectónicos y decorativos aplicados en su diseño.



Actualmente forma parte del adosado Museo Arqueológico Municipal,



con colecciones arqueológicas que recorren la Historia y la Prehistoria del municipio y su comarca; a destacar las existentes sobre el Santuario Ibérico del Recuesto, la ciudad  Tardo Romana de Besgatri, o los materiales encontrados en las excavaciones del Castillo de Alquipir.




El Museo Arqueológico de Cehegín ocupa varios inmuebles históricos, de relevancia en la arquitectura barroca de la Región murciana, en su día conformaron parte de la fachada de la Plaza del Castillo, como la Casa del Concejo, construida en torno al año 1664;



consta de dos plantas al estilo del barroco murciano más sobrio, fue concebido como sede del Concejo o gobierno de la villa y también se utilizó como casa cárcel. Posee un majestuoso pórtico de tres columnas de orden toscano, sostienen dos arcos de medio punto que dan acceso a la escalera principal. En el entrepaño aparece el escudo de armas de la ciudad y bajo éste una placa conmemorativa.



Calle Mayor abajo, vamos captando detalles y rincones 









hasta detenernos en la Casa de los Condes de Arriba (siglos XVIII y XIX), perteneciente a los descendientes del Duque de Ahumada,



es un edificio con influencias tanto del barroco, como del neoclásico y el modernismo, compuesta por dos plantas y ático,



la puerta principal flanqueada columnas de orden toscano, balcón central con dos blasones de la familia Chico de Guzmán,



en su interior se conservan la sala de trofeos, el dormitorio principal y las cuadras donde se han guardado intactos todos los carruajes, ropajes y uniformes de la orden de Santiago.



Las plantaciones de esparto y de cáñamo, sirvieron para dotar al municipio de una fuerte industria cordelera y alpargatera; en el último cuarto del siglo XIX, Cehegín apareció en el panorama minero regional como un importante productor y exportador de mineral de hierro.



La crisis económica mundial de 1929 y el posterior auge de las fibras sintéticas, hizo casi desaparecer las industrias del esparto y el cáñamo. El resurgir posterior de la economía del municipio, ha venido marcado por el cultivo de frutales como el albaricoquero o el melocotonero; acompañados de industrias conserveras, de las canteras de mármol y turístico.



En la misma acera encontramos la Casa de las Boticarias (siglos XVII-XVIII),



con dos partes bien diferenciadas: una barroca, con entrada enmarcada por dos columnas de orden jónico, procedentes del templo de Júpiter del municipio romano de Begastri,



 



y otra neoclásica, con un escudo de la familia Álvarez en su fachada;



en el interior un interesante claustro o patio-corredor, fabricado en madera, cuenta con un aljibe central. La denominación de la casa se debe a las famosas y populares boticarias, las hermanas Ortega Lorencio. La construcción estuvo destinada en un principio a monjas de la Concepción, por ello tiene una disposición claustral.
Al lado de la Casa de las Boticarias, la Casona de Don Amancio Marín y Ruiz de Assín (siglos XVIII-XIX)







destacable por su patio interior neogranadino.
En la Plaza Mesoncico, conocida antiguamente como Placeta del Sol, se reunía la gente para eventos sociales, encierros de vaquillas o celebración del Corpus, actualmente se usa para el canto de Saetas en Semana Santa o la toma de uvas en Año Nuevo;  giramos por la izquierda en descenso (Calle Cuesta Moreno), en el nº 13 la fachada, al parecer rehabilitada, cuenta con dos escudos de armas;



nivelamos por la derecha en la bifurcación (Calle Tío Cayetano),



con buenas vistas sobre el casco antiguo,









para alcanzar la Iglesia de la Purisima Concepción;



su origen se cree alrededor de finales del siglo XV o principios del XVI, de estilo es renacentista, consta de 3 naves y coro alto a los pies;



las naves interiores se apoyan en columnas toscanas y de estilo jónico en el presbiterio, tiene una rica cubierta, policromada y con una gran piña de mocárabes y estrellas;



la parte interior está constituida por una  cubierta mudéjar de madera, con bóveda de crucería octogonal, posee la singularidad de tener inscripciones pintadas.
Rodeamos tanto iglesia,



 jardín



y Mirador de la Vega,



antes de proseguir por la Calle Diego María Chico de Guzmán;



descendemos la escalinata para volver por la Calle López Chicheri y la Casa de los Condes Villar de Felices;



edificio nobiliario del siglo XV, perteneciente a la Marquesa de Villar de Felices, barroco, con un amplio patio interior, torre lucernaria central y un torreón que hace las veces de mirador formado por tres cuerpos; la fachada, tallada en piedra de arenisca con los escudos nobiliarios de las familias Carreño y Ruiz López.



Enfrente de la Oficina de Turismo



se encuentra la Casa del Conde de Campillos,



neoclásico de tres pisos, en su fachada subsisten la forja y las ventanas de estilo mallorquín del siglo XIX.



Adosada se halla la Casa Jaspe (siglos XVIII-XIX),





actual sede del Ayuntamiento; barroco con mármoles jaspeados de las canteras locales; estructurado en siete ejes y dos cuerpos con ático, perteneció a las familias Salazar y Massa.




Sin entrar en la plaza Mesonico, descendemos cambiando de dirección junto a una casa de ladrillo visto y mosaico de la Virgen de las Maravillas;



al llegar a la Casa Torre de Doña Blanca,



volvemos a cambiar de dirección, descendiendo por la Calle Cañadica; ascendemos unas escaleras



para seguir a la izquierda por la Calle Unión;



en la bifurcación continuamos por Calle la Cadena,





para salir a la parte trasera del Museo Arqueológico,











la Bodega del Palacio de Los Fajardo



 

y la antigua Cárcel;





cruzamos el túnel que supone el Callejón de la Cárcel,





para tomar a la izquierda el siguiente túnel de la Calle Esteban Zarco.





Descendemos por Estafeta



a Regino Lorencio donde vemos la Puerta de Caravaca;



de las murallas que protegían la Villa, quedan restos diseminados como este del siglo XII, una muralla y puerta almohade de una alcazaba, construcción a base de un encofrado con argamasa del cal y grava. Cuatro torres componían el primer recinto amurallado de la fortaleza, una de ellas, la Torre del Alhorí, convertida posteriormente en la Puerta de Caravaca;



no hay que olvidar el hecho de que Cehegín, fue creándose al amparo de la torre que tenía la función principal de vigilar y cobrar los impuestos a los habitantes de Begastri, sede episcopal de la España visigoda. Enlazamos con el track de la ida en la plazuela de la Calle Santa María Magdalena,







seguimos por la Calle Marmallejo a la altura de la Iglesia de la Soledad,





volviendo por la Cubo al aparcamiento.

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