Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar
Inicialmente tomamos el sendero paralelo al carril bici
circunvalando parte de las charcas salineras, debido al barrillo cambiamos al
carril bici,
vemos a nuestra izquierda la Torre del Coto (observatorio),
cruzamos primero la carretera al aparcamiento de El Salero,
seguimos rectos
hacia la Playa de La Torre Derribada, caminando por encima de los tableros de
acceso, la escasa fertilidad de los suelos arenosos, las pequeñas gotas de agua
cargadas de sal y arrastradas por el viento, hacen solo posible la adaptación
de las plantas halófitas, bien por su tolerancia o excretando el exceso de sal.
Los pinos carrascos se muestran tumbados por este motivo.
Giramos a la derecha al inicio de la pasarela; parte del
camino se halla con grandes encharcamientos debido a lluvias pasadas, se
agradece contar con las pasarelas de madera para acceder a la Playa de La Torre
Derribada.
Pasamos el Puerto deportivo,
entramos por las Casas de Cotorrillo en
ruinas junto a las Salinas de Coterillo,
en el siglo XVIII se construye un
muelle de la sal, en 1879 la sal deja de ser monopolio del Estado y salen a la
venta, en 1880
el empresario gallego Manuel García Coterillo las compra
(salinas de Coterillo). En 1905 una Mancomunidad las adquiere y amplía sus
instalaciones, construyendo los dos molinos de viento: el de Quintín y el de la
Calcetera (o Ezequiela), así como el camino que los comunicaba. Desde 1920 la
compañía mallorquina Salinera Española S.A. es la actual propietaria.
Vamos a recorrer un estrecho cordón dunar por las Playas de
La Llana: Playas de Las Salinas, de la Barraca Quemada y de Punta de Algas. Como han vallado un tramo de la zona dunar,
tras 600 m, dejamos la playa de
costa baja y arenosa,
torcemos junto al fina del vallado, hacia las dunas
semifijas por la vegetación, accediendo al paso arenoso que va sorteando
charcas y bordeando las salinas.
El Parque Regional de los Arenales y Salinas de San Pedro
del Pinatar, un espacio protegido de la Región de Murcia,
es un humedal con
arenales, un puerto y unas salinas en explotación situado en la parte norte del
Mar Menor.
En el parque se pueden encontrar diversos ecosistemas locales:
estanques salineros, pinar, carrizal, saladar, dunas y golas o encañizadas. En
1998 fue designado como ZEPA y es Lugar de Importancia Comunitaria, formando
parte de la Red Natura 2000.
Caminamos por tramos arenosos mientras atravesamos el
saladar con vegetación esteparia, un suelo cargado de sales, que además se
encharca durante una parte del año y nos obliga a marchar con cuidado por el
cordón dunar.
La variedad e importancia ecológica de los hábitats que se
desarrollan en estos espacios incluyen Pastizales y Estepas salinas, Matorrales
de enebro, Matorrales halófilos y Praderas de Posidonia oceánica.
Existen
charcas almacenadoras, calentadoras y cristalizadoras, según la concentración
de sal y profundidad.
Dejamos atrás una explanada que usan algunos veraneantes
como campo de golf,
alcanzamos Punta de Algas, lugar en el que confluyen el Mar
Mediterráneo y el Mar Menor; en la orilla de la playa observamos grandes masas
de Posidonia Oceánica.
Una de sus utilidades protectoras era la de envolver con
sus hojas los vidrios, cerámicas e incluso pescado, en ocasiones de hambrunas
se las daban de comer a los camellos, y se está considerando la posibilidad de
emplearla como alimento en los rumiantes.
Otro gran uso de la hoja seca de
posidonia era la de insecticida o desinfectante, también para hacer adobe en
las poblaciones costeras donde falte la paja. La restauración de las praderas
de posidonia enriquece el carbono atmosférico y frena el cambio climático.
Nos detenemos en una banda rocosa muy erosionada, donde
comemos entre sus rocas admirando el entorno del Mar Menor, Isla Grosa y La
Manga;
ubicada en la zona de las Encañizadas -Son cañas clavadas al fondo, en
forma de laberinto donde los peces se quedan atrapados-.
Las encañizadas de la
Torre y el Ventorrillo, tienen cada una un edificio de dos plantas para
auxiliar las labores de pesca y albergar al personal (de acceso con
embarcación).
Seguimos por la estrecha barra de tierra entre el mar y las salinas,
observando espumas cargadas con partículas de sal, hacia el Molino de
la Calcetera (o Ezequiela);
desde la Playa de la Mota
al Molino de Quintín, pasamos junto a la zona de "baños de lodo".
El lodo es sacado del
fondo de la charca; tiene un color gris oscuro y consistencia cremosa, se frota
por las diversas partes del cuerpo y una vez seco hay que bañarse en la charca
salada.
Se ha demostrado su eficacia en personas que sufren dolores crónicos y
para diversas enfermedades cutáneas.
Tomamos la acera del carril bici paralelos al canal
perimetral
que protege las Salinas
hasta llegar al aparcamiento.
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