Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar


Accedemos desde la Autopista de la Mediterránia por la salida 774 San Pedro del Pinatar y Pilar de la Horadada, en la primera rotonda seguimos dirección Lopagán, rectos en la segunda para aparcar en la tercera.



Inicialmente tomamos el sendero paralelo al carril bici 


circunvalando parte de las charcas salineras, debido al barrillo cambiamos al carril bici, 


vemos a nuestra izquierda la Torre del Coto (observatorio), 


cruzamos primero la carretera al aparcamiento de El Salero, 


seguimos rectos hacia la Playa de La Torre Derribada, caminando por encima de los tableros de acceso, la escasa fertilidad de los suelos arenosos, las pequeñas gotas de agua cargadas de sal y arrastradas por el viento, hacen solo posible la adaptación de las plantas halófitas, bien por su tolerancia o excretando el exceso de sal. Los pinos carrascos se muestran tumbados por este motivo.


Giramos a la derecha al inicio de la pasarela; parte del camino se halla con grandes encharcamientos debido a lluvias pasadas, se agradece contar con las pasarelas de madera para acceder a la Playa de La Torre Derribada.



Pasamos el Puerto deportivo, 



entramos por las Casas de Cotorrillo en ruinas junto a las Salinas de Coterillo, 


en el siglo XVIII se construye un muelle de la sal, en 1879 la sal deja de ser monopolio del Estado y salen a la venta, en 1880 


el empresario gallego Manuel García Coterillo las compra (salinas de Coterillo). En 1905 una Mancomunidad las adquiere y amplía sus instalaciones, construyendo los dos molinos de viento: el de Quintín y el de la Calcetera (o Ezequiela), así como el camino que los comunicaba. Desde 1920 la compañía mallorquina Salinera Española S.A. es la actual propietaria.


Vamos a recorrer un estrecho cordón dunar por las Playas de La Llana: Playas de Las Salinas, de la Barraca Quemada y de Punta de Algas. Como han vallado un tramo de la zona dunar, 


tras 600 m, dejamos la playa de costa baja y arenosa, 


torcemos junto al fina del vallado, hacia las dunas semifijas por la vegetación, accediendo al paso arenoso que va sorteando charcas y bordeando las salinas.



El Parque Regional de los Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar, un espacio protegido de la Región de Murcia, 


es un humedal con arenales, un puerto y unas salinas en explotación situado en la parte norte del Mar Menor. 



En el parque se pueden encontrar diversos ecosistemas locales: estanques salineros, pinar, carrizal, saladar, dunas y golas o encañizadas. En 1998 fue designado como ZEPA y es Lugar de Importancia Comunitaria, formando parte de la Red Natura 2000.



Caminamos por tramos arenosos mientras atravesamos el saladar con vegetación esteparia, un suelo cargado de sales, que además se encharca durante una parte del año y nos obliga a marchar con cuidado por el cordón dunar. 



La variedad e importancia ecológica de los hábitats que se desarrollan en estos espacios incluyen Pastizales y Estepas salinas, Matorrales de enebro, Matorrales halófilos y Praderas de Posidonia oceánica. 



Existen charcas almacenadoras, calentadoras y cristalizadoras, según la concentración de sal y profundidad.


 


Dejamos atrás una explanada que usan algunos veraneantes como campo de golf, 





alcanzamos Punta de Algas, lugar en el que confluyen el Mar Mediterráneo y el Mar Menor; en la orilla de la playa observamos grandes masas de Posidonia Oceánica. 


Una de sus utilidades protectoras era la de envolver con sus hojas los vidrios, cerámicas e incluso pescado, en ocasiones de hambrunas se las daban de comer a los camellos, y se está considerando la posibilidad de emplearla como alimento en los rumiantes. 


Otro gran uso de la hoja seca de posidonia era la de insecticida o desinfectante, también para hacer adobe en las poblaciones costeras donde falte la paja. La restauración de las praderas de posidonia enriquece el carbono atmosférico y frena el cambio climático.
Nos detenemos en una banda rocosa muy erosionada, donde comemos entre sus rocas admirando el entorno del Mar Menor, Isla Grosa y La Manga; 


ubicada en la zona de las Encañizadas -Son cañas clavadas al fondo, en forma de laberinto donde los peces se quedan atrapados-.


Las encañizadas de la Torre y el Ventorrillo, tienen cada una un edificio de dos plantas para auxiliar las labores de pesca y albergar al personal (de acceso con embarcación).


Seguimos por la estrecha barra de tierra entre el mar y las salinas, 


observando espumas cargadas con partículas de sal, hacia el Molino de la Calcetera (o Ezequiela); 






desde la Playa de la Mota 


al Molino de Quintín, pasamos junto a la zona de "baños de lodo". 


El lodo es sacado del fondo de la charca; tiene un color gris oscuro y consistencia cremosa, se frota por las diversas partes del cuerpo y una vez seco hay que bañarse en la charca salada. 


Se ha demostrado su eficacia en personas que sufren dolores crónicos y para diversas enfermedades cutáneas.


Tomamos la acera del carril bici paralelos al canal perimetral 



que protege las Salinas 



hasta llegar al aparcamiento.


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