Río Turrilla

Accedemos al Mirador del Embalde del Taibilla por la RM-15 desde Caravaca de La Cruz, pasando Archivel y El Sabinar por la AB-702.
Descendemos por escaleras rodeando casa y aparcamiento, 


seguimos la pista en desuso a la zona baja del puente, por donde pensábamos acceder a la Rambla de la Virgen; la excesiva cantidad de agua tras lluvias recientes, nos lo impide; subo por la parte izquierda del puente buscando una bajada por los cortados, pero no se puede acceder al lecho del río; seguimos 100 m por la carretera hacia Nerpio, para rodear ascendiendo el cerro, que a la derecha del puente, nos cierra el paso.


Alcanzamos descrestando el mirador de la pista deleitándonos con las vistas del embalse


poco más adelante, descendemos por traza senderil al cauce de Arroyo Blanco o Río Turrilla, 


nos reagruparnos y lo cruzamos


caminando por su margen derecho; 



volvemos a cruzarlo 



entrando en una zona recoleta de jóvenes nogales, 


donde tomamos el mantente; enfrente divisamos el altivo y magnífico frente rocoso de los Torcales de Arriba; disfrutamos del lugar en solitario, todo un placer para los sentidos, ya que tanto la compañía como el día luminoso y la temperatura ayudan.



Continuamos por un vergel nutrido de choperas



volviendo a coquetear con el agua, 


traemos calzado para movernos por el río, pero no nos hace falta del todo;



 vemos un ejemplar aislado de serbal (Sorbus domestica); 


cruzamos nuevamente el río, 


iniciando el paseo por un antiguo camino de herradura


como se aleja de nuestro camino, viramos ligeramente a la derecha penetrando en zona de espesa vegetación,


aunque la ribera se vuelve impenetrable, guardándole la distancia, entramos en una parte abancalada que debió estar antaño cultivada; atravesando por el matorral herbáceo, nos aproximamos a la unión de los Arroyos Tercero y Blanco


donde damos la vuelta, 


mientras observamos un caballo blanco, tras la puerta enrejada pero abierta.
Dejamos la opción del ir por el lecho dada la hora, 


tenemos reserva en un restaurante de Mula y en Archivel hemos de comprar miel tras el confinamiento; la opción de pasar por la aldea de Las Bojadillas, con las pistas de subida y bajada que hemos pasado, queda para la preparación de otra ruta por el lugar.


Nos aupamos 


transitando por las salvajes y espléndidas praderías del margen derecho, salpicados de preciosas amapolas y cardos pinchosos para disfrute de las alocadas Queca y Veva; 


Walia la matriarca perruna no aprueba tal desmadre y Perrete Tierno cambia de brazos constantemente, el alto matorral y las pequeñas pozas, suponen un obstáculo infranqueable para su diminuto tamaño por muy valiente que se muestre queriendo estar a la altura de sus hermanas.


Descendemos por zona con desplome para cruzar el río, 


bordeando algunos parrales, comenzamos a subir por la margen opuesta, enlazamos con una senda que se aleja de nuestro destino (hubiese sido una opción de bajada menos complicada que la elegida en la ida); 


seguimos zigzagueando o ascendiendo en diagonal, a la pista de vuelta a la atalaya, nos permite admirar otra vez el Embalse del Taibilla; 



dejamos la pista en tendido descenso atravesando por una pinada a la visible carretera; la seguimos un tramo sin tráfico al aparcamiento, cruzamos el puente de un solo arco circular, rebajado con boquillas de sillería y bóveda de sillarejo; tiene 26,2 m de luz y 3,5 m de flecha, tímpanos macizos de mampostería, fue proyectado en 1889 con un presupuesto cercano a las 32.000 pts. (http://www.nerpio.org/puentes/puentes.htm)




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