Rambla de Río Seco y Salinas de San Pedro del Pinatar

Accedo desde la Autopista del mediterráneo AP-7 por la salida 774 hacia San pedro del Pinatar, en la rotonda del barco continuo hacia Lo Pagán y en la siguiente al Mojón, aparco en la explanada del Pinatar Arena.

Continuo ya pedaleando hacia el Mojón, tuerzo a la derecha a la altura de una bodega, cruzando la Cañada Real de la Raya, delimitadora provincial, buscando la pista asfaltada paralela a la Autopista; 

desemboca en la rambla urbanizada, 

enlazando con el carril cicloturista nº 1 hacia el Pilar de la Horadada (La Senda del Pilar al Mar).

El tramo compartido con los peatones pasa bajo varios puentes; 

pero será el del beso el que marque la salida, 

por la derecha al Caserío de Los Segundas y su avenida enfrente de la Finca Los Picos;

 enlazando con el canal del trasvase; 

tras 1 km, aparece por mi derecha el Sendero de Río Seco.

Se encuentra abandonado, muy deteriorado e incluso peligroso y mas con la bici; 

aun me queda salvar un talud 

para encauzarme por la rambla invadida por la vegetación y destrozada por la última DANA;

pinos, garroferos, higueras, acebuches, romeros, tomillos, mastranzos, higueras del demonio, lentiscos, estepas, palmitos, tarayes, retamas, espartos, eneas, juncos y carrizos; todos ellos contra la Rise y yo … Nos dan una paliza.

Empapado y deseando caminar erguido, amén de portear la bici decorada con enredaderas y escupiendo hojarasca, 

aúpo la bici y trepo por un talud para escapar del infierno verde; ahora entiendo a mi madre cuando me decía ¡¡donde te has metido que vienes hecho un cristo!!

Corta una pista el huerto al que he salido y por ella continuo en ligero ascenso; como el hombre siempre tropieza con la misma piedra, vuelvo a intentar meterme en la rambla de nuevo, pero sigue igual de cerrada y ya tuve bastante; será por carretera 

que vuelva a enlazar con mi track en la Torre de la Horadada, pasando por un sendero 

desde el carril bici tras cruzar el paso elevado de la Autopista.

Dejo atrás la emblemática torre vigía del siglo XVI, 

por carril compartido por la red cicloturista nº 3; cruzo la rambla y la pasarela 

que, al no ser ya temporada alta, no molesto a los escasos peatones, para llegarme al paseo marítimo El Mojón.

Tomo la Senda de los Tarays (el taray, además de usarse en la antigua Persia para hacer varitas mágicas, tiene la peculiaridad de excretar por sus hojas el exceso de sal); 

cruzo el puente sobre el canal perimetral que protege las Salinas, circunvalando parte de las charcas salineras; 

por el carril bici paso frente al aparcamiento de El Salero y el Centro de Visitantes Las Salinas. La vegetación sumergida está compuesta por tapetes de cianofíceas, por bacterias y algas unicelulares como la Dunaliella, responsable del color rojizo del agua.A la Dunaliella salina se la conoce por su actividad antioxidante, usada en cosméticos y en suplementos nutricionales como productora de beta-caroteno.


Entro por las Casas de Cotorrillo en ruinas junto a las Salinas de Coterillo; el Parque Regional de los Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar, un espacio protegido de la Región de Murcia, es un humedal con arenales, un puerto y unas salinas en explotación situado en la parte norte del Mar Menor. En el parque se pueden encontrar diversos ecosistemas locales: estanques salineros, pinar, carrizal, saladar, dunas y golas o encañizadas.

Disfruto de la marea baja y las excepcionales vistas, 

alcanzando Punta de Algas 

en la zona de las Encañizadas -Son cañas clavadas al fondo, en forma de laberinto donde los peces se quedan atrapados-. Las encañizadas de la Torre y el Ventorrillo, tienen cada una un edificio de dos plantas para auxiliar las labores de pesca y albergar al personal (de acceso con embarcación).

Pedaleo por una estrecha barra de tierra entre el mar y las salinas, observando espumas cargadas con partículas de sal, hacia el Molino de la Calcetera (o Ezequiela);

desde la Playa de la Mota 

al Molino de Quintín en San Pedro del Pinatar, 

observando a los visitantes junto a la zona de "baños de lodo". 

El lodo es sacado del fondo de la charca; tiene un color gris oscuro y consistencia cremosa, se frota por las diversas partes del cuerpo y una vez seco hay que bañarse en la charca salada. Se ha demostrado su eficacia en personas que sufren dolores crónicos y para diversas enfermedades cutáneas.

Por el carril bici de la Avenida del Puerto llego al aparcamiento.



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