San Cristóbal de La Laguna

Ante la falta de aparcamiento, lo hacemos en el privado del Hotel La Laguna,

activo el track a unos metros en la calle San Agustín, comenzando el periplo rutero por este municipio de las Islas Canarias, provincia de Santa Cruz de Tenerife (España). El nombre guanche de la zona donde se asienta la ciudad era Aguere, nombre de la antigua laguna que existía en el lugar. La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

El primer monumento es la Casa Montañés, 

una bonita casa señorial del siglo XVIII, mezcla numerosos estilos procedentes de Europa como un patio andaluz repleto de plantas, que perteneció al Sargento Francisco Montañés; alberga el Consejo Consultivo de agua de Canarias; 

unos metros mas adelante entramos en Casa Lercaro, 

mandada a construir en 1593 por el teniente general de Tenerife Francisco Lercano de León, exponente destacado de la arquitectura civil de las islas, la originalidad de su patio central 

se debe a las tallas en madera de la planta alta, en su fachada destaca un cuerpo central de cantería con el escudo de armas de su primer propietario; 

sus muros, imitan los ladrillos y dibujos renacentistas. El edificio, propiedad del Cabildo Insular, ha sido restaurado y acondicionado para albergar el Museo de la Historia y Archivo Insular de Tenerife. Sus once salas están dotadas de paneles explicativos, que facilitan el recorrido por la historia de la isla. Destaca la amplia colección de cartografía de Canarias, con obras que datan del s. XVI.

Pasamos junto a Casa Salazar, 

antiguo palacete construido en el siglo XVII, fue destruido en un incendio en el año 2006. 

Perteneció en sus inicios a la familia Salazar, posteriormente albergó un casino y actualmente es la sede del Obispado de Tenerife.

Llegamos al Instituto Canarias Cabrera Pinto, heredero de la Universidad Literaria de San Fernando, desaparecida en 1845. Destaca por haber sido la primera Universidad de Canarias.

El final de la Calle San Agustín es la Plaza de la Junta Suprema de Canarias,

 conocida anteriormente como Plaza de Los Bolos (se empleaban balas de cañón en la práctica del juego). 

En 1808, tras la invasión de las tropas de Napoleón Bonaparte, se constituye en La Laguna la Junta Suprema de Canarias, presidida por el Marqués de Villanueva del Prado, asumiendo los poderes del archipiélago.

Torcemos a la izquierda rodeando la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, emplazada en lo que antaño fue la Villa de Arriba (donde vivían los gremios artesanos, entre otros), destaca su torre de 28 metros de altura (finales del siglo XVII) con campanario de estilo toscano; 

alberga una pila bautismal de cerámica vidriada de la época de la Conquista de Canarias. Cuenta en su interior con destacadas obras artísticas, retablos y altares de gran valor histórico y artístico. En el exterior se encuentra una escultura del Papa Juan Pablo II.

Seguimos por la Calle Herradores pasando por la fachada de la Casa Franco de Castilla, 

construida a mediados del siglo XVIII por el militar Matías Franco de Castilla; sobre la portada barroca de piedra labrada, con las armas del apellido familiar, destaca el relieve de mármol con marco de madera, que representa a la Virgen entre San Juan Evangelista y San Judas Tadeo.

Con el fin de ver el siguiente monumento, giramos a la izquierda en el siguiente cruce para avanzar unos metros a la izquierda (Calle Obispo Rey) y fotografiar la fachada del Teatro Leal, 

construido por orden de Antonio Leal en 1915, con planos del arquitecto Antonio Pintor Ocete, de estilo renacentista ecléctico. Su fachada se caracteriza por la profusión de elementos florales, animales y personajes.

De vuelta a Herradores 

tenemos dos casas casi enfrentadas; una levantada en 1739 por la familia Mustelier, de origen francés, 

con portada central adintelada y rematada por un peculiar frontón con las inscripciónes “I.H.S. 1739” que representa el símbolo o monograma de Jesucristo acompañado del año de fabricación de la casa, y el de “Ave María S.P.C.”, significa “sin pecado concebida”. 

La otra es la Casa Bigot (1654), del comerciante francés, procedente de Rouen, Claudio Bigot, 

albergo una bodega; destaca su balcón granero ricamente decorado con cuarterones de rombos labrados con motivos geométricos.

Giramos a la izquierda por la Calle San Juan hacia la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios, 

dedicada a la patrona de Tenerife; su fachada está inspirada en la de la Catedral de Pamplona; 

en su interior existe un monumental retablo de la Virgen de los Remedios.

La rodeamos enteramente 

continuando por Obispo Rey a ver la fachada de la Casa Riquel, 

ejemplo típico de la arquitectura dieciochesca, destaca la portada en cantería roja que enmarca la puerta principal; sobre la ventana se sitúa el escudo familiar elaborado en mármol.

A unos metros se encuentran:

La casa Mesa de mediados del siglo XVIII, 

remodelada en estilo historicista a principios del siglo XX; conserva la portada con corona y escudo de mármol de la familia Mesa, descendientes de conquistadores de Tenerife.

La Casa de los Capitanes Generales, 

por haber residido, entre 1705 y 1723, seis Capitanes Generales de Canarias; también conocida como de los Alvarado-Bracamonte, 

lo más distintivo es su portada de piedra de toba volcánica roja y las esquineras del inmueble; el amplio alero de teja y el esgrafiado de tradición hispano-musulmana subrayan la distinción del inmueble. 

En su interior vemos maquetas de los principales monumentos de la Laguna.

La Casa de la Alhóndiga, 

construida a principios del siglo XVIII, reformada en el siglo XIX para transformarla en teatro. A lo largo de sus historia ha servido como lugar de abastecimiento de trigo, almacén del Cabildo, cárcel, escuela y juzgado. Hoy en día alberga varias dependencias del ayuntamiento.

Por la izquierda entramos en la Plaza del Adelantado, una plaza rectangular construida en el siglo XVI, 

en cuyo centro hay una fuente de mármol que pesa más de 30 toneladas.

 Alrededor de la plaza hay edificios emblemáticos como la ermita de San Miguel, mandada a construir en 1506 por el Adelantado como panteón familiar; lugar de las primeras reuniones del Cabildo de la Isla, actualmente se utiliza como espacio cultural expositivo por el Ayuntamiento, situado cerca.

Salimos de la Plaza por la Calle Nava y Grimón, enfrente del Monasterio de Santa Catalina de Siena, en cuya fachada destaca su balcón ajimez, un mirador con celosía para evitar que las monjas fueran vistas al asomarse. En el interior de la iglesia se encuentra el cuerpo de la conocida como “la siervita”, Sor María Jesús de León (la monja incorrupta). En la misma acera se halla el Palacio de Nava, donde se reunían los intelectuales del siglo XVII para debatir sobre cultura, política o religión. Este palacete contrasta con los coloridos edificios de La Laguna, pues está construido en el siglo XVI con piedra volcánica.

Pasamos junto al Casino 

y alcanzamos el cruce con la Calle San Agustín fin del recorrido monumental.

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