Batería Antiaérea de Sierra Gorda-Castillo de San Julián-Muelle de la Curra

Accesos desde la Autovía Murcia-Cartagena A-30, Salida 192 y N-332, aparco en la explanada al salir de la 2ª rotonda (37°36'27.76"N 0°57'31.91"W).

Cruzo la carretera para iniciar un sendero paralelo a la entrada pistera, 

pasa bajo las vías del ferrocarril, el camino corresponde a una finca particular con campo de tiro, 

entonces sigo a la derecha para envolverla por sendero marcado, pero me aleja del objetivo (aunque es una buena opción a la vuelta evitando un rampón incómodo) y tengo que volver de nuevo a la carretera; 260 m mas adelante, levanto la bici y cruzo la vía enlazando con la salida pistera de la finca; corto un barranquete bajo pinar 

y sigo recto por el Mataperros al CEIP Carthago de Vistalegre;

 tomo la pista dirección Sureste hacia el Barranco de Ollados, pasando por unos restos mineros con pozo insondable; poco mas adelante, tuerzo a la derecha en el cruce pistero, donde comienza el ascenso prolongado y zigzagueante, 

bordeando el Cabezo de los Cuernos a un collado (182 m), 

donde girar a la izquierda y continuar con la subida entre la vegetación mediterránea, en esta Sierra Gorda

donde abundan los hinojos, clavellinas, morsanas, viscosas, manrrubios, cebadillas, albardines, palmitos, cambrones, pistáceas, espartos, estrellas de mar, cardos, 

y en menor medida aparecen tapeneras 

y la candililla (Aristolochia baetica), especie iberoafricana de hierba perenne trepadora, antiguamente se usaba para provocar el parto a las embarazadas.

La pista militar pasa bajo un aljibe de ladera, con pequeño canal de recogida para el abastecimiento de agua de lluvia de la dotación artillera, 

se adentra entre garitas de centinela, edificios de repuestos, almacén, taller, salas de espoleteado, ascensores, direcciónes de tiro, transmisores, cochera y otros servicios semienterrados.

Tras echar un vistazo a la Sierra de la Fausilla, 

doy la vuelta entre las ruinas de los antiguos barracones, comedor y cocina, rodeados por trinchera defensiva que pueblan la Batería Antiaérea de Sierra Gorda, tenía cuatro cañones Vickers de 105/45 antiaéreos, cuya misión era proteger tanto al grupo del Monte Cenizas como a la ciudad de Cartagena, su puerto, arsenal y el aeródromo de Los Alcázares, para lo que cruzaba sus fuegos con las baterías del monte Roldán, Los Dolores y El Conejo.

Disparaba un proyectil envainado de 15 kg de peso. El montaje de las piezas se completó durante la Guerra Civil de 1936-39; sus cañones dispararon frecuentemente contra los aviones (principalmente italianos) que atacaban Cartagena, también lo hicieron contra las baterías del Calvario y San Julián; al acabar la guerra terminaron descalibrados; retirados en 1939, fueron reparados y trasladados al Ferrol.

Desde el collado de la ida, giro por la izquierda al Sendero del Feo 

pasando bajo el Cabezo de San Juan (223 m), donde se encuentran las ruinas de un barracón y su proyector; aparecen las vistas sobre Escombreras y la Manga del Mar Menor; el sendero presenta tramos de buena pendiente y rotos, hasta perder altura en una bonita zona de cañas; se hace pista cruzando la Barriada de Santiago.

Unos metros a la izquierda de la carretera, tomo un sendero matorralero que se adentra en una pinada, 

rodeando el Cabezo del Gallufo a Los Grifos, entronco con la subida de la Ruta de las Fortalezas 

hacia el Castillo de San Julián; 

la enorme chimenea del Cabezo de San Pedro preside el paisaje

 junto a la bocana del Puerto de Cartagena, 

pozos mineros y el Monte Calvario; 

hago una paradita en la Batería del General Ordóñez (C-6) con vistas de la Refinería de Escombreras, 

antes de entrar en el recinto del Castillo de San Julián, 

construido bajo el mandato de Carlos III, tras recuperar la ciudad frente a los ingleses; acabado en el año 1888, reformado y ampliado fue prisión para altos mandos militares durante la Guerra Civil.

Tras perimetrar las murallas 

divisando Cabo Tiñoso, Monte Roldán, las Sierras de Pelayo, la Fausilla y Gorda, el Puerto y Campo de Cartagena, 

toca descender hasta el cruce donde he visto un sendero prometedor, lo sigo un tramo pero deja de ser ciclable, teniendo que dar la vuelta y bajar por la pista; 

la dejo para echar un vistazo al puesto de mando de la Batería de Costa Comandante Royo, condecorado a título póstumo por su heroica actuación en Melilla, al defender con su vida las piezas de una batería.

Retomo la pista al cruce que, por la derecha, me acerca a las antiguas Baterías de Trincabotijas Alta; 

perdió gran parte de su utilidad al crearse la cercana Batería de Aguilones, fue empleada tras la Guerra Civil como polvorín, haciendo desaparecer en 1950 dos de los seis asentamientos para cañones, cuando hubo una explosión; 

observando las baterías de Santa Ana Acasamatada, 

dejo su mirador volviendo a la pista con formaciones de sabinas Tetraclinis articulata, que solo se hallan aquí y en el Norte de África, donde se extrae la sandapica, una resina aromática y medicinal. Realizo por asfalto el tramo de la playa de Cala Cortina; pasado el túnel, 

me incorporo al carril bici; 

dejo a mi izquierda la batería de San Isidoro y Santa Florentina, 

unidas formando un solo conjunto en el año 1739, artilladas con siete cañones de 24 cm, formaron parte del plan de fortificación de la bocana del puerto, 

fueron abandonadas en 1997 tras haber servido como alojamiento de tropas y almacén de munición;

 y San Leandro del año 1741, artillada con trece piezas, fue vendida al Ayuntamiento de Cartagena en 1970.

El carril bici del Muelle de la Curra 

me lleva al espigón portuario con faro, observando los barcos y pescadores que lo pueblan; 

de salida pedaleo por carril bici hasta la rotonda, sigo a la derecha rodeando la gasolinera; giro a la izquierda bordeando Lo Campano, el Tanatorio y el Hospital General Universitario de Santa Lucía.

La pista que bordea el Cabezo de Marcelino, 

tiene un cruce donde elegir la vuelta, por encima de las ruinas de la Casa de las Calderas con rampón, o por la derecha, enlazando con el tramo de la ida donde dí la vuelta al principio de la ruta. Gracias a la ebike elijo la primera opción, 

aunque me parece mejor la segunda, ya que la bajada trialera no me aporta nada; 

enlazo con la pista bajo las vías de vuelta al aparcamiento, cuando comienza a apretar el calor.

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