Buelna-Cuevas de las Raíces y Cobijero-Playa de Cobijero-La Barredoira-Playa de Buelna
Accedemos desde la Autovía del Cantábrico A-8 por la N-634 a Buelna, situada en el Concejo de Llanes a 50 m de altitud en la rasa costera, entre la Sierra de la Borbolla y el mar; aparcamos a la orilla de la carretera y salida de la población (43°23'31.84"N 4°37'5.82"W).
Caminamos 120 m por el arcén (Camino de Santiago), torcemos por las calles del pueblo, vamos siguiendo las señales a Cobijeru y playa en la Casa de Conceyu con torre-campanario medieval;
este pueblo tan coqueto de la parroquia de Pendueles, dispone de casas tradicionales de piedra y madera, algunas blasonadas, con los segundos pisos abiertos en solana y adornos florales,
atesora el templo de Santa Maria por el que salimos a la pista junto a la nacional;
pasamos frente al palacete del conde del Valle de Pendueles (siglo XVIII),
girando hacia la costa
bajo las vías y tomando a la derecha la pista
entre praderías, tierras de labor y tupida foresta,
para cruzar una cancela sujeta por cubiertas de bici
y explorar a la derecha un riachuelo
que traspasa la roca
y desaparece
bajo la interesante Cueva de las Raíces dotada de espeleotemas.
Alcanzamos una pequeña explanada con bifurcación; por la derecha ascendemos pasando por la Cueva de Cobijero
a la punta rocosa, con vistas de los acantilados y casi encima del arco rocoso del Salto del Caballo, sobre una dolina donde se comunican el mar y la Playa de Cobijeru “El Cobijo del Mar Cantábrico” de unos 50 m de longitud y 30 m de anchura; junto a Gulpiyuri son las dos playas interiores del Concejo de Llanes, que según leyenda fueron regalo del dios Neptuno a la diosa Turbina.
Retornamos a la explanada para descender a la playa,
nos acercamos a la zona de intrusión del mar, aprovechando la marea baja, escuchando el batir del oleaje
y volvemos sobre nuestro pasos
a la pista por la que accedimos; comienza a llover de nuevo, quitamos cortavientos y ponemos capas; girando por pista a la derecha,
salvamos por escalerillas de piedra el vallado de una pradería,
para dirigirnos a la Ensenada de Buelna
y disfrutar de la panorámica que nos ofrece la Barredoira,
desde las formaciones calizas erosionadas, acarcavadas y puntiagudas rocas del carbonífero superior, presentan un acusado y cortante modelado kárstico.
Retornamos a la pista atentos a cruzar por paso alambrado
y recorrer el litoral
enlazando con la pista que desciende a la Playa de Buelna; propicia al baño con la marea alta, ya que el agua entra en un largo canal natural que la protege del oleaje,
con la marea baja es impactante su visionado, con el espectacular pináculo calcáreo en la salida al mar, la Peña Picona;
toca volver al pueblo
y acabar de recorrer sus estrechas calles de bonitos rincones
al aparcamiento, rematando la faena en el Restaurante El Paso de Buelna (pulpo a la brasa con alioli, zamburiñas,
vino rosado, arroz con leche, etc.) todo rico, rico.
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