Albergue Siula-Hoyas de Apurchil y Sabina-Sendero del Ciervo-Casa de las Lentejas-Rambla del Malvariche

Desde Pliego accedemos a Casas Nuevas; pasado el pueblo, aparcamos en el Albergue Siula con actividades de senderismo, orientación, escalada, ferrata, espeleología, tiro con arco, tirolina y paintball cuenta con 27 camas en literas, 2 cabañas de madera, taller, lavadero bicicletas y piscina de mayo a septiembre.

Comenzamos desde las escaleras donde luce una bici adosada a la pared, caminando en fuerte ascenso pasando por una mina de agua

 a la pista que, bordeando el Morrón de La Cabra (801 m), nos eleva sobre el encajonado Salto del Ciervo.

Seguimos rectos en la curva de la Hoya de Apurchil, para tomar senda junto a un arroyuelo; 

pasamos una caseta, 

vemos cantidad de espárragos tiernos y comestibles,

 y una seta Morchella esculenta

 conocida como cagarria, morilla o colmenilla; 

comenzamos a escuchar el croar de las ranas, derivamos hacia el lugar, encontrando un gran embalsamiento de agua

 junto a cultivos de regadío (melocotoneros);

la pista, entre el talud y los cultivos, 

nos saca junto a un vallado por la Hoya de la Sabina, con jaguarzos, 

donde el bosque de pinos se va aclarando en un paraje de almendros

 y un cortijo ruinoso en Hoya de la Sabina, lugar de gran encanto;

rodeando el cortijo

 hacemos una parada junto al pozo con agua disfrutando del fabuloso entorno.

Continuamos en dirección al Collado del Ciervo, transitamos por la zona amesetada del Ciervo junto al Peñas Blancas (719), vemos a lo lejos una parte cercada correspondiente a un nacimiento; caminamos por el suelo rocoso del Sendero del Ciervo, enriquecido con gladiolos de monte y jaras blancas (Cistus albidus) ; 

nos permite progresar paralelos al Camino de Apurchil o del Bosque; invadidos por las vistosas jaras, encontramos algunos árboles derribados o tronchados por la nieve, viento y lluvias pasadas; su sotobosque mediterráneo está compuesto por enebros, lentiscos, tomillos y romeros principalmente; Tomamos el mantente en el Barranco de las Lentejas.

Volvemos a caminar por este sendero poco transitado rodeando El Portillo; descendemos a la pista de la Mancomunidad de Los Canales del Taibilla, 

cambiamos de dirección a la derecha cruzando un vallado para impedir la circulación,

 nos conduce a la Casa de las Lentejas

 donde la  primavera esplendorosa nos da la bienvenida, 

tras echar un vistazo a la casa

 seguimos pisteando bajo el Cerro del Ciervo; 

iniciamos un descenso técnico por canchal

 a la Rambla del Malvariche, pasamos junto a un pozo,

 

caminamos un corto trecho por el cauce, antes de retomar el sendero a la derecha bajo el enorme paredón calizo del Morrón de la Cabra.

Salimos al Puente del Agua, 

en la pista vemos el cadáver de una musaraña, mamífero que caza su alimento tanto de día como de noche (insectos y sus larvas, caracoles, arañas, etc.; también de lagartijas, ranas y pequeños roedores), su vista es pobre y su vida muy corta (de uno a dos años), 

se defiende de sus depredadores produciendo un desagradable olor, desgraciadamente no acaba de funcionarle con las aves, ya que tienen un sentido del olfato débil; prefiere los lugares con cierta humedad, terrenos pedregosos y abundante vegetación; se trasladan de un lugar a otro en fila india con la madre delante. 

Alcanzamos el aparcamiento y nos desplazamos a comer al Ventorrillo del Niño de Mula.

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