Ruta Acequias principales de la Huerta Murciana
Un poco de Historia: La huerta de Murcia atesora, de las diferentes etapas de su ocupación, un rico patrimonio arqueológico, histórico y etnográfico (azudes, castillos, fortalezas, palacios, acequias, acueductos, albercas, norias, aceñas, molinos, puentes…).
Esta ruta se centra en la gestión inteligente del agua, principal motor económico de Murcia y sus pedanías durante siglos; este legado de infraestructuras hídricas, aprovecha las aguas del río Segura
y su conducción a través de un sistema jerarquizado de acequias y azarbes, cuya captación del agua se consigue mediante el Azud Mayor de Murcia o Contraparada (S. IXX),
donde parten las tomas de las dos acequias principales,
cada una situada en un margen del río; la de Aljufía al Norte (S. X)
y la de Alquibla al Sur (S. XII); se ramifican por la vega murciana en otros cauces menores, formando una amplia red que abastece de agua a todas las tierras de la huerta;
el agua sobrante es reaprovechada para el riego por azarbes; la longitud de todos estos cauces supera los 500 km (la mayor de toda España), sirve para regular el microclima del valle, el nivel freático y como sistema de drenaje en caso de inundaciones;
la escasa industria del municipio casi siempre se instalaba junto a estas acequias, bien para el movimiento de los molinos o para aprovechar su agua, como las fábricas de la Pólvora, la Seda, el Salitre y otras factorías de jabones, lana y curtidos. Para elevar el agua de las acequias o de pozos se construyeron artilugios mecánicos como las norias (de La Ñora y Alcantarilla),
la aceña o ceña, movida por la fuerza de un animal y el ceñil, movido por uno o dos hombres.
El Consejo de Hombres Buenos, se ocupa de solucionar los litigios ocasionados por la utilización incorrecta del agua en la Huerta de Murcia; la Junta de Hacendados y varias administraciones, han optado por hacerlas desaparecer gran parte de las acequias, bajo un plan de entubamiento indiscriminado, destruyendo toda la flora y fauna que depende de estos cauces.
En la huerta de
Murcia había molinos de grano, pimentón, bataneros y de pólvora, pero, con la
decadencia de la molienda, a lo largo del siglo XX, algunos fueron
reconvertidos para generar energía eléctrica, siendo más tarde abandonados.
Recorrido:
Partimos desde el Auditorio Victor Villegas de Murcia, por el carril Bici río arriba,
entramos por “las cuatro piedras” al Paseo del Malecón;
construido en el siglo XV como medida de contención frente a las crecidas del río Segura, ahora convertido en paseo sobre la huerta circundante de la ciudad;
a su final en La Albatalía, la Acequia Mayor de la Aljufía, se
divide en tres ramales, los otros dos son la acequia de Caravija (derecha) y la
de Zaraiche (izquierda) desde el Molino del Amor; sus obras de restauración han
sacado a la luz los restos de la fábrica del siglo XVIII, se convertirá en
Centro de Agrodiversidad de Murcia Río, dispondrá de huertos urbanos y una
plaza pública ajardinada.
Pedaleamos por la Carretera de La Ñora, dejando atrás el Molino de las Cuatro Ruedas o de Funes y su conjunto arquitectónico de los siglos XVIII al XIX;
a la entrada del Rincón de Beniscornia, torcemos a la derecha por los Mingatos,
hacia el restaurado Molino de Los Canalaos del siglo XVIII, sus instalaciones se transformaron en batán de picar esparto y borra, entre 1802 y 1870;
junto al Molino Alto en Javalí Viejo, conformaban sobre la Acequía Aljufía, el origen de la Fábrica de la Pólvora de Santa Bárbara;
estos molinos estuvieron en manos privadas hasta el 1º de julio de 1747, cuando fueron incautados junto a otras instalaciones por la Real Hacienda.
Se han restaurado paños de piedra, quijeros y entorno natural, creando un mirador y aparcabicis junto al aliviadero, pantano o regolfo y sus tres canales de impulsión, separados por los tajamares levantados en bloques de piedra, distribuidores del agua a través de portillos, con refuerzos en los laterales de piedra arenisca.
Vamos paralelos a la Acequia Aljufía, abastece de agua a toda la zona norte de Murcia,
vemos la parte sur del Monasterio de Los Jerónimos; procede de otro anterior fundado en 1579, conocido como monasterio de San Pedro de la Ñora.
El conjunto monástico llamado popularmente el Escorial
Murciano, sirvió como morada de enfermos del Manicomio de Murcia durante el
cólera de 1855, para los asilados de la Misericordia, hospital de sangre en el
período del Cantón Murciano, sufrió numerosos saqueos y abandonos, incluso
funcionó como cuartel de instrucción para nuevos pilotos del ejército
republicano. Actualmente acoge las dependencias de la Universidad Católica San
Antonio de Murcia (UCAM).
Rodeamos el Molino de Los Casianos (fue un molino harinero que tuvo tres piedras para moler cereales, con los años se empleó para moler pimentón);
hacemos una paradita en la Noria de la Ñora,
con 13,20 m de diámetro de reclamo turístico, pues ya no riega su acueducto parcela alguna y su canal devuelve el agua que recoge a la misma acequia;
por el tipo de radios y ejes se
puede entroncar con la tipología de rueda romana; movida por el agua de la
acequia Mayor de la Aljufía, recoge ésta en los cangilones laterales, que a su
vez depositan el agua en un canal (Brazal de las Rejicas). De aquí parten las
Acequias de Churra la Vieja y Alfatego.
Dejamos el entubamiento de la Aljufía
atajando por la izquierda frente a la Fábrica de la Pólvora;
cruzamos el puente sobre el río Segura,
para tomar en plena curva por la izquierda un sendero
que nos saca a Puebla de Soto,
siguiendo la Acequia Mayor Alquibla o de Barreras por el Camino de la Boquera;
alcanzamos la bifurcación con la entubada Acequia de la Puxmarina
junto a la Ermita de San Antón o de la Escudera, pequeño templo fundado en 1765 por don Baltasar Escudero, hacendado de esta pedanía,
de estilo barroco popular con la imagen de la Purísima Concepción de los Ángeles en su hornacina;
la ermita adosada a la Casa de la Escudera, presenta un escudo nobiliario;
su advocación de San Antón, patrón y abogado de
las actividades agrícolas y ganaderas.
Seguimos escoltando la Acequia de Barreras,
cruzamos la carretera de Alcantarilla y las vías del ferrocarril,
cogiendo un estrecho sendero limonero en el Rincón de Los Horneros
a Las Casas de la Huerta de Era Alta;
por el carril Torre San Miguel accedemos a la carrera Era Alta-San Ginés; rodeando el Rincón de Los Gálvez recuperamos la Acequia Barreras;
se bifurca en los Maurillos (Acequia de Beniaján), la cortamos rodeando Aljucer por Rincón Merino;
del carril Torre Salinas atajamos por estrecho sendero en desuso,
pasamos junto a la Acequia de la Herrera
hacia Barriomar y el Puente Inacua.
Sin cruzar por la Pasarela Manterola,
nos dirigimos al Espacio de los Molinos del Río/Caballerizas, inaugurado en 1989,
con exhibición permanente de las instalaciones de los molinos harineros y la programación continuada de exposiciones temporales,
que compartían la intención de profundizar y divulgar aspectos históricos, etnográficos y arqueológicos de nuestra cultura.
Instalado en los antiguos Molinos del Rey compuestos de veinticuatro piedras, fue el complejo molinero más grande de Europa.
Progresamos por la orilla del río,
cruzando bajo el puente de la Avenida Miguel Induráin,
dejamos la mota, atravesando por el Rincón de Villanueva
a la unión con el Reguerón hasta San Antón,
donde cruzamos por pasarela de vuelta rodeando el Edar Murcia Este,
para seguir el curso de la Acequia Benetucer (continuidad de la Aljufía);
después de regar bancales de las pedanías de Puente Tocinos y Llano de Brujas continúa con el nombre de Acequia Raal Viejo.
A falta de un par de km por el Trenque de Don Payo, para la llegada al Auditorio, falla el gps y se corta el track.
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