Ruta del Porcino-Ojos del Luchena-Sierra del Pericay-Mirador Forestales- Serrata de las Boqueras

Accedemos desde la Autovía Murcia-Lorca por la salida nº 633 Caravaca (RM-711); en la primera rotonda, tomamos el segundo ramal, en la segunda rotonda, el primero (C-15) y en el tercer cruce, torcemos a la izquierda cortando el Río Guadalentín para incorporarnos a la RM-701; antes de entrar en La Parroquia (antiguamente La Fuensanta), torcemos a la derecha; la pista asfaltada nos saca al cruce junto a una granja porcina, donde se encuentra nuestro aparcamiento (37°44'35.84"N 1°54'39.39"W).

Partimos hacia el Noreste 

entre campos con garcillas

 

y granjas porcinas; 

la Región de Murcia es la segunda provincia con más producción de porcino de todo el país (1,8 millones); "población" superior a los habitantes censados el 1 de enero de 2019 (1.478.000); 

su raza mayoritaria, el cerdo blanco, 

procedente de centro-europa, casi acaba con la población de chatos de huerta, 

motivado por su mayor cantidad de carne magra, aunque de menos calidad. El chato, con cualidades equiparables al jabugo, necesita un año y medio de crianza, contra los seis meses del cerdo blanco.

A finales del s. XIX, el cruce de cerdos andaluces, extremeños y portugueses, dio lugar a la especie del chato murciano en la zona lorquina. 

Actualmente la saturación de los vertidos de purines procedentes de las granjas porcinas, cuyos contaminantes atmosféricos (sulfuro de hidrógeno, metano y amoníaco), provocan gases de efecto invernadero contribuyendo al cambio climático; además de la pestilencia que destilan, obligando al alejamiento de las granjas porcinas a 1.500 m de las pedanías de Lorca.

Cruzamos el río Luchena,

 tras corta subida,

 dejamos el asfalto a la izquierda pasando por el Caserío de Luchena; 

un numeroso rebaño de ovejas nos corta el paso

 

antes de acceder a los Ojos del Luchena; nacimiento que brota junto a la Casa de la Chiripa, bajo la buitrera del Cerro de los Machos (1.204 m) y el Estrecho, cañón angosto y sinuoso donde se alza la presa del pantano de Valdeinfierno, en las Tierras Altas de Lorca (Región de Murcia). Zona con protección ZEPA. 

Según estudio del Comité Nacional Español de Grandes Presas, el manantial de los Ojos de Luchena, presenta un total de 10,72 hectómetros cúbicos al año de recursos hidrológicos renovables, 

los cuales son obtenidos de dos formas: 3,75 por infiltración directa del agua de lluvia y 6,97 por la infiltración de las aguas provenientes del río Caramel y de su embalse. 

Su caudal es de 340 litros segundo. Toda el agua que vierte este río es utilizada para riego (junto al Río Velez), canalizándose hasta el pantano de Puentes, desde donde es transportada hacia la zona de regadío de Lorca. Cruzamos el Barranco del Luchena 

y ascendemos desde El Refugio Casa de la Chiripa, propiedad de la Comunidad de Regantes de Lorca, cedido para la realización de actividades al Grupo Scout “Ciudad del Sol”; 

vemos un antiguo pozo de la nieve, a pesar de su baja altitud (575 m), esta zona debe ser muy fresca;

 la pista pedregosa paralela al Barranco Oscuro, conecta con otra en mejor estado donde tomamos el mantente; cruzamos el Barranco de los Machos

 

con grandes vistas sobre el profundo desfiladero del Luchena, 

perfilándose una larga sucesión de quebradas laderas y elevados despeñaderos, 

donde vemos sobrevolar parte de las veinte parejas de buitre leonado, 

que anidan en el Cerro de los Machos(1204 m) y en La Molata (1085 m) hacia la que nos dirigimos.

Nos reagrupamos en el Collado de la Carrasca (998 m) 

y hacemos una paradita en el Mirador de Los Forestales, 

con vistas a la izquierda las Sierras de María y la Culebrina, el Cerro de la Sima, una cantera de Mármol y la Casa Forestal Iglesias convertida en albergue;

 

enfrente, la Serrata de Guadalupe y la Sierra del Oso; 

a nuestra derecha apreciamos la colmatación del embalse de Valdeinfierno, construido para regular la circulación hídrica del río Guadalentín; se paralizó en el año 1806, por no poderse maniobrar las compuertas de su desagüe de fondo, a partir de la primera avenida que sufrió; se ha convertido en un humedal para las aves.

Aminoramos la velocidad en el descenso, 

al encontrarnos la pista invadida por un nutrido rebaño caprino, cuyo pastor viene detrás en todoterreno;

 en el cruce de pistas, 

seguimos a la izquierda

 en ligero ascenso por el Camino de María a la Fuensanta (La Parroquia); volvemos a reagruparnos en el Collado de Carasoles (1003 m), 

iniciamos el descenso 

hasta entroncar en una curva cerrada, con el sendero trialero Serrata de las Boqueras, 

que vamos a seguir hasta el Cortijo de Santos, 

donde llaneamos 

hasta la carretera y aparcamiento. Nos desplazamos a Lorca para tomar un excelente menú en el restaurante Déficit La Rivera 

como viene siendo costumbre.




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