El Fenómeno de los Badlands

 

Accedo a la gasolinera del Puerto de la Cadena aparcando en el Restaurante la Venta II,

Comienzo a caminar cruzando las instalaciones hacia la pista asfaltada de la Casa del Civil; 

al sobrepasar el primer ramblizo, dejo el asfalto y ascendiendo monte través por bosquete de cipreses, 

siguiendo momentáneamente la lineal de alta tensión; realizo un giro a la derecha para salvar el barranco, 

caminado en subida por matorral, 

hasta enlazar con una poco definida que avanza en la dirección que busco; 

corono el cerro (433) junto a un monolito.

Tras pasar por un estrecho rocoso, 

enlazo con la pista de la Casa Colorada o del Comandante,

 subiendo unos toboganes y describiendo un arco a derechas, para entrar por la Senda de Los Barrancos, 

con vistas del mar Menor y el Cabezo Gordo, divisando además las Sierra de Los Villares y Columbares.

Dejando el sendero, desciendo por el filo de una blanda loma de acusada pendiente, 

para ir bordeando la parte ancha del embudo que forma el valle ramblero, propiciando el fenómeno de los «Badlands». 

El pueblo indio Lakota lo denominó «malas tierras». Se forman en áreas de infrecuentes pero intensas lluvias y escasa vegetación, produciéndose una erosión devastadora.

Las badlands del Puerto de la Cadena son un tipo de paisaje de características áridas, 

debido al clima semidesértico y erosionado por las avenidas de agua de lluvia, al precipitarse en pendiente sin cobertura vegetal que la frene, excavando largos surcos,

 también influye la composición de la roca blanda y tierra rica en areniscas, arcilla, margas, caolín o yeso, dando lugar a la formación de cañones, cárcavas, barrancos y canales, que desembocan aquí en una rambla. Los más afamados son el “paisaje lunar”, los “barrancos de Gebas” y los de Albudeite/Campos de Río.

Le echo un vistazo desde un mirador y, unos metros mas adelante, acometo la cómoda bajada al fondo de la rambla; 

una vez encajonado y habiendo visto el terreno horadado con pequeñas cuevas, paredones, callejones de formas caprichosas

 y desplomes recientes

 que rápidamente coloniza la vegetación e impiden el paso a otras zonas, 

inicio la vuelta ascendiendo por una traza de fuerte pendiente.

Salvo la baja alambrada enlazando con el sendero; poco mas adelante penetro por una abertura del vallado, 

moviéndome por los bordes del terreno, mientras voy realizando fotos desde la superficie hacia el fondo e interior de las formaciones, 

cuidando de sortear los pozos abiertos de profundidad considerable

 y eludiendo las zonas afectadas por los derrumbes recientes de tierra; sobrepasan continuamente la zona de seguridad.

Vuelvo a saltar el metro de altura del cercado, examinado desde lo alto el embudo ramblero de los badlands que, 

el 7/06/2015, harto de pasar con la bici muchos años junto a ellos y por el peligro a que cediese la pista, había dejado de trazar junto a ellos, pero me atraía la idea de bajar a verlos y al final mereció la pena. 

A solo unas horas de comenzar el 2024 y tras larga sequía, era el momento de volver a disfrutarlos en solitario, pues tras las lluvias que se avecinan supondrán un riesgo y además con mucho barro. La pista enlaza con la de vuelta, con vistas de la Ermita de Lo Pareja, 

pasa junto a un depósito de Aguas Murcia

 y me deja ya por asfalto en el aparcamiento.

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