Laberinto de los Castros de Horneo y Desfiladero de Canalahonda desde el Collado de Asón




Accedemos desde Gandara de Soba donde hemos pernoctado al Collado de Asón.



Partimos pisteando en ascenso pasando frente a la Fuente Bezón, 

 

 

echamos un vistazo al cartel informativo sobre la formación de glaciales en la zona 

 

y dejamos a la derecha los prados y las cabañas sobanas de la majada de Horneo; 

 

alcanzando en 1,8 km el cruce con la Ruta Colina PR S-77.



Torcemos a la derecha por camino de firme irregular; pasamos una cabaña 

 

y vamos atentos a tomar una traza pateada antes de un gran monolito, 

 

asciende sinuosa por el Cuadralijo; al llegar a un afloramiento, 

 

retornamos unos pocos metros, para seguir por la izquierda entre tojos a otro cruce de senderos; 

 

el que sube es el que seguimos, nos interna entre crestones kársticos.



Cruzamos por un bosquete de hayas; 

 

el sendero algo accidentado nos muestra el paisaje del Parque Natural de Los Collados del Asón: Los imponentes peñascos de los Campanarios (formaciones calizas en proceso de karstificación), Peñas de Maza, las Motas y Picón del fraile.



Entramos bajo un arbol caído, 

 

 

atravesando por un paso entre rocas 

 

en la primera parte del Laberinto de los Castros de Horneo, 

 

 

 con algún descenso de acusada pendiente 

 

 

entre los angostos escarpes rocosos, 

 

vamos sorteando por pasos de piedra y tramos enrevesados, 

 

sorprendidos por el fascinante y maravilloso entorno que nos supera.



Salimos al “exterior” gozando de nuevo del paisaje que se abre a nuestros ojos; 

 

acometemos la segunda parte por sendero semiaéreo, 

 

estrecho pasillo y pequeño destrepe; 

  

a nuestra izquierda un sumidero y a la derecha la “cabeza de roca” vigilando el valle.



 

Comenzamos un descenso por canchal 

 

con vistas de un puntal rocoso muy llamativo; 

 

hay que sobrepasarlo por la derecha siguiendo los hitos, 

 

pero nosotros, como cabras inquietas, exploramos por el borde de los cortados; pronto veremos que resulta dificultoso entre las oquedades ocultas bajo el matorral y las dificultades de paso, ya que estamos en un terreno de lapiaz; corregimos de vuelta al track y los hitos, pegándonos un calentón de subida vertical por los tojos.



De vuelta al “redil”, seguimos el sendero que nos lleva junto a la enorme cueva-aprisco Turrutuerta, de entrada triangular; 

 

 

descendemos sendeando en diagonal a las curvas de nivel,  

 

 

pasamos primero entre avellanos 

 

al bosquete de hayas adornadas de musgo y asentadas sobre el lapiaz, 

 

después por la fotogénica Cabaña de Cocinchao.



En el cruce de senderos, continuamos por el que no asciende a la izquierda, 

 

 

aunque mas tarde lo haremos 

 

para llegar a la entrada del Desfiladero de Canalahonda, 

 

una gigantesca grieta producida por un gran deslizamiento, 

 

ha producido un cañón de unos 600 m de largo, con una anchura que oscila entre 20/30 m y de mas de 30 m de altura; 

 

nos resulta mas coqueto y accesible que el anterior, pero menos espectacular; 

 

la llovizna prevista entra por el cañón en forma de jirones fantasmales.



 

A su salida, describimos un arco a izquierdas, 

 

pasando por el Collado de los Lobos 

 

y descendiendo un tramo abrupto a la cubeta glacial de Benalengua, 

 

donde el sendero se hace pistan hacia Brenaroman, 

 

 

 

allí vemos un pocillo 

 

y un bosquete de abedules; 

 

cruzamos el arroyuelo en el Llano de Benavinto, 

 

depresión muy extensa, casi plana de fondo, en contraste con las moles rocosas que la rodean, 

 

este efecto poljé es debido al glaciarismo cuaternario y la acción kárstica, ya que las aguas del arroyo que la atraviesa desaparece en un sumidero. 

 

Nos queda remontar al Alto de la Posadía 

 

 

y enlazan con el track de la vuelta por la pista ganadera 

 

al aparcamiento. Coincidimos en que esta ruta sea, posiblemente, la mejor ruta que hemos hecho en Cantabria.


 

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