Gredas del “Paisaje Encantado de Bolnuevo” desde Playa de la Isla


Accedemos a Bolnuevo desde la Autovia RM-3, la carretera RM-D6 y por la Calle Pedro López Meca; dejamos aquí un coche y marchamos a la Playa de la Isla, perteneciente a la “Costa Cálida” en el Puerto de Mazarrón.


Aparcamos junto al Centro De Interpretación Barco Fenicio; aporta información sobre las naves fenicias más antiguas halladas en el Mediterráneo, hundidas frente a la Playa de la Isla. El segundo de los barcos, el “Mazarrón 2”, de 8,10 m de eslora y 2,25 de manga, contaba con la totalidad del cargamento, constituido por lingotes de mineral de plomo.


Comenzamos a caminar por la arena de la Playa de la Isla, el fuerte viento y baja sensación térmica, hace que agradezcamos el día soleado y luminoso como contrapunto. 


En la orilla de la playa observamos acumulaciones de Posidonia Oceánica; una de sus utilidades protectoras era la de envolver con sus hojas los vidrios, cerámicas e incluso pescado, en ocasiones de hambrunas se las daban de comer a los camellos. 


Otro gran uso de la hoja seca de posidonia era la de insecticida o desinfectante, también para hacer adobe en las poblaciones costeras donde falte la paja. La restauración de las praderas de posidonia enriquece el carbono atmosférico y frena el cambio climático.


Rodeando el restaurante Miramar, tomamos el paseo encementado de unas antiguas viviendas de pescadores, 



vemos la ermita que da nombre a la playa; 


bordeamos el Puerto deportivo 




para encaramarnos al Mirador de la Reya, 


donde nos zarandea el viento, pero disfrutamos de unas excelentes vistas; 



volviendo atrás, 



recorremos las playas de la Reya y Bahía, 



para atacar por pasarelas de madera, 


el promontorio costero Cabezo del Gavilán, con un amplio historial de ocupación desde la prehistoria y enclave de una factoría para la obtención de plata (siglos II-IV a. C.). 


Las vistas desde su mirador son estupendas, gracias a la claridad diáfana que tenemos hoy.






Echamos un vistazo a una interesante covachuela artificial, que se bifurca en un saliente de la Playa de La Pava, 


corresponde a la entrada de abastecimiento de agua de las antiguas Salinas Pim-Pam a través del canal, estaría asociada a una maquinaria de bombeo, cuyas características sonoras, hicieron que en la época, esta estructura fuera conocida popularmente con el apelativo del “Pim-Pam”. 


Continuamos por la Playa de Nares, 


de una belleza insólita, combina la punta del islote rocoso Cabezo del Castellar, con un arco de arena y tres agraciadas palmeras, en las inmediaciones de dos relucientes caserones.


Continuamos por el paseo marítimo de El Castellar en Playa Grande/Playa del Castellar (2ª más extensa de las playas no vírgenes, con 714 m de largo x 26 m de ancho), 


cruzamos por los terrenos, objeto del proyecto de construcción de 450 casas de lujo en primera línea de mar, junto a desembocadura de la Rambla de las Moreras; el Ayuntamiento paró las obras en 2007 pues la promotora carecía de licencia; 


una de las muchas irregularidades urbanísticas que se acometen en la franja costera mazarronense.
Rodeamos desde la playa la Rambla de las Moreras, 


el empuje del mar sobre la costa, ha levantado una franja arenosa de paso por la desembocadura, 


permitiéndonos seguir hacia el Camping de Bolnuevo, reconstruido parcialmente tras ser arrasado por la tristemente famosa riada de 1989.


Recorremos el paseo marítimo de la Playa de Bolnuevo (la más extensa de las playas urbanas con 1.600 m de largo x 24 m de ancho) con Servicios en verano de Chiringuito, socorristas, lavapiés, 


pasarelas hasta la arena húmeda, aparcamiento para discapacitados, aseo adaptado, alquiler de hamacas y sombrillas. Zona de juegos infantiles, establecimientos hoteleros, parada de autobús y Tren Turístico. 


Me encaramo por un sendero empinado, tras las espectaculares gredas del “Paisaje Encantado de Bolnuevo”, 





que ha esculpido la naturaleza, haciendo fotos y  grabando video en derredor. 





Terminado el entretenido paseo por este tramo del litoral, recuperamos el segundo coche, para darnos un homenaje en el Viggos.




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