Socovos-Castillo de la Encomienda-Sendero Arroyo de Benízar-Pinturas rupestres Solana del Molinico-Loma del Conjurador
Partimos 16 Andarines Caminando por La Vida
en dirección a
la Iglesia de Abajo
y el Castillo de la Encomienda,
construcción militar del siglo
XII, reformado en tiempos de Felipe II (siglo XV);
la fortaleza, constituida
por un recinto exterior de planta poligonal, aún conserva diversas torres de
planta cuadrangular y una torre almohade de planta poligonal (al igual que la
de Jorquera);
en el centro de las murallas almohades almenadas, se hallan los
restos de la iglesia, la torre del homenaje, el aljibe e incluso la mazmorra.
Pisteamos entre huertos de viejos olivos
hacia la Noguera
del Arco; declarado "árbol singular" en 2003. Algunos especialistas
aseguran que se remonta a la época musulmana y que está entre los nogales más
añosos de Europa, si no es el más antiguo; vemos que ya no está apuntalado, su
gran tronco yace tumbado a la orilla del camino,
que tanto ha visto pasar a lo
largo de los 800 años estimados; para una encina no
tiene ningún mérito llegar a los tres siglos de vida, el Tejo alcanza los 1.500 años y las
secoyas sobrepasan los 3.000 años.
Cambiamos la pista por el cauce seco del Arroyo,
transitando
por su margen derecho;
poco a poco van apareciendo zonas encharcadas con un
manto de hielo;
cruzamos una pista asfaltada bajo su pequeño puente,
para
iniciar el Sendero Arroyo de Benízar; aunque el primer tramo lo hicimos por su
curso,
discurre paralelo al arroyo, de aguas limpias y tranquilas, rehabilitado
por la Confederación Hidrográfica del Segura, con zona de descanso junto a un
pequeño azud reconstruido,
pero el sendero tiene un buen trecho impracticable por
los juncos que lo jalonan, obligándonos a caminar por el talud.
Llegados a una chopera,
cogemos la pista paralela a la
carretera del pueblo a Calasparra; vemos enfrente la Ermita de San Felipe y
Santiago, patrones de la Villa; reedificada en 1.820, alberga las imágenes del taller
de Salzillo de ambos santos.
Ascendemos por sendero para evitar transitar por
la carretera;
tomamos el mantente antes de introducirnos por una enorme tubería
bajo el asfalto;
continuamos un trecho por nuestro sendero SO-04, hasta enlazar
con la pista,
que cambiaremos por senda de vuelta,
hacia las sucesivas pozas
del Arroyo de Benízar
en un entorno de exuberante vegetación;
disfrutamos de
sus saltos de agua encajonados en el lecho rocoso;
cruzamos al otro margen,
afrontando un corto y contundente ascenso,
a la pista que nos deriva hacia las
pinturas rupestres de la Solana del Molinico;
al paso nos llama la atención el
cercano Pedrusco del Pardo y el rápido ascenso térmico.
Abandonamos la pista
por empinado sendero,
nos saca a un
collado (733 m)
con buenas vistas de Peña Bermeja y los Llanos de Tazona;
continuamos subiendo
al cruce con la pista,
que desemboca en el vallado de las
pinturas rupestres;
pertenecientes al Arte Esquemático (6.500-3.200 años antes
del ahora),
estilo figurativo basado en el esbozo de figuras que carecen de
orden compositivo, aparecen repartidas aleatoriamente y sin sensación de
movimiento.
Apreciamos dos figuras que se conservan en buen estado, una de
figura humana con los brazos dispuestos
en jarra, las dos piernas y el sexo por medio de un corto trazo vertical;
otra menos visible de un símbolo geométrico
con forma de estrella de cuatro puntas.
De vuelta, torcemos en ascenso
por el sendero SO-04 hacia la
Loma del Conjurador;
atajamos en el Calvario
hacia el collado
y descendemos por
la carretera al restaurante, cruzando Socovos por su plaza
e Iglesia Nueva del pueblo, del año 1.949, dedicada
a la virgen de la Asunción,
contiene algunos retablos de estilo barroco e
imágenes como la Dolorosa, la Virgen del Pilar, San Antonio de Padua y el
Cristo Crucificado, popularmente atribuido a Montañés, aunque parece ser que
pertenece a la escuela de Salzillo.
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