Puntabela-Rambla de Picacho-Paraje Caraleño-Villa García-Calas de Bolnuevo
Partimos por la pista asfaltada hacia la Playa del Rincón;
en la bifurcación, seguimos a la derecha faldeando la Sierra de las Moreras;
rodeamos Piedra Mala (111 m),
descendemos por la izquierda en el cruce enlazando con la Rambla de Picacho;
nos salimos para explorar una antigua balsa
y su viejo canal de abastecimiento.
Tocamos la pista principal
para tomar otra pista en desuso a
la derecha, nos conduce por sendero, cambiando de dirección junto a una pedrera,
de nuevo a la pista principal en la Rambla de Villalba; en 300 m giramos a la
derecha siguiendo otra pista, acaba en
sendero cuando caminamos por el paraje de Caraleño,
nos aboca al ramblizo de la
finca rural Villa García;
vemos tres balsas consecutivas, de diferente tamaño y
forma;
el sistema de abastecimiento de aguas consta de una galería con
lumbreras (pozos), conocida como qanat (del árabe "canal") infraestructura
hidrogeológica para la captación de una capa de agua subterránea, su succión
hacia el exterior y conducción por una o varias galerías de drenaje ligeramente
inclinadas y dotadas de pozos verticales de acceso y aireación.
Tomamos la fruta en
la única balsa redonda con los restos de un lavadero de ropa; nos orientamos en
función del trazado del canal hacia la casa de Villa García;
a finales del
siglo XIX e inicios del XX las familias burguesas y adinerada formada por
ingenieros, inversores y empresarios relacionados con la industria minera y
metalúrgica, levantan llamativas residencias de verano como Villa García;
fue
mayormente propiedad del matrimonio formado por Pedro García Caparrós (gerente
de la Metalúrgica Santa Elisa desde 1885 y alcalde de Puerto de Mazarrón) y Francisca
González Orozco, ambos de Vera (Almería).
Se alza sobre un montículo amesetado,
está delimitada por
dos muros de contención, flanqueada por dos huertos, su estilo neoclásico lo conforman
elementos decorativos de formas clásicas y motivos vegetales. Consta de cuatro
habitaciones y otras dependencias anexas, se halla en estado de penoso abandono;
salimos por su entrada a la Playa del Hondón del Fondo;
contaba con una entrada
de dos puertas, una para vehículos (carros, automóviles) y otra para peatones,
ambas de madera y hierro.
Tras subir un repecho,
dejamos la pista por un sendero a la derecha,
se torna abrupto y algo escondido
en Punta Benza;
pisaremos las arenas de la Playa del Barranco Ancho
y en Cala
Leño, donde hubo una fundición romana,
accedemos por sendero accidentado
a la
Playa de la Grúa,
naturista, con un embarcadero del S. XVIII, en el que se
cargaban los sillares pétreos dedicados a la construcción.
Continuamos pisteando junto a los acantilados de Punta
Negra; remontamos desde la Rambla de Picacho a la pista principal, pasamos por el
paso del "cañón rojo" con vistas de la Isla Cueva de Lobos (hasta
hace pocos años eran visibles las últimas focas monjes del Mediterráneo),
paramos junto al monolito, cruzamos la puerta que impide el acceso a vehículos
no oficiales y ascendemos la última rampa en la Playa del Rincón de vuelta a
los coches.
Descargar track
Descargar track
Comentarios
Publicar un comentario