Sendero de los Tres Pueblos (PR-A360)
Partimos desde el mirador sobre el Barranco de las Eras,
entrando en el centro de Padules por la calle Rueda, seguimos a la izquierda
por la calle Alpujarra, luego a la derecha por la Hernán Cortés para reservar
en Bodegas Barea;
dejamos el pueblo desde la Plaza Nueva
cruzando la carretera
A-348, para seguir el Sendero de los Tres Pueblos (PR-A360) que recorre
Padules, Beires y Almócita.
Cortamos el Barranco de las Eras
y Barranco del Castillo en
las Zorreras, donde hay un cambio de dirección,
atacando por empinado sendero que
discurre entre huertos de olivos y almendros, con vistas de la Sierra de Gador;
junto a un canal de riego
vamos entrando el Beires, pueblo de la Alpujarra de
Almería;
pasamos junto a un rincón lleno de macetas
y la Ermita de las Ánimas, pequeña
construcción adosada a la roca, dedicada a las ánimas del Purgatorio y a la
Virgen del Carmen;
cruzamos por el Puente de la Pileta que conecta las dos
barriadas de Beires; población que tuvo su momento histórico, con el coto de la
minería del hierro en las primeras décadas del XX;
el mineral de hierro era transportado
desde 1.800 m de altura, hasta la estación de Doña María,
mediante un sistema
de cables aéreos (construido en 1.905 y desmontado en 1.944) a través de casi
16 kms, el más largo de Europa en su momento;
para ilustrar este periodo, se ha
instalado en sus calles el Museo Abierto «Memoria de la minería de Beires»;
Salimos de Beires desde la Iglesia de Nuestra Señora de la
Misericordia (Siglo XVII),
por pista encementada,
cruzamos la A-348, entrando
en Almócita por zona acondicionada con balsa y restos de maquinaria minera;
tomamos la Calle Andalucía hacia el centro de esta pequeña población con mucho
encanto, de calles acogedoras con sus macetas y candiles, sinuosas, frescas y
estrechas;
casas blancas con poesías en sus fachadas de tintes moriscos
(Judería en el barrio Bajo),
pintorescos su ayuntamiento ubicado sobre un
aljibe, iglesia
y plaza con lavadero público, fuente y peces de colores.
Pueblo
ligado antiguamente a la industria de la seda y la minera del plomo.
Con la vista puesta en el precioso abejaruco europeo (Merops
apiaster)
pintado en la pared,
abandonamos la población por el Camino del
Escurrizo hacia el Cementerio;
en su bifucación, seguimos por la derecha, a 100
m cambiamos de dirección, descendiendo
al Barranco del Bosque por un sendero
empedrado a tramos;
cruzamos el barranco,
pasamos por un puente de madera
para
ascender zigzagueando hasta una granja
y el posterior collado (746 m);
descendemos pisteando siguiendo el ramal a la derecha por los Llanos de la
Herrería,
donde pisamos una era empedrada;
el cercano Río Andarax nos recibe
con una explosión de colorido,
que contrasta con los tonos ocres y rojizos del
labrado cañón, creado por la erosión del río Andarax con saltos de agua, pozas
cristalinas, rocas redondeadas y profundas gargantas junto a la exuberante
vegetación de ribera (tarajes, juncos y cañaveral).
El sendero se adapta a la canal abandonada y cegada en su
mayor parte;
acabada la misma en el salto/embudo con los tubos desarmados y
oxidados,
descendemos ayudados por cuerdas, con la precaución del que pisa
tierra suelta en fuerte pendiente;
cruzamos un paso de roca observando el
ascendente sendero que hemos de seguir,
mientras escuchamos el rumor del agua
al chocar con los pedruscos del cauce
bajo los Tajos Coloraos;
vamos viendo
cada vez más cerca las Canales de Padules;
propuestas por El Consejo de Sierra
Nevada como Monumento Natural, por ser un espacio de gran interés hidrológico y
ambiental, asociado a un ecosistema fluvial de gran valor paisajístico.
Cruzamos el Barranco del Bosque,
ascendemos a una explanada
para disfrutar de la panorámica,
retrocedemos unos metros para seguir una traza
senderil a la orilla del río;
lo suyo hubiese sido continuar río arriba unos
200 m,
pero se nos ha hecho larga la ruta con el calor y vamos tarde a las
bodegas;
queda una larga ascensión pasando por el área recreativa;
enlazamos
con la Vereda de Canjáyar
bordeando Llanillos de los Majuelos;
vamos dejando
atrás la casa cueva y una pequeña cascada;
con vistas sobre el Valle del Andarax
entramos en Padules,
torcemos por la Calle el Encanto desde la Iglesia de Santa
María la Mayor
y por la Calle los Parrales llegamos al polideportivo.
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