Rabanal de Abajo-Brañas de Cubacho-Molinos de Pimpanon

Accedemos desde Villablino por la CL-631 a Rabanal de Abajo, ubicado junto al embalse de las Rozas al extremo Sur del valle de Laciana, aparcamos en la amplia entrada del pueblo (42°54'59.71"N  6°20'1.13"W).


Vemos carteles alusivos tanto al pueblo como a rutas por la zona; 



partimos calle arriba por el Barrio Pico Villa; las edificaciones de arquitectura local, tienen los tejados de pizarra y ornamentación sencilla, 


las plantas bajas o cobertizos da cobijo a los aperos, carros, maquinaria y ganadería pequeña como gallinas y conejos; 


a la salida del pueblo a mano izquierda, se encuentra la casa de la familia de Los Cuesta con escudo y una curiosa inscripción que reza: “Así se conoció mi espada en la batalla de Clavijo”, el escudo se encuentra cercado y algo alejado para poder apreciarlo.


Alcanzamos el cruce con la Iglesia de San Adriano (S.XVII) que alberga interesantes tallas; 




seguimos en suave ascenso entre praderías 


con ciruelos silvestres junto a los muretes de piedra que deslindan las fincas; 


en el cruce con la pista a Rabanal de Arriba, torcemos a la derecha cambiando de dirección, junto a un pequeño salto de agua y el cartel que marca la Ruta del Nevadín.



Una parte de la pista está inundada por el agua, caminamos por zona de umbría en un bosque mixto donde iremos apreciando fresnos, avellanos, serbales, robles y hayas, pero sobretodo, los abedules; son los de Laciana de los más destacados por extensión, grado de conservación, condiciones de humedad y altura, llegando a formar auténticas bandas verdes de vegetación, que dificultan notablemente el avance de los incendios y permiten el mantenimiento de las cuencas hídricas de alta montaña, así como la fijación del terreno en zonas de máxima pendiente, además son usados temporalmente por urogallos, osos y lobos.


Giramos en fuerte ascenso por un sendero en desuso, vemos un gran ejemplar de la seta parasol (Macrolepiota procera), conocida como ‘apagador’; en principio tiene forma redondeada, a medida que envejece adopta ya la forma de parasol o gran sombrilla; comestible y de buen sabor, puede cocinarse a la parrilla, en guisos o incluso empanada; 


enlazamos con la pista apta para vehículos de Rabanal de Arriba en la Dorniecha; 


bordea el Pico de Cueto Nidio (1773 m) por Los Baseiros; vemos una mariposa Atlantarctia tigrina, “La Gitana” utiliza la tanatosis como medida de protección; 


llegamos a la senda que usaremos de vuelta 


y continuamos ascendiendo en el cruce 


para entrar en las Brañas de Cubacho.




El entorno es de una belleza extraordinaria, 




combinado con las casas de mimada estética, 



aunque nada tienen que ver con las chozas de pastor o pallozas; 


pasamos junto al restaurante La Salga pertenecientes a una asociación de Rabanal y también un albergue; 



en una de las casas, el cartel con la palabra Outsera, significa que se trata de una construcción en cuyo interior se conservaba la leche, manteniéndola fresca a la sombra y sometida a una corriente de agua fresca que circulaba por su interior refrigerando los recipientes.


Seguimos la pista por la derecha 


entre los prados de siega y la confluencia de los Arroyos Brañuelos y Cubachí;  


un cartel nos recuerda la riqueza ornitológica del entorno; 


entroncamos con el track de la ida cubriendo 160 m; descendemos al Arroyo Cubachín, 




cruzamos el destartalado puente de madera, 



transitando paralelos al mismo bajo un bello y cerrado bosque mixto; 


a ratos nos permite ver el curso de agua con algún salto, 


pero hemos de permanecer atentos al sendero, hay tramos cortos con riesgo de resbalar por la acusada pendiente lateral hacia el cauce.


Numerosos afloramientos de agua escurren durante el trayecto, manteniendo la exuberante vegetación hidratada; 





iniciamos un acusado descenso tras unas breves vistas del valle, 




para cruzar el Arroyo de la Brañina


casi en la conjunción con el de Cubacho por un estrecho puente junto a dos molinos; 




el rodezno (rodicio) aún se mantiene en buen uso, era accionado por la fuerza del agua canalizada en caída (canaliecha), movía la piedra de moler grano (muela volandera); 


estos Molinos de Pimpanon eran de tipo rastrero, porque solo funcionaban cuando bajaba mucha agua. Este lugar es precioso pero tenemos que volver a Murcia hoy; 



no podemos recrearnos ni bajar a la cascada, cuyo sendero desciende poco más adelante. 


Enlazamos con el track de la ida hasta el aparcamiento.


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