Rambla de Los Serranos y Cabezo Pascual
Accedo por la carretera hacia el Puerto del Garruchal (RM-F13), aparco en la confluencia de las Ramblas del Puerto del Garruchal con la de Los Serranos (37°57'1.46"N 1° 3'54.02"W).
Entro a la Rambla de Los Serranos entre arena y tarayes,
caminando por las rocas de su lecho salvando los charcos y el hilo de agua que baja por ella;
admirando la disposición, casi vertical, de los estratos de areniscas o la variedad de coloración de los materiales,
al igual que su poceta con una nueva caída de agua por su derecha;
esta rambla se adentra en forma de cuña, entre la solana de la Sierra de la Cresta del Gallo y las paredes rocosas de la Umbría de Los Sánchez;
la salida a la pista asfaltada de Los Serranos presenta una pequeña complicación, por la falta de paso entre el crecido matorral.
Camino 370 m por pista asfaltada hacia la izquierda, tuerzo en el cruce ascendiendo por la pista,
con vistas abajo de la Granja Cábila (dedicada a la producción y engorde de ganado porcino),
arriba, el cabezo Pascual, a la izquierda el Puntarrón (379 m), a la derecha las Murallas de King-Kong
y atrás la Sierra de la Cresta del Gallo;
el espectáculo está servido.
Desde el collado (293 m), parte una traza senderil cresteando hacia el Cabezo Pascual (332 m), en el que se distinguen tres estratos de materiales geológicos de diferente grosor: margas en la zona baja, areniscas en la parte media y conglomerados en la parte mas alta;
hace
millones de años el mar se retiró de esta zona, depositando los sedimentos por
orden creciente de los mas finos a los mas gruesos; desde la cornisa de su
cima amesetada, las vistas son fabulosas en este día soleado.
Retomo el sendero de
vuelta, cogiendo la pista abandonada que sigue la curva de nivel sin altibajos
al collado de inicio; el problema es su enmarañamiento, presenta grandes dificultades
de paso, que quizás no compensen esta variante.
De nuevo en el collado, sigo a la izquierda por la pista en desuso,
acaba en una pequeña explanada convirtiéndose en sendero;
desciende para seguir por la derecha a media ladera junto a un canal; algo incómodo de caminar,
cada vez se hace más evidente la ausencia de cualquier tipo de sendero;
tengo que buscar una bajada de acusada pendiente por el pedregoso barranco,
como solución ante la valla que atraviesa el paraje por la izquierda y el
cortado que presenta la Rambla del Puerto del Garruchal a la derecha.
En los mapas, acaba la pista (de inicio para mi) en la Casa
los Colorados; al cruzarla, el mediano perro lanudo ladra ante mi intrusión,
sale una simpática mujer diciéndome que ocurre a veces, al bajar por los
escarpes, que algún montañero pase por allí; de cualquier forma, podría
eludirse el paso por la casa junto a una roulotte, tomando una traza senderil por
la derecha; como no he traspasado ninguna valla o cartel de propiedad privada, ocasionando
molestia o enfado, me despido de buen talante saliendo a la cercana carretera.
Tras 180 m de asfalto, desde las ruinas de La Venta, tomo el Camino de los Pérez y González, más conocido como el antiguo Camino del Miravete, en unos metros, giro por la izquierda en fuerte ascenso durante 700 m hasta el collado,
donde parte la subida
al Puntarrón en la Sierra la Cañisola; la falla del Puntarrón pone en contacto
unos conglomerados rojizos (sedimentos continentales de abanicos aluviales,
ricos en partículas de hierro oxidados, de hace unos 12 millones de años) a la
derecha, con unas margas claras (pertenecientes a depósitos marinos profundos)
más recientes a la izquierda, provocadas por el empuje de la placa tectónica
africana sobre la continental europea, dando lugar a dos zonas claramente
diferenciadas por el color, provenientes de distintas profundidades.
Con las vistas de los Mamellones,
nace por la izquierda un bonito sendero de bajada que, poco a poco, va acentuando su inclinación,
me aboca al ramblizo
que acaba en el Barranco de Los Garres,
donde inicio la vuelta por la Pista de las Basuras; tras un tramo ascendente, con vistas de la Sierra de la Cresta del Gallo, llego al collado (184 m);
a partir de aquí se retuerce desde la Carigüela, cayendo hacia la carretera y cruzando algún olivar; en 200 m por asfalto llego al aparcamiento.
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