Ramblas de Escobedo y los Jurados

Accedo desde la Autovía Murcia-Cartagena, a la altura del Puerto de Cartagena, tomo la salida 155 a Corvera por la RM-601; tuerzo por la derecha a la vista del cartel indicativo de Los Muñoces, El Baldío y un Campo de tiro; en 1 km por estrecha pista asfaltada, aparco junto a un caserío agrícola.

Volviendo por la carretera 200 m, 

entro por el olivar rambla arriba; 

la Rambla de los Jurados se va cerrando poco a poco, 

hasta la junta con la Rambla de los Páramos y un alto muro de contención, 

tras el que se forman unos badlands traicioneros, por eso salgo hacia las ruinas de la Casa de lo Robado,

 

para tomar la Pista de Los Palmas que seguiré por la izquierda; 

destaca en lo alto la Casa del Cerero

 y junto al camino unas colmenas.

Bordeo una finca particular 

alcanzando un collado (369 m) con buenas vistas de los Brianes, Carrascoy, el Mar Menor y el Cabezo del Alto; 

en el paraje de El Baldío, comienzo a descender por una traza que muere en un huerto, 

por la derecha zigzagueando, desciendo hasta el espeso cañar de la Rambla de Escobedo, un animal de buen tamaño hace crujir las cañas rambla arriba, mientras cruzo el lecho con un hilo de agua y sigo rambla abajo.

 El paso, casi impracticable, me obliga a ir trazando eludiendo obstáculos formados por la vegetación, la pared rocosa 

y las pequeñas pozas que origina el curso del agua; 

hago un corto tramo caminando por arriba de la rambla, veo un buen ejemplar de acebuche, 

antes de cortar una pista con poza de agua; 

vuelvo al cauce salvando otra poza; 

el curso ramblero comienza a serpentear perdiendo desnivel, ganando en arrastres, cortes de muros y vegetación de ribera.

A partir de otro cruce de pistas muy embarrado, 

se abren sus paredes para cruzar bajo el Arco de Escobedo, 

un paso abierto en el cerro por las aguas superficiales de la Rambla del Escobedo, que atravieso a costa de embarrarme, 

continuo hasta el enlace con la Rambla de los Jurados; cambiando de dirección rambla arriba, se camina mejor que bien dadas las circunstancias; 

las numerosas oquedades que presentan las paredes gredosas, propias de zonas áridas, secas y calientes como esta rambla, dan cobijo a los conejos que corretean a mi paso y los córvidos que graznan escandalosamente; 

arriba se distingue parte de la Casa de Los Muñoces, donde se ha encontrado un yacimiento con material romano, testimonio del asentamiento de núcleos poblados, aunque solo se tratara en origen de villas y alquerías.

Eludo el cauce rocoso por la trazada ramblera, abierta al paso de las motos de enduro, para rodear un gran muro de contención deteriorado; 

de vuelta en el olivar, acorto ladera arriba 

al cortijo donde me espera el coche y también dos cazadores que se han movido por la zona, ya que la población de Corvera ha estado dedicada a la producción de cereal, aceite, ganado bovino y la caza en los distintos caseríos dispersos por su  territorio, comprendido por los parajes de Los Brianes, Las Casicas y Los García.



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