Mindangueando por Traviesos Senderos del Parque Regional El Valle
Accedo desde la Alberca al Área Recreativa de la Balsa Redonda de El Valle donde aparco.
Subo por la vaguada enfrente de la balsa,
echo un vistazo a una cerrada con yesera,
cruzo la carretera al Sequén
y continuo sendeando paralelo a la misma;
desciende a la Pista del Relojero; la sigo en ligero descenso hasta la entrada a una traza senderil
con abundantes amanitas ovoides,
encaro serpenteando una pendiente muy pronunciada; va remontando junto al barranco; se difumina y pierde entre los arbustos, cuando queda poco pero duro para alcanzar la cota de 342 m.
En pocos metros entronco con un estrecho y agraciado sendero,
conduce por la derecha a la zona asolada por el pasado incendio
y finaliza en la Senda de las Columnas;
con trabajos de talado
y buenas vistas,
voy descendiendo a la zona de escalada
y el cruce con la senda hacia la cantera de áridos y el Centro Ecuestre;
por la derecha parten dos senderos, el de la izquierda es el elegido (por la derecha se sigue el Sendero de las Trincheras). Corto la carretera al Centro Ecuestre
y la Rambla de las Canteras,
para ascender por la pista a la cota,
donde desciende un sendero matorralero y algo accidentado
que enlaza con la linea de trincheras un buen tramo;
obedecían a un plan de defensa estratégico, que abarcaba desde Águilas a Guardamar (Tebar, Purias, Paretón y Cantareros, Los Guiraos y el Puerto de La Cadena en la Sierra de Carrascoy, pero sin un orden continuo de defensa estática, aunque disponía de más de 3 km de longitud en la zona del Puerto de la Cadena al Valle Perdido, su función era la de evitar ataques por tierra a la otra línea de defensa naval con puesto de mando en Cartagena. La dejo
para continuar paralelo a la Rambla Paciencia
en busca de una bajada a su fondo.
Rambla Paciencia nace a unos 500 m de altitud, sobre el paraje reconocido por Las Canteras, desciende por el Cerro de Cueva Colorada, Salabosque y Casas del Valle, hasta la urbanización de la finca de La Paloma, desembocando en la Rambla del Puerto;
con las ultimas lluvias se encuentra preciosa, con vegetación exuberante a base de palmitos, lentiscos, albaidas, enebros de la miera, espinos negros, jaras, espartos y romeros,
además de setas
como la Russula torulosa (Chivato, cabrero, pejín guiscanero),
musgos y “Cagadas de Ángel” (Fuligo cinerea, una especie de hongo o moho mucilaginoso),
paso por la magnífica “curva de las areniscas”
y hago una parada en “El Chamizo”,
ahora adornado con temas indios.
Cambio rambla por pista y sendero al Valle Perdido,
una de las áreas recreativas más visitadas del Parque Regional de El Valle-Carrascoy, con zona de barbacoas, dos pistas de tenis, una de frontón y otra de petanca; desde la primera curva, sigo recto entre las mesas cruzando un ramblizo
y la carretera del Vivero Forestal, para llegarme a un horno de cal
y la pasarela de madera
hacia Territorio Anuro.
Anuros: Animales increíbles entre el agua y la tierra; “anfibio” significa doble medio o doble vida, condicionada por el apareamiento y reproducción en el agua ya sus huevos no tienen “cáscara” que les proteja de la desecación y los golpes y solo los cubre una masa gelatinosa. Hasta llegar al estado adulto, pasan por varias etapas en las que van cambiando sorprendentemente su cuerpo de renacuajo, sin patas pero con cola, a adulto.
Paso por sus charcas
para preservar acondicionando y manteniendo puntos de reproducción para los anuros,
ya que las amenazas que los diezman son múltiples: pérdida de hábitat por la desecación de zonas húmedas, contaminación del agua, aumento de los incendios, atropellos y obstáculos artificiales; encima en la cultura popular y la literatura, los han asociado con la brujería o el Demonio;
observo una agrupación de Amanitas Ovoides,
sigo tras la ultima charca
el chorrillo de agua que la nutre,
a la pista sobre la balsa en un entorno de trepadoras;
sigo por la izquierda cruzando la Rambla del Valle y, paralelo a la pista observando la pasarela acueducto mayor,
rodeo el Albergue Juvenil para descender al aparcamiento.
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