Rambla de Puça
Accedemos desde la A-31 por la salida 202 a la CV-837, aparcando en la explanada del L'Estret junto a la Rambla de Puça/Petrer (38°29'12.55"N 0°45'48.56"W).
Partimos a pie siguiendo el curso de la rambla entre viviendas por sendero, con muestras de arquitectura troglodita,
dejamos atrás el Molí de l'Assut, antiguo molino harinero del año 1.611 y antigua vaquería;
seguimos ligeramente apartados de su margen izquierdo, cruzamos el cauce sin problemas pisteando 160 m; sorteamos un saliente del cañaveral y cruzamos a la otra orilla, atajando un meandro ramblero al Canal de Ferro, un acueducto modernista sobre la Carretera Agost.
Sendeamos un corto
trayecto
a la pista paralela a la carretera, por la izquierda quedan los Molinos de Mahoma y Pinxe;
vemos una antigua casa cueva por nombre Villa Rosita, mismamente como mi acompañante y esposa que enseguida se puso a cavilar posibles reformas;
dejamos la pista frente al vallado de una propiedad, cruzando por algunos pasos de piedra sobre el agua del cauce.
Cruzamos la pista asfaltada a El Figueralet,
entrando por el desfiladero con un impresionante paredón rojizo,
en pocos metros, entre cañas y baladre,
aparecen los restos del Molí del Turc
y su mina;
por las características geológicas e hídricas que tiene la rambla, se construyeron numerosos elementos relacionados con la distribución, canalización y uso del agua, como acequias o presas desde el siglo XVII, las cuales conducían hasta el río Vinalopó.
Vemos un gran arco en las paredes margosas
y cruzamos por el primer puente;
hacemos una paradita junto a un pino monumental con banco de piedra
y cruzamos por el segundo puente;
el sendero nos eleva por una pasarela sobre los restos del Molí del Salt; uno de los 9 molinos diseminados por la Rambla de Puça o Rambla dels Molins a lo largo de sus 14 km, 8 de ellos harineros y uno de pólvora.
Actualmente en estado ruinoso; aunque nos pasamos la vida soñando con cambiar el mundo, en realidad no somos capaces de conservarlo (ni siquiera protegemos nuestros monumentos históricos adecuadamente).
Tomamos el desvío hacia la Cascada y la Poza del Salt, pisando sobre las largas raíces de un enorme carrasco,
antes de disfrutar del espectáculo;
aunque el escaso caudal y el bajo nivel de agua que mantiene la poza, indica que el grave problema por las falta de lluvias del 2024, causante de la muerte de muchos pinos, se ha agravado ante la ausencia del agua que brotaba proveniente de la Mina y del Pozo del Esquinal.
Aunque la concejalía de Medio Ambiente, asesorada por las entidades especializadas del Paisaje Protegido Serra del Maigmó y Serra del Sit y del Centro de Conservación de Especies Dulceacuícolas de la Comunidad Valenciana,
en una actuación de urgencia el pasado verano, vertieron 8.000 litros de agua por medio de una cuba, para garantizar su supervivencia del pez conocido como cachuelo valenciano (Squalius valentinus) y la de otros seres vivos acuáticos.
Remontamos por encima del Salt
con los restos del Molí de Ponça,
para asomarnos a la cascada desde arriba,
las vistas son magníficas;
seguimos un poco más antes de darnos vuelta;
vemos un cubrimiento opaco con geotextil o plástico, al bloquear la luz solar detiene el crecimiento de especies exóticas invasoras en estado incipiente, principalmente caña, ailanto y acacia.
Solo nos resta cubrir la escasa distancia para llegarnos al aparcamiento.
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