Extracción de Muelas en las Canteras del Puerto de la Cadena
Con el fin de perpetuar el legado histórico que la cultura popular nos ha brindado, dedico este reportaje a la extracción de muelas en las Canteras del Puerto de la Cadena;
aspecto que ha sido desatendido por parte de historiadores, arqueólogos, geólogos y ayuntamientos, cuando pueden aumentar las posibilidades etnográficas, comerciales y turísticas de la zona;
basta un dato demoledor y significativo sobre una cosa tan simple y necesaria, como era la rueda o piedra de moler:
Históricamente, controlar cada molino fue estrategia usada por las familias poderosas, los concejos y el clero; mediante el dominio territorial obtenían beneficios y autoridad, sobre la necesidad obtener alimentos básicos desde los diversos tipos de molinos; gobernar pues en origen la fabricación de las muelas, imprescindibles para la molienda, era dominar a los molinos,
por eso era tan importante que la cantera estuviese en sus fueros; de hecho, las canteras de molino se ubicaban en parcelas del ayuntamiento y los concejos las cedían por un año a través de una puja o almoneda para su posterior explotación; la persona que conseguía la explotación, solía contratar a un cantero y también a un guía de bueyes.
Las muelas:
Antes de la Revolución Industrial, la energía muscular, la eólica y la hidráulica, fueron las tres principales fuentes de energía empleadas para hacer funcionar mecanismos más o menos complejos.
En el caso de los molinos, la molturación de los cereales se produce gracias a la transformación de la energía cinética del agua o viento en un movimiento rotatorio que, por fricción entre dos muelas, convierte en harina los granos de cereal.
De todas las ruinas de molinos de vela en el Sur (de pozo, con rueda de arcaduces, salineros, harineros...)
e hidráulicos en el Norte español que he visitado (y son muchas),
casi siempre quedan las muelas semienterradas en la tierra y el olvido, por ser de piedra, muy pesadas y no tener valor monetario;
sin embargo, independientemente del tipo de molino, representaban el ultimo paso antes de la trituración del grano, todo lo demás estaba dispuesto en función de esto último: el agua a gran presión o la fuerza del viento
hacía girar los rodetes, para transmitir a través de un eje vertical (maza), la fuerza que mueve la muela volandera sobre otra inferior que permanece fija, la solera o bajera.
Unas canteras de extracción para abastecer los molinos del Campo de Cartagena, construidos entre los siglos XVIII y XIX, se ubicaban a lo largo del curso de la Rambla del Puerto a la altura del Portazgo, también hay otra zona cercana en la Rambla del Valle con una muela a medio extraer; la práctica artesanal del período medieval en la cultura de la piedra, era realizada por maestros canteros,
algunos disponían bueyes para transportar las muelas; también existían contratos para el aprendizaje del oficio; como algunas canteras eran de mejor calidad que otras, en las obras de reparación de algunos molinos se indicaba en ocasiones, de dónde debían abastecerse de determinadas piedras.
En época medieval, transportar una muela a distancia, con un peso superior a los 500 k por caminos del monte, era una labor complicada; en el siglo XVII el precio normal de una muela era de 15 ducados, equivalente entonces a 10 ovejas con sus crías o a unas 8.000 tejas. Fueron mas importantes de lo que ahora nos parece, pues se exportaron incluso por mar a zonas geográficas distantes; actualmente se investiga en el Archivo de Indias de Sevilla, si lo hicieron “a través de la Mar Océana a las Américas”.
Descripción del recorrido:
Salgo desde el área recreativa de las Casas del Portazgo 37°54'31.81"N 1° 9'44.62"W, zona antaño destinada a las caballerizas y el ganado, pertenecientes a la guarnición del Castillo del Portazgo;
donde transcurre la Rambla del Puerto de la Cadena (separadora del Parque Regional en dos sectores: Carrascoy y El Valle). El Puerto de la Cadena fue una de las vías de acceso a Murcia desde la costa, de nombre antiguo, Puerto de Cartagena, proviene de la época medieval, se colocaba una cadena y había que pagar un impuesto o peaje por el tránsito de personas y de mercancías, para cruzar en ambos sentidos: Cartagena o Murcia.
Corto la Rambla del Puerto por el PR-MU 56,
paso el bosquete
al viejo viaducto árabe con agujeros circulares excavados en la roca provenientes de la extracción de muelas;
aunque las fuentes del Caño y de la Marrana ya no manan, sigue habiendo filtraciones de agua que se acumulan formando pozas de escasa profundidad.
Cruzando por segunda vez la Rambla del Puerto, inicio un duro ascenso
con algún tramo abrupto,
hacia el Cabezo del Puerto y Castillo de la Asomada; cercano al Collado Mosqueras,
enlazo con la senda transversal a media ladera, recorre las estribaciones de la Sierra del Puerto por la cara norte, caminando alternando zonas de umbría con otras soleadas vistas de la autovía,
entronco con el sendero de la Bajada del Cielo
para subir en zig-zag hasta la Pista de las Llanas. En 80 m dejo a la derecha la Pista del Matahombres,
en otros 100 m giro por senda a la derecha,
al poco comienza el descenso precipitándose cuando corto la pista de los “los Zorros”, más conocida como “el Matahombres” (cuando se sube en bici) y desde que la cablearon entubándola, “el Ono”;
con ayuda del track, sigo la continuación del sendero bajo umbrío pinar al cruce senderil,
continuo a la izquierda por el trialero Sendero de los Aisladores;
desemboca al inicio de la subida al Matahombres.
Cruzo la valla del parque y giro en la explanada aparcamiento a la derecha, el corto sendero
finaliza en la urbanización del Paraje Melcarejos;
a su salida dejo el asfalto por pista en desuso;
me acerco a una alquería abandonada
y continuo unos metros pisteando
hasta cruzar una antigua canalización, proveniente de una mina de agua que se encuentra vaguada arriba, y su descenso final a la Rambla del Puerto.
Avanzando orillado a la Poza del Puerto;
continuo hacia la segunda zona con agujeros circulares excavados en la roca, provenientes de la extracción de muelas,
para los numerosos molinos que existían en el Campo de Cartagena mayormente;
salvando la vegetación de carrizos y cañas en un entorno exuberante de palmeras, granados y paleras,
sigo un trecho corto la antigua canalización ramblera;
giro a la izquierda por un talud, entrando en el área de recreo del Portazgo donde me espera el coche.
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