El Salero-Mirador Salinas de Coterillo-Centro de Visitantes de las Salinas-Playa de la Torre Derribada-Observatorio Torre del Coto
Accedemos desde la Autopista del Mediterráneo por la salida 774 San Pedro del Pinatar y Pilar de la Horadada, en la primera rotonda seguimos dirección Lopagán, rectos en la segunda para tomar en la tercera hacia el Puerto y Playas de La Llana, aparcamos en El Salero.
Cruzamos la carretera al carril bici; nos encontramos en El Parque Regional de Las Salinas de San Pedro del Pinatar, contiene una gran variedad de ecosistemas diferentes: playa, dunas litorales, pinar, saladar, charcas o estanques salineros, carrizal, dunas y golas o encañizadas. En 1998 fue designado como ZEPA y es Lugar de Importancia Comunitaria, formando parte de la Red Natura 2000. Las Salinas de San Pedro del Pinatar, son un humedal con arenales situado en la parte norte del Mar Menor y espacio protegido de la Región de Murcia. Tiene una extensión de 837 hectáreas.
Por el carril bici, vemos que al evaporarse el agua del suelo, las sales son arrastradas hasta la superficie, donde son depositadas formando la típica costra salina blanca y se mezcla con el color azufrado del polen arrastrado desde los pinos cercanos por el viento.
La vegetación sumergida está compuesta por tapetes de cianofíceas, por bacterias y algas unicelulares como la Dunaliella, responsable del color rojizo del agua. A la Dunaliella salina se la conoce por su actividad antioxidante, usada en cosméticos y en suplementos nutricionales como productora de beta-caroteno.
Hacemos una parada en el Mirador sobre las Salinas de Coterillo destinadas al procesado, almacenamiento, carga y distribución de la sal.
En el siglo XVIII se construye un muelle de la sal, en 1879 la sal deja de ser monopolio del Estado y salen a la venta, en 1880 el empresario gallego Manuel García Coterillo las compra (salinas de Coterillo).
En 1905 una Mancomunidad las adquiere y amplía sus instalaciones, construyendo los dos molinos de viento: el de Quintín y el de la Calcetera (o Ezequiela), así como el camino que los comunicaba.
Desde 1920 la compañía mallorquina Salinera Española S.A. es la actual propietaria.
Cruzamos la carretera al Centro de Visitantes de las Salinas,
para tomar las pasarelas que bordean la Estación de Acuicultura Marina.
Las especies actualmente cultivadas en nuestro litoral en jaulas flotantes son la dorada (Sparus aurata), la lubina (Dicentrarchus labrax) y el atún rojo (Thunnus Thynnus),
sin embargo, sólo se ha conseguido la obtención de huevos a partir de reproductores criados en cautividad y su posterior engorde, en el caso de la dorada y la lubina.
Paseamos por la orilla de la Playa de la Torre Derribada, vamos observando el romper de las olas y masas de Posidonia Oceánica.
Una de sus utilidades protectoras era la de envolver con sus hojas los vidrios, cerámicas e incluso pescado, en ocasiones de hambrunas se las daban de comer a los camellos.
Otro gran uso de la hoja seca de posidonia era la de insecticida o desinfectante, también para hacer adobe en las poblaciones costeras donde falte la paja. La restauración de las praderas de posidonia enriquece el carbono atmosférico y frena el cambio climático.
Dejamos la playa en 770 m tomando la pasarela al cruce,
seguimos a la derecha por sendero pateado,
observando la escasa fertilidad de los suelos arenosos, las pequeñas gotas de agua cargadas de sal y arrastradas por el viento, hacen solo posible la adaptación de las plantas halófitas, bien por su tolerancia o excretando el exceso de sal. La vegetación destacable se compone de Suaeda Vera (Almajo, salao, sosa),
Sarcocornia (Sus tallos se vuelven rojizos a medida que se llenan de sal. Se ha usado para obtener sosa caústica y en la fabricación de vidrio y jabón).
Alcanzamos el cruce con el Observatorio Torre del Coto,
por la derecha lo visitamos sin suerte con la avifauna;
volvemos por encima del murete de contención salinero al aparcamiento.
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