Zaén-Cañada de Bajil-Calar de la Valera-Umbría de la Centenera-La Fuensanta-Hoya del Gato

 

Accedemos por la RM-15 desde Caravaca de La Cruz, pasando Archivel  (MU-702), en el Campo de San Juan, giramos a la derecha rodeando el Cortijo de Pernias, aparcamos en Zaén de Abajo.

Partimos carretera arriba, con un frio que pela y fuertes rachas de viento lateral; 

torcemos en Zaén de Arriba a la derecha, 

pedaleando por la carretera del Sabinar hacia Benizar bajo el Calar de las Cuevas, en 2,3 km. 

La zona del Campo de San Juan, forma parte de la antigua conexión entre el Atlántico y el Mediterráneo, el denominado Estrecho Norbético; emergida desde finales del Terciario, presenta unos procesos geológicos que han erosionando y modelando estos parajes, donde la estratificación y fácil disolución de las calizas bioclásticas marinas, han dado lugar a un paisaje exokárstico (simas y torcas) y endokárstico (abrigos y cuevas).

Ascendemos con vistas de la Casa de Lope hacia la aldea de Bajil; 

con una docena de habitantes, en una olmeda y rodeada por la explotación agraria extensiva industrial (espliego para producir esencia que se vende a la industria química y farmacéutica), y una zona de huerta vallada para autoconsumo; 

descendemos por la pista de su Cañada; 

hacemos un alto en la Fuente de Las Pilicas.

Comenzamos una fuerte subida desde el cruce al Cortijo del Toral; bordeamos el Puntal de Zanco; pasando por Collado Blanco

 

y entrando en el Rincón de los Huertos por sus casas rurales; 

dejamos atrás el aprisco troglodita.

Torcemos en subida por la pista de la cantera al Calar de la Valera, tras el descenso, cogemos por la izquierda una pista en desuso; hacia su final se halla cortada por árboles tronchados y espesas retamas;

 

buscamos una vereda pedregosa e irregular, donde hemos de ir a pie en su mayor parte; 

en el descenso, si que vamos montados hasta que la traza se empina y desaparece tras haber sido labrada, 

a la vista de las ruinas del Cortijo la Valera, donde tomamos el mantente. Echo un vistazo a los restos de sus corrales, hornos y aljibe.

Salimos por su pista en dirección Norte, 

la Senda de la Valera transcurre entre pinos, coscojas, sabinas negrales, enebros, iniestas, espinos, tapaculeros, majuelos, etc.; 

enlazamos con la principal torciendo a la izquierda, la pista acaba en la Rambla de Lucas; unos metros más adelante, 

reaparece apuntando al mismísimo cielo llena de pedruscos sueltos;

 nos hace empujar las bicis un buen trecho.

Pasamos por un collado (1254 m) 

y unas ruinas; 

la pista deriva por el encinar en la Umbría de la Centenera; 

la madera de encina al ser muy dura, se emplea para fabricar piezas que tengan que soportar gran rozamiento y para hacer carbón vegetal, la corteza para curtir el cuero y las bellotas para alimentar al ganado. 

La encina se ha considerado árbol sagrado en diferentes culturas, actualmente en Extremadura, tierra de dehesas formadas por grandes encinares, ocupa el centro de su escudo, representando más que un árbol, una filosofía de vida.

Rodeamos Cuerda Chica bajo la Fuensanta y su Molata; algunos almendros lucen con blancura resplandeciente; 

giramos a la derecha en rápido descenso por la Hoya del Gato, observando sus calizas grises del Paleoceno, 

a la aldea de Los Cantos, 

donde vemos una caldera para destilar el aceite esencial de los cultivos en sus campos de secano; maquinaría que procesa las plantas recolectadas y transforma en futuras colonias, geles, esencias, aceites, medicamentos, etc. 

 La carretera en suave descenso, 

nos lleva a Zaén de Arriba primero

 y después al aparcamiento.

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