Senda del Agua de Galifa-La Muela

Accedo por la autovia Murcia-Cartagena, circunvalando Cartagena y desde Molinos Marfagones, tomo la E-20 cruzando Canteras, giro por la izquierda hacia el Portús, tuerzo hacia Galifa aparcando en su Polideportivo.

Voy a realizar una variante reducida de la Senda del Agua de Galifa-La Muela, 

inicialmente por campos de cultivo tradicional entre caminos que transitan por parcelas de tierra separadas por muros de piedra en seco; 

aunque la neblina no deja entrever mucho paisaje, 

sí que se observa por la derecha el Molino Nº 122 Villa Flori

 y los viejos algarrobos que jalonan el camino, 

muy abundantes en la zona y resistentes la sequía, con sus semillas se obtienen derivados empleados por la industria alimentaria como aditivos naturales.

Realizo una parada para visitar el Belén Artesanal de Los Díaz de Galifa integrado en la Ruta de los Belenes. 

Un cartel me dirige hacia el paraje de Fuente Vieja, 

constituía la fuente principal de captación para la compañía de Los Cartageneros (1883-1890),

 aprovechando tanto las aguas superficiales que circulaban ocasionalmente por las ramblas de Giménez y del Cabezo Negro, como las subterráneas que abastecían la fuente 

y confluían en un pequeño depósito conocido como caseta filtro de Fuente Vieja, 

en el cual se producía una primera decantación para posteriormente iniciar su recorrido hacia Cartagena mediante una galería subterránea.

Abajo a mi derecha veo en mal estado de conservación el Cedro de Pozo Agüicas, con 17 m de alto, cuerda de sus troncos 2,70 y 2,35 m, 

se supone que fue plantado como árbol ornamental en el siglo XIX por los ingenieros de minas ingleses.

Un poco más delante de una roulot desvencijada, 

se halla uno de los muchos exponentes del patrimonio natural y cultural del agua de la comarca: 

los Depósitos de la Manda 

(construido en los años 20 del pasado Siglo, por la compañía Inglesa para aumentar el almacenamiento con una capacidad de 8.000 m³ lo que garantizaba el suministro al aumento de población)

 y el Depósito de Gimenez (con una profundidad de 4 m  y una capacidad de 1.100 m³, gran parte del cerramiento se ha perdido; 

desde este depósito y mediante tubería de hierro de 0,15 m  de diámetro, el agua era trasladada hasta la caseta filtro, pudiéndose regular esa aportación mediante las correspondientes válvulas ubicadas a la salida del depósito. 

Hasta cinco Galerías subterráneas se han identificado para conducción de agua hacia el Manantial de Fuente Vieja;  constituye el primer punto de almacenamiento intermedio del sistema de captación de aguas a través de las obras hidráulicas (diques, acequias, galerías, cañerías, depósitos…) 

realizadas por las Compañías de Aguas como la de los Cartageneros (1883-1890), reunían unos 300 m³  diarios, de calidad bastante mala, incluso con presencia de microorganismos patógenos. En 1889 se fusionaron con la Compañía Inglesa o Aguas del Inglés (The Carthagena Water Works, 1889-1955, con sede en el edificio modernista Huerto del Ingles de Perín) 

para abastecer de agua potable Cartagena, insuficientes hasta la llegada del agua procedente de la Mancomunidad del Taibilla y del Acueducto Tajo–Segura.

Retrocedo brevemente sobre mis pasos para encarar el ascenso pistero; 

el gps no para de sonar anunciando su falta de cobertura ante la niebla, trazando recto en algunos tramos; hago una paradita para quitarme ropa en la Galería de Fuente Vieja 

y desciendo desde el cruce a Los  Pinares del Inglés y los Balsones de Viveros; 

dos balsas circulares de 5 m de diámetro y 1,5 m de profundidad empleadas por la compañía inglesa para el riego de unos viveros de pinos existentes en la zona.

Un sendero por la izquierda me aupa de nuevo a la pista, 

cumbreando cerros 

como el de la Morra de los Madriles (329 m), 

llegado al cruce con el ascenso final al pico de La Muela (546 m), 

disfruto de las vistas sobre el Monte Roldan embutido en la niebla, 

e inicio el descenso por suelo de tierra suelta, pedregoso e inclinado

 atento al track en los cruces con otros senderos; esta parte es la menos interesante salvo las brumosas vistas del Roldan (471 m). 

A medida que desciendo hacia Los Diaz de Galifa, vuelve a rodearme la persistente neblina; 

el último tramo transcurre sin nada que reseñar, 

a excepción de una tomatera borde en la orilla del camino junto a los abundantes agrillos.  

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