A cada paso una Historia-San Antonio el Pobre-Pinar de La Luz-Aguas del Buitre-Mina la Escondida

Aparcamos en el Área Recreativa de la Balsa Redonda del Valle; 

descendemos por los servicios a la explanada; desde la esquina del arboretum, iniciamos el sendero “A cada paso una Historia”, 

  nos lleva a los antiguos Hornos de Yeso; 

tras recorrer a media ladera un buen tramo, 

descendemos

 hacia la Ermita de San Antonio el Pobre; 

han cambiado el horario y ya no abre a las 8,30 h, sino a las 10 h, como son las 9,15 h nos impide pasar por ella,

 al disponer de información la pondré aquí: Consta de iglesia y dependencias para albergue del ermitaño, además de una cueva excavada en la montaña; 

asociada al conjunto de construcciones religiosas que forman parte de Santa Catalina del Monte; 

su aspecto actual data del siglo XVIII, según los cánones del barroco popular murciano.

Bastante contrariados, volvemos sobre nuestros pasos para salir a la carretera de la Fuensanta; continuamos paralelos a la carretera coincidiendo con el recorrido cultural por El Valle, bordeando la deteriorada fortaleza árabe del Castillo de la Luz, 

construido en la dominación islámica (siglos VIII-IX), se comunicaba visualmente con los del Puerto de la Cadena, la Asomada del Puerto y el de Algezares.

La cruzamos

 para tomar el sendero trialero, boscoso y muy deteriorado por la escorrentía del Pinar de La Luz, 

vamos pendientes de cruzar el ramblizo para enlazar con la Variante Umbrías de Santo Ángel PR-MU 22.1 

hacia el Eremitorio de la Luz, vemos la cueva ermitaña de la cruz (Cueva de la Hiedra); 

interesante el mundo espiritual de ermitas, conventos y santuarios que fueron surgiendo en torno a las cuevas y crestas de la zona como la Cofradía de Los hermanos de la Luz, un grupo de anacoretas que se refugiaban en los abrigos rocosos del entorno, subsistían de los productos de sus tierras y de la limosna.

Entre olivos y algarrobos vislumbramos el Eremitorio de la Luz, 

morada de peregrinos convertidos en ermitaños, en su búsqueda de aislamiento y meditación allá por el S. XV.; más tarde fundarían diversas Congregaciones y Órdenes religiosas en la zona; 

es un ejemplo de aprovechamiento hidráulico eficiente, 

al estar constituido como un impluvio, junto a la balsa intramuros hay dos aljibes conectados, que debían captar las aguas de la fuente para desaguar en ella.

Salimos al asfaltado Camino del Apóstol; 

en la primera curva junto a un cartel, donde destacar las características rambleras, 

comenzamos un ascenso duro y prolongado, 

vamos siguiendo una canalización

 de las que descienden por el Barranco del Sordo, recogiendo las aguas de la Naveta, Teatinos y El Cerillar, descendiendo hacia el Monte del Espíritu Santo, que divide a la rambla en dos vertientes.

El Concejo de Murcia concedía los derechos de tierras y agua en El Valle, por legado reconocido de tradición oral, que Alfonso X, concedió a la ciudad de Murcia, según se interpreta, al no indicarse o excluirse la intervención Real. En virtud de lo dispuesto en la Ley de 9 de Mayo de 1835, un amplio muestrario de fincas, cuyos deslindes se realizaron en esta fecha, se escrituraron al haber cumplido los 30 años de continuo dominio, exigido por la legislación, sobre los terrenos y disposición de agua.

Las principales fuentes que manaban antaño (alguna lo hace aún), eran la fuente del Gusarapo/Aguas del Buitre, explotada por la familia De la Cierva que nos dedicamos a explorar someramente,

dadas la profundidad

 y bifurcaciones que hallamos en su interior; 

el manantial del convento de los Teatinos (antigua fundación jesuita del siglo XVI, ahora finca y residencia privada); Fuente del Santuario de la Virgen de la Fuensanta (propiedad del Cabildo de la Catedral de Murcia); 

el manantial de la actual Balsa Circular de El Valle (propiedad del Estado), 

Fuente de la Finca Torre Isabel (propiedad que fue de D. Horacio Moreu, el agua era encauzada desde una presa con compuertas en la Rambla Paciencia)

 y en la Rambla del Puerto: las fuentes Caño del Agua, de la Marrana (abastecían Cordel de los Valencianos, Cordel de Fuente Álamo, Caseríos del Portazgo y Pertigueros, propiedad de la Sociedad Económica de Amigos del País ) y El Charco (regaba Casa del Pino, Caserío de Las Cuevas y márgenes de la Rambla El Cigarrón).

Entramos en una vaguadilla donde tomamos el mantente,

 antes de enlazar con el Sendero de la Mina; cercana la zona descubierta de la Mina del Cerrillar, registrada en 1899, propiedad de Isidoro de la Cierva, por nombre Escondida; de origen romano y de unos 15 m de altura, excavados con herramientas rudimentarias, descendemos por la derecha en busca de su entrada; 

preparamos las linternas y acometemos los 65 m de túnel con 1,7 m de altura por 1,3 m de anchura aproximada, 

vemos los enseres de un ermitaño moderno (ahora sería un okupa minero),

exploramos brevemente una corta galería que se bifurca

 e iniciamos la salida.

Continuamos cruzando la pista al Relojero por el Camino de las Minas del Cerrillar o Camino del Apóstol (GR-250) en dirección a la Cantera del Feo;

 vemos una mina de agua tapiada que conectaba la Cantera del Feo con el Cerrillar; tras 500 m, en una curva cerrada, 

descendemos  por traza senderil con acusada pendiente; 

el abrupto “Sendero de la Croqueta” (doy fe que si resbalas rodaras como ella),

nos deja en la Rambla del Valle.

 El entretenido sendero pasa junto a una yesera

 y desemboca en la Pista del Relojero; la cruzamos para buscar una traza senderil 

al Sendero del Espino;

 enlaza con la Rambla del Valle 

y vuelve a la Pista del Relojero; 

solo nos queda cruzar la pista asfaltada del Sequén y alcanzar el aparcamiento desde el Albergue Juvenil.

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