Arroyo Hurtado-Coto Minero del Distrito Gilico-Coto de las Maravillas-Poblado Western

Accedemos desde la autovía Murcia-Caravaca RM-15, Salida 41 a la Copa de Bullas y por la carretera del Chaparral, aparcamos en la aldea de Arroyo Hurtado.

Partimos con -2º por asfalto hacia el Chaparral, en 100 m, tomamos a la derecha  por la pista de tierra de Los Descepaos; 

vamos rodeando el yacimiento Ibérico del Cabecico delTrigo

pisteando en descenso dejamos las zonas cultivadas por el monte bajo; 

con los dedos hechos cubitos pasamos por el Coto Minero del Distrito Gilico (término municipal de Cehegín).

Vemos los edificios, lavaderos 

y el gran lago que fue el laboreo a cielo abierto de la mina María, provocado por una gran avenida del Río Quípar en Noviembre de 1988; 

el Pozo Kinito era una mina de extracción mineral a cielo abierto de magnetita, su gran oquedad junto al río Quipar, hizo necesario desviar y canalizar las aguas del río para no afectar a la explotación. El hueco de la mina tiene un volumen de 3.600.000 m³, con una profundidad de 90 m. 

La magnetita (Fe3O4) con un 70% de hierro y propiedades magnéticas se exportaba a Alemania, la guerra mundial de 1914 supuso la quiebra del negocio; acabó el “cable” desmontándose en 1954, fue transportado y reutilizado en las minas leonesas. 

El “cable” (tren aéreo con vagonetas), transportaban el mineral desde el Coto Minero de Cehegín y el Distrito Gilico, hasta la Estación de Tren de Calasparra; este último se inauguró en 1908 con sistema Roll, de 15 km de largo y movido por la energía eléctrica del Salto de Cañaverosa.

Cambiamos de pista en el Olivar, paraje natural amplio de pastos y agro de secano, hacia la Cañada de Juan Ruiz; 

abandonamos la pista principal en descenso cortando el Arroyo de Gilico, 

para coger el Camino de los Baños de Gilico; 

torcemos a la izquierda por pista, tomamos el mantente poco antes de alcanzar la  encrucijada con la desaparecida Cruz de la Doncella, levantada en memoria de la triste historia de una joven pastorcilla de Bullas, fulminada por un rayo cuando guardaba un rebaño de ovejas; aunque existe otra versión divulgada por los viejos del lugar, donde un lujurioso arriero que se encaminaba a Cieza, perdió el poco juicio que poseía e intentó violarla y ante la oposición de la doncella la asesino. Aunque ya no está la cruz, queda el montículo de piedras que los caminantes colocan en su honor.

Seguimos a la izquierda en ligero descenso

 entrando en los dominios del Coto Maravillas (masa   forestal de 110 has) vemos trabajos de tala y comenzamos una serie subidas, 

aunque cortan el resuello, 

nos hacen entrar en calor, alcanzamos la Casa Forestal el Refugio donde hacemos una parada con vistas.

Descendemos por pista de traviesas al cruce; 

vamos a la derecha entrando de lleno en el Parque de Turismo Activo “Coto de las Maravillas” 

de  uso educativo, recreativo y turístico, situado entre los ríos Argos y Quipar y a 9 km de Cehegín; 

cuenta con zona de acampada, 3 rutas de senderismo, miradores, aula de naturaleza, aseos adaptados a minusválidos, Kiosko, anfiteatro, zonas de barbacoas y juegos, tirolina, tiro con arco y rutas medioambientales guiadas.

Para salir del vallado nos desplazamos unos metros a la derecha, 

tomamos la pista por la izquierda hacia el Encaramador Pequeño (634 m), 

seguimos rectos en el cruce con el Camino de las Casas Coloradas, entre el Alto de la Jabalina (604 m) y la Albaidosa (565 m); giramos a la izquierda en el cruce a Los Carrascos por el Camino al Chaparral; en 550 m, viramos a la derecha entre cercados hacia el Río Quipar, cuyas crecidas eran aprovechadas por los romanos para el cultivo de olivo (aceite) y cereal (trigo); testimonio de épocas remotas son la humilde necrópolis en la Casa de la Vereda y de la existencia de un ajuar funerario en el Cortijo de los Panes.

La pista termina en un abandonado poblado tipo western o antiguo albergue, 

según suposiciones (Rancho Cehegín), consiste en servir como campo de batalla en partidas airsoft; en el exterior observamos la arquitectura del típico bar del lejano Oeste

 y el interior de las dos edificaciones,

 se asemejan a las que nos tienen acostumbrados los espagueti-western hechos en Almería.

Acabada la exploración de tan insólito entorno, cruzamos por un paso entre el cañaveral 

para enlazar con la pista al Cortijo de Los Carrascos, 

por donde cruzar el río Quipar y volver a la salida cortando Arroyo Hurtado.

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