Cavidades y minas de Portman

Acceso desde la Autovia AP-7, CT-32 y CT-34; tomando dirección Portman desde La Esperanza N-345; aparco a la salida de Portman

junto al Lavadero Roberto;

el mayor lavadero de flotación diferencial de Europa, fue el causante de la colmatación de la bahía, su forma de herradura constituía un sólido abrigo natural como muelle de embarque de las menas.

Enfrente, comienzo a caminar entre el verjado por el sendero,

asciende progresivamente durante 500 m;

cambio de dirección a la izquierda,

paso junto a la tubería responsable de la eliminación del transporte de mineral en los vagones por el Túnel José Maestre;

arriba del lavadero Roberto

me recreo con las vistas panorámicas de la Bahía de Portman.

Llego a los vagones y la locomotora abandonados,

me acerco al túnel Jose Maestre (2.400 m),

la explotación de la mina a cielo abierto “Cantera Emilia”, precisaba de una salida hasta el lavadero Roberto y de los vagones metálicos del ferrocarril (3478 m) que lo unía con las instalaciones de concentración en el edificio de la trituración secundaria (sección de moliendas). Actualmente se halla inundado y colonizado por la vegetación.

Veo una covacha

y busco el inicio de un sendero muy empinado,

lo dejo por una traza cuando debo orientarme a mi derecha; enlazo con otro sendero y lo sigo un corto trecho, pero no asciende, debo realizar monte través un ascenso dificultoso, por las grandes piedras entre los arbustos, el matorral y la pendiente;

vuelvo a entroncar con otro sendero poco definido,

acaba pronto junto a las ruinas de un pozo envuelto en tupida vegetación;

voy abriéndome paso como buenamente puedo pero sigo sin poder subir a la parte que me interesaba explorar.

Como toda la montaña esta horadada, voy encontrando numerosas bocaminas,

simas

y los muros de las edificaciones mineras anexas;

si hubo algún paso, ha sido devorado por la vegetación a base de cornical y pistacias, pero lo peor son los numerosos y grandes pinos atravesados;

a base de paciencia y clavando bastones para saber si hay suelo firme en los taludes; me veo obligado a descender por una acumulación de estériles para luego volver a subir, cuando entronco con un sendero firme junto a un pozo,

una cornisa me invita a caminar cambiando de dirección, ya que ahora mi objetivo es una cuevona en lo alto del cerro.

Tras arduo ascenso compruebo que tiene poco fondo,

pero las vistas de la cuenca minera son de escándalo; realizo una fácil trepada para encaramarme a la cuerda lomera, con vistas de la machacadora de minerales Traylor, el Cabezo de Las Lajas (372 m) y el Sancti Spiritus (396 m).

Rodeo una enorme balsa y desciendo a la pista de vuelta.

Sigo por la izquierda en ligero descenso 850 m, dejando la pista por estrecho sendero,

desciende pronunciadamente entre restos mineros,

para entrar en una gran cavidad con goteras y desprendimiento;

el sendero definido se pierde en la rambla,

la cruzo para volver a seguirlo hasta la carretera de Portman; por la derecha hago unos metros por el arcén,

para atajar por la arbolada carretera al Puerto de Portman (GR-92).

Rodeando el vallado me aúpo al dique,

observando la avifauna que aprovecha las balsas;

como andar sobre los bloques es algo incómodo, sigo por la arena negra de la Playa de San Bruno hasta Punta de la Cruz,

el puerto deportivo

y el Faro de Portman (torre cilíndrica automatizada en 1977, con 8 metros de altura y alcance de 24 Km),

continuo por la pista que bordea las balsas de regeneración para La Bahía de Portmán, fue la zona más degradada del Mediterráneo por los vertidos, con materiales altamente contaminados (plomo y cadmio) de la explotación minera entre 1956 y 1990.

En 1986 Greenpeace actuó en la zona propiciando que la Peñarroya, cuyo negocio minero ya no era muy rentable, vendiera sus derechos mineros y propiedades a la empresa Portmán Golf. Administración y tribunales justificaron el atentado ecológico, a cambio de beneficios económicos para la zona y sus habitantes dedicados a la pesca. Los trabajos de regeneración no impedirán que el enorme legado patrimonial siga deteriorandose.