Paseo por el Casco Viejo de Mojácar
Salimos caminando en ascenso a la plaza Rey Alabez, junto al parking, donde se encuentra una de las dos estatuas a las Mojaqueras, realizada en bronce, simboliza el cambio de calzado que hacían las antiguas mujeres a la entrada y salida del pueblo.
En su mármol se puede leer una guajira; conjuntamente, representan el esfuerzo de la mujer que cultivó la tierra, cuidó de la casa y la familia manteniendo en pie su pueblo, a pesar de guerras, sequías y emigraciones.
En el cruce, seguimos a la derecha por la Calle Morote,
en el siguiente, ascendemos a la izquierda bajo la atenta mirada de un gato,
a la coqueta Plaza de la Fura y la Mocita;
unos metros arriba, se encuentra la Casa Museo La Canana, con más de 200 m² de exposición, decorada con objetos de principios del siglo XX; recibe el nombre de una mujer conocida en el pueblo, por dedicarse a la venta de tabaco.
Los detalles en los rincones mas insospechados,
compensan la “prostitución turística” que percibimos tras los muchos años que han pasado de nuestra última visita; algo casi irremediable y difícil de contener, pero que habría de cuidar mejor; aun así resulta placentera la visita a su casco histórico, de estrechas y sinuosas calles engalanadas como la de Enmedio,
por donde paseamos buscando una salida a la izquierda;
lo hacemos bordeando la porticada Plaza del Parterre por sus escaleras; se piensa que fue una antigua necrópolis árabe, ya que se han encontrado restos orientados hacia el oeste (La Meca). En un bello rincón se encuentra una de las escenas de la Reconquista, que se recrean en la sillería del coro de la Catedral de Toledo.
Salimos a la Plaza Frontón
donde se encuentra la iglesia parroquial de Santa María, construida a finales del S. XVI, probablemente en el emplazamiento de una antigua mezquita árabe; cumplió funciones de culto y fortaleza al estar construida con grandes sillares de piedra; de interior muy sobrio, entre sus imágenes, destacan la Virgen del Rosario y San Agustín, patrones de Mojácar.
Rodeando la iglesia por la Calle del Alcalde Jacinto, atravesamos por nuestra izquierda una apretujada galería comercial,
para volver a callejear, de la Calle Aire
al Mirador de la Plaza Nueva,
punto de encuentro y corazón de la vida mojaquera; nos asomamos a su extenso mirador de panorámicas vistas sobre las vecinas poblaciones de Turre, Bédar, Los Gallardos, Vera, Garrucha, Cuevas del Almanzora, Villaricos, Sierras de Cabrera, Bédar y Almagrera, así como el lecho del Río Aguas a los pies de Mojácar.
En la plaza se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, construida en el S. XVI sobre una antigua mezquita mora; es propiedad privada y alberga una tienda.
Entrando por la Calle Indalo, subimos por la derecha entre tiendas de artesanía;
cambiamos de dirección en el cruce de calles, girando a la derecha y bordeando el Mirador del Castillo;
descendemos por un paso muy estrecho,
que desemboca en la preciosa Calle Puntica;
a la izquierda, entre las viviendas aferradas al talud, se observan retazos de mar abierto y casa colgadas del escarpe rocoso.
Pasamos junto al arco de la Puerta de la Ciudad,
acceso originario a Mojácar que se abría en la muralla; vía de comunicación hacia la Cuesta de La Fuente y la Plaza del Caño; ostenta el Escudo de la ciudad con el águila bicéfala de la casa de los Austria, donde pueden verse: torre, llave, cimitarra, y leyenda “ A la muy noble y leal ciudad de Mojácar, llave y amparo del reino de Granada”.
Seguimos por la izquierda la Calle Estación Vieja, con el llamativo edificio Pensión El Torreón, de estilo naíf;
enlazamos con el track de la ida y volvemos al aparcamiento.
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