Senda el Carrerón-Cantera de Ofitas-Rambla de la Cañada de Miñano-Barranco del Pantano-Senda Morisca

 

Accedemos desde la MU-522 por Villanueva del Segura hacia Ricote (RM-550/521), pasada la población, en 330 m, aparcamos entre olivos junto a Fuente Buena.

Partimos caminando en subida por la acondicionada Senda el Carrerón PR MU-8.1; 

vemos un corral con aves 

y cabra, 

mientras alcanzamos el Mirador de Fuente Buena

 sobre el Valle de Ricote, encajado en el tramo alto murciano de la Cuenca del Río Segura, con un ramillete de huertas aprovechando terrazas y depresiones entre los corredores montañosos, en los que han labrado sus cauces barrancos y ramblas como las del Judío, Moro, Tinajón en la margen izquierda y las de la Cuna, Benito, Mayés y Carcelín en la margen derecha;

 esta vez será protagonista, la injustamente olvidada Rambla de la Cañada de Miñano; nace en los Cuernos de Ricote, transcurre por la Almarcha, Cañada Gil y Campo de Abajo donde cambia de nombre, pasando a denominarse el Barranco del Pantano, en referencia al Embalse de Ojós.

A medida que ascendemos 

observamos Ricote, pueblo de marcado historial morisco, además de haber sido los últimos en salir de España; los moriscos ricoteños consiguieron alegando su cristianismo, evitar el decreto de expulsión de 1609, pero el interés económico que la oligarquía local tenía sobre sus bienes, propició el que en 1613 se promulgase un nuevo decreto dirigido contra ellos; fueron expulsados desde el puerto de Cartagena con destino a Berbería.

En clara alusión al legado histórico de aquel pasado árabe que dejó su huella en estas tierras, realizaremos un buen tramo de la Senda de los Moriscos, PR-MU 8, 

pero antes cruzaremos por el impresionante desfiladero de El Carrerón;

 aprovecha una fractura natural acondicionada para permitir un paso de herradura en el camino histórico de Ricote a Andalucía, en comunicación directa con Calasparra y Bullas. 

Con 110 m de largo, restos del suelo pavimentado y una anchura de paso entre 1,7 y 4,5 m, tallado en roca en la boca más alta y obra de mampostería en la baja; 

este paso montañoso era usado por los ganaderos que empleaban la Vereda de Ojós, vía pecuaria que comunica el vecino pueblo ribereño con la Vereda del Puerto del Caballo y Blanca. 

El conjuntos de agujeros de la pared rocosa, fueron producidos por antiguos organismos litófagos (probablemente bivalvos) cuando toda la estructura se hallaba sumergida.

Salimos del Carrerón 

pasando por la Pinada del Che, 

entroncando con la pista del Sendero de los Moriscos (por la que volveremos), nos dirigimos rectos hacia Cabecito Negro donde se halla la cantera de ofitas; 

rocas de color oscuro, normalmente verdes, cuyas superficies alteradas presentan tonalidades rojizas por los óxidos de hierro, liberados al descomponerse los minerales ferromagnesianos; 

como su superficie, cuando ésta está poco alterada, recuerda a la piel de algunos ofidios se las designó como ofitas, 

aunque comercialmente se denominan pórfidos, se usaban como áridos para el asfaltado de carreteras, pavimentación de vías de ferrocarril, etc.

Comenzamos un fuerte descenso por pista en desuso, agravado por la erosión provocada por la escorrentía, 

al cauce de la Rambla de la Cañada de Miñano, 

preñada de fenómenos geológicos y formaciones acarcavadas en sus altos paredones terrosos, 

desde donde pudo haberse despeñado un ejemplar de jabalí que encontramos al paso; el transito presenta un primer paso cerrado con un tobogán rocoso fácilmente salvable; 

se abre después 

para mostrarnos la inusitada belleza que nos circunda, 

antes de cerrarse nuevamente, al punto que un talud nos impide seguir por su lecho, se rodea mejor por la derecha, salvando una corta y pronunciada pendiente.

De nuevo en el cauce, aparece el agua 

que juega al escondite según sea permeable o no; 

el cañón ramblero vuelve a estrecharse 

y serpentea pasando junto a un afloramiento; 

el cambiante aspecto de la rambla nos fascina, pues el colorido de los minerales rocosos y las incrustaciones o relieves, mantienen nuestra constante atención, 

hasta el momento de la salida donde tomamos el mantente.

Un sendero por la derecha nos separa del cada vez mas profundo recorrido ramblero, se abre a las plantaciones de cítricos mostrando un canal acueducto; 

remonta brevemente mostrando un horizonte de floridos almendros con algunas palmeras, olivos, almendros, higueras, granados y naranjos.

Enlazamos con la pista de la finca, 

pasando por el borde de un huerto, 

para volver a retomar el sendero 

junto a un canal vacío orillando el pinar; 

comenzamos el ascenso con vistas del Embalse de Ojós, Sierras de Solán, Navela y Chinte; 

el empinado camino con zonas pedregosas, 

entronca con la pista forestal (Senda Morisca), muy cercana a la curiosa formación en lo Alto de La Umbría conocida como la Ventanica de Ojós.

La Senda Morisca nos transporta a media ladera, 

distinguiendo en la Vega Media del Segura las poblaciones de Blanca, Abarán e incluso Cieza; 

caminamos desde la Loma de La Fuente al Carrerón, con vistas aéreas de nuestra rambla y también del alto de Almeces en la Sierra de Ricote;

 enlazamos con el track de la ida, 

de vuelta a la salida.

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