SL-A62 “Senda Minera” Lucainena de las Torres

 

Accedemos desde la NA-340a (Tabernas-Sorbas), giramos por la ALP-130 al aparcamiento en la entrada de Lucainena de las Torres.

Partimos caminado Calle Bilbao arriba, 

dejando la vía verde a nuestra izquierda, 

torcemos a la derecha en el primer cruce, 

pasando junto a la Iglesia Parroquial del siglo XVIII, 

en la puerta principal se encuentra un hermoso mirador denominado "El Poyo de la Cruz"; 

dejando atrás las ultimas casa del pueblo, 

nos internamos por camino agrícola 

donde se refleja la principal actividad productiva de la zona: Cereales, almendros, olivos y ganado lanar.

Pasamos junto a una antigua alberca, 

antes de alcanzar la zona re-acondicionada 

y el horno de calcinación rehabilitado, con 20 m de alto,

 está equipado con una escalinata de 60/70 escalones 

a través de la cual se accede a la parte superior, con un pasillo que lo rodea,

 aprecia una amplia panorámica tanto de los otros 5 hornos, objeto de obras de mantenimiento para evitar su deterioro, como del entorno próximo.

La proliferación de yacimientos de mineral de hierro en la zona de Lucainena,

 atrajo la atención de posibles empresarios, pero sin un medio de transporte adecuado 

no era posible explotar económicamente estos yacimientos, 

hasta que se unieron el naviero Ramón de la Sota, junto a O. Kreizner y H. Borner y fundaron en Bilbao en 1893 "La Compañía Minera de la Sierra Alhamilla" 

para suministrar hierro a los Altos Hornos de Vizcaya, en Bilbao, 

se evacuaba en un ferrocarril de 36 km de longitud, que unía Lucainena con la bahía de Agua Amarga (Nijar), 

donde se instaló el almacén-deposito de minerales y un cargadero en mar abierto del tipo Cantilever.

A medida que avanzaban en la explotación, aparecía menos óxido y más carbonato de bastante menor riqueza de hierro, requería ser calcinado en unos hornos especiales para que adquiriese la riqueza (el tenor) que demandaba la industria siderúrgica. 

Se construyeron un total de ocho hornos de fundición con aspecto de torreones de vigilancia; se estima que cada horno tenía unos 20 m de altura y su capacidad de 50 toneladas de mineral calcinado por horno/día. 

Una vez calcinado el mineral se seleccionaba y se cargaba en vagones que, a través de un plano inclinado, llegaban cargados a la estación de Lucainena, desde donde salía el tren hacia el cargadero de Agua Amarga. 

Se comenzó a explotar en 1896, cesando por completo en 1942 la actividad, desmantelándose las instalaciones mineras y ferroviarias.

Seguimos el SL-A62 “Senda Minera”, 

cruzando por el corto túnel 

a las ruinas de los edificios de cuadras de la compañía minera; 

enlazamos con la pista principal que seguiremos por la izquierda, 

remontando la zona de los hornos

 al lavadero publico El Marchal, 

que siguen utilizando los vecinos, donde podemos saborear exquisita y fresca agua de sierra llegada del nacimiento del Peñón.

Vamos en ligero descenso, para torcer a la izquierda por camino rehabilitado de acentuada pendiente,

 callejeamos 

disfrutando de la armonía, silencio y rincones floridos,

 llegando a la plaza del pueblo con el Ayuntamiento, fuente y su centenario árbol. 

Solo nos queda enlazar con el track de la ida al aparcamiento.

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