Ruta de los Bienes de Interés Cultural (BIC) por la Vega Murciana
Dentro del Régimen general de protección del Patrimonio Histórico, existen tres niveles de protección en función de la singular relevancia del bien. Ordenados de menor a mayor protección:
Patrimonio Histórico Español.
Inventario General de Bienes Muebles.
Bienes de Interés Cultural.
La protección de estos bienes implica, el que los propietarios o titulares tengan unos derechos y obligaciones establecidas en la propia Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español; en concreto, los muebles declarados de interés cultural y los inventariados no pueden transmitirse a particulares ni a entidades mercantiles, impidiéndose a estos la adquisición por prescripción; existe un procedimiento en caso de vender o exportar, donde el Estado tiene la preferencia, siempre que trate de adquirir bienes muebles para un museo, archivo o biblioteca de titularidad estatal.
Aunque la protección penal del patrimonio cultural, se dispensa a todos los bienes que lo integran, la realidad es que falla la eficacia de la protección que merecen muchos de ellos, basta examinar el listado de nuestros BIC, para constatar que han desaparecido escudos nobiliarios o el deterioro que presentan las chimeneas fabriles por poner un ejemplo.
La ruta se centra principalmente en los Bienes de Interés Cultural (BIC), grado máximo de protección de bienes inmuebles y muebles declarados de interés cultural que he recopilado en un entorno de huerta, pueblos y ciudades de la vega murciana.
Parto desde el Auditorio Victor Villegas
por el carril bici
al Paseo de Malecón (BIC), obra de ingeniería correspondiente al periodo Barroco S. XVIII 1420-1736 con remodelaciones hasta el Siglo XX. Viene a ser como un paseo marítimo pero sin mar;
su función fue la de contener las acometidas del Río Segura evitando inundaciones; desciendo por la rampa
al jardín del Malecón
para ver la preciosa portada barroca del huerto de las Bombas (BIC)
con sus columnas salomónicas y sus esculturas de piedra.
Retomo el Paseo del Malecón
al Molino del Amor en La Albatalía,
donde la Acequia Mayor de la Aljufía, se divide en tres ramales (acequia de Caravija por la derecha y Zaraiche por la izquierda);
me acerco a la cercana chimenea nueva de Conservas Caravaca
y la Casa-Ermita de Los Clérigos, de planta rectangular y nave única, su decoración en color azulete y amarillo denota su relativa modernidad (principios del siglo XIX) y el disponer de balcones.
Dejo la Avenida de la Ñora por el Carril de Los Penchos para ver la Casa-Torre de Los Castaños del siglo XVIII,
planta rectangular, con una pequeña montera y aspecto de fortaleza, de escasa decoración exterior salvo algo de rejería y una terraza a modo de barandilla.
Rodeo el restaurante El Pencho para encontrar la Casa-Torre Masa,
de estructura rectangular con la sala abierta en la parte superior para la producción de seda, actividad económica de los siglos XVIII-XIX. Su tejado “a dos aguas” con alero tipo aragonés está cubierto con teja árabe.
Pedaleo por los caminos y carriles huertanos
hacia el siguiente BIC, la Iglesia y Monasterio de San Pedro (Los Jerónimos)
obra de arquitectura religiosa del S. XVIII; El conjunto monástico llamado popularmente el Escorial Murciano,
sirvió como morada de enfermos del Manicomio de Murcia durante el cólera de 1855, para los asilados de la Misericordia, hospital de sangre en el período del Cantón Murciano, sufrió numerosos saqueos y abandonos, incluso funcionó como cuartel de instrucción para nuevos pilotos del ejército republicano.
Actualmente acoge las dependencias de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).
Aprovecho el carril bici
para dirigirme la Noria de la Ñora (BIC), Bien de Carácter Etnográfico del periodo gótico (siglo XIV).
Con 13,20 m de diámetro de reclamo turístico, pues ya no riega su acueducto parcela alguna y su canal devuelve el agua que recoge a la misma acequia;
por el tipo de radios y ejes se puede entroncar con la tipología de rueda romana;
movida por el agua de la acequia Mayor de la Aljufía, recoge ésta en los cangilones laterales, que a su vez depositan el agua en un canal (Brazal de las Rejicas).
De aquí parten las Acequias de Churra la Vieja y Alfatego.
Continuo pisteando por la Travesía de Rueda sobre la soterrada Acequia Aljufía para ir rodeando La Fábrica Militar de Pólvoras, Molino de la Pólvora en lenguaje popular; propiedad de la empresa alemana Rheinmetall,
alberga todo tipo de edificios, desde pabellones hasta talleres, pasando por hangares, túneles
y la capilla de Santa Bárbara.
Cruzo por la carretera que divide en dos partes las instalaciones.
Enlazo con el carril bici hacia el Soto de las Aneas y la Presa del río Segura "Azud de la Contraparada" (BIC),
obra de ingeniería del S. XIX; epicentro de la diversidad hídrica, de ella parten las tomas de las dos acequias principales, cada una situada en un margen del río; la de Aljufía al Norte (S. X) y la de Alquibla al Sur (S. XII);
se ramifican por la vega murciana en otros cauces menores, formando una amplia red que abastece de agua a todas las tierras de la huerta; el agua sobrante es reaprovechada para el riego por azarbes;
la longitud de todos estos cauces supera los 500 km (la mayor de toda España), sirve para regular el microclima del valle, el nivel freático y como sistema de drenaje en caso de inundaciones;
la escasa industria del municipio casi siempre se instalaba junto a estas acequias, bien para el movimiento de los molinos o para aprovechar su agua, como las fábricas de la Pólvora, la Seda, el Salitre y otras factorías de jabones, lana y curtidos. Para elevar el agua de las acequias o de pozos se construyeron artilugios mecánicos como las norias (de La Ñora y Alcantarilla), la aceña o ceña, movida por la fuerza de un animal y el ceñil, movido por uno o dos hombres.
Cruzo por el puente de madera sobre el Río Segura
rodeando la presa,
para tomar desde la caseta de sondeo Motor de los Llanos,
el precioso sendero entre huertos de limoneros
a la pista que, cruzando Javali Nuevo y sendeando después,
conduce por carretera sin tráfico hacia el Acueducto de Los Arcos,
formado por tres acueductos adosados entre sí para albergar los canales de las acequias Alquibla, Turbedal y Dava,
con el fin de salvar el desagüe de la rambla de las Zorreras en el río Segura,
supone un conjunto arquitectónico de gran envergadura y complejidad, reflejo de un tipo de construcción característico de la sociedad agrícola tradicional y uno de los vestigios del sistema de regadío histórico de la huerta de Murcia.
Cruzando la carretera de Alcantarilla entro al Parque del Acueducto de los Arcos por detrás de su Noria "Rueda de la Huerta" (BIC), Bien de Carácter Etnográfico del (S. IV d.C-1956);
la noria actual de metal fue instalada en 1956 por la Sociedad Metalúrgica Naval y Terrestre de Alicante con las mismas proporciones que la de 1890, 11 m de diámetro, 1,90 m de ancho y 8 m de alto. Cuenta con 72 cangilones que vacían el agua en el canal del acueducto a 7,10 m del agua. Así la Noria pasó a abastecer a unas 3000 tahullas.
Cruzo bajo el Acueducto,
dejando a la derecha Auditorio
y Yacimiento,
paso junto a la Oficina de Turismo
y la escultura de una figura vestida de huertana;
salgo del recinto tomando por el Camino de la Piedra y la Avenida Santa Ana para acceder a la Plaza de Cayitas;
enclave del edificio Casa Cayitas BIC, Arquitectura Civil desde el periodo Ibero-romano al Barroco del S. XVIII;
sede del Tribunal Comarcal de La Inquisición entre los siglos XVII y XVIII;
aunque en la actualidad Alcantarilla sigue haciendo honor a su pasado como “pueblo de brujas” representando en sus fiestas el juicio y la quema de una bruja, el origen proviene del edificio Casa Cayitas; cuenta con un relieve del escudo del Santo Oficio
y una pequeña ventana a ras de suelo, única fuente de luz de lo que una vez fueron los calabozos; cuenta la leyenda que, al caer la medianoche y reinar el silencio, se escuchan lamentos provenientes del sótano, donde estaban las mazmorras.
Ahora es la sede del Archivo Histórico Municipal de Alcantarilla, un palacete construido en el siglo XVIII, en su fachada principal preside el escudo con los símbolos de su heráldica, una cruz, flanqueada por la espada y el laurel.
Algunos afirman que entre sus muros se juzgó a mujeres acusadas superstición y brujería (Injurias, manejos impíos, sospechas de herejía... delitos contra la fe),
además de otros pecados contra natura de la época como la sodomía o la prostitución, siendo sus mazmorras escenario de los lamentos de los condenados antes de ser trasladados y ejecutados.
Las mujeres fueron las principales afectadas, como lo atestigua la lista de personas acusadas y enjuiciadas. Los juicios se usaron a menudo para dirimir diferencias personales entre vecinos, para apropiarse de tierras y propiedades. Estudios bien documentados atestiguan que La Inquisición de Murcia solo tenia un Tribunal y juzgaba exclusivamente en la capital.
En Alcantarilla jamás hubo un Tribunal, ni se juzgó a nadie en la localidad. Los cientos de casos de juicios inquisitoriales se encuentran en el Archivo Histórico Nacional de Madrid y ninguno tuvo sede en Alcantarilla.
Tampoco juzgó a brujas, a lo sumo acusó de hechicería a algunas mujeres; entre ellas solo existe un caso relacionado con Alcantarilla, por lo que la frase de “Alcantarilla tierra de brujas” se la inventó algún atrevido.
Echo un vistazo al durmiente,
la altiva Chimenea de la Fábrica de la Esencia
y la repujada bruja (Baba Yaga o Kuruja?)
y vuelvo sobre mi rodada para visitar,
pasada la Puebla de Soto, en el paraje de la Boquera, la Ermita de San Antón o de la Escudera,
pequeño templo fundado en 1765 por don Baltasar Escudero, hacendado de esta pedanía,
de estilo barroco popular con la imagen de la Purísima Concepción de los Ángeles en su hornacina;
la ermita adosada a la Casa de la Escudera, presenta un escudo nobiliario (BIC).
Pedaleo hacia la Estación Intermodal de Mercancias de Adif, cruzando por encima de la carretera de Alcantarilla, me dirijo por pistas asfaltadas entre casas de huerta hacia San Ginés y Aljucer donde se encuentra la Iglesia Parroquial Nª Sra. de los Dolores,
cuyos escudos está catalogados BIC.
Continuo por la Calle De la Cruz, en la sobresaliente esquina del número 31,
se encuentra un escudo nobiliario (BIC) muy deteriorado del S. XVIII.
Me vuelvo a Murcia
pasando por el Cuartel de Artillería, antiguo complejo militar edificado entre 1921 y 1925; donado al ayuntamiento a finales del siglo XX, actualmente es un complejo de seis pabellones con diversos museos e instituciones;
dejo atrás la Pasarela Manterola
llegando al Museo Hidráulico Molinos del Río;
los antiguos molinos harineros son desde 1989 un Centro Cultural y Museo Hidráulico,
donde exhibir las instalaciones de los molinos harineros y la programación continuada de exposiciones temporales (Sala Caballerizas), relacionadas con la etnografía, arqueología y cultura.
Me desplazo unos metros para echar un vistazo a Fábrica de Harinas "La Constancia"(BIC) Patrimonio Industrial del S. XX; conjunto fabril que estuvo compuesto por cinco edificios, de los que hoy sólo se conserva uno, dedicado a la molienda de cereales y a la producción de harina.
Solo me resta pedalear por la mota bajo los puentes
y salirme hacia el auditorio, fin de ruta temática.
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