AR Casas del Portazgo-PR-MU 56-Matahombres-Sendero de los Aisladores-Rambla del Cigarrón
Pepe Serrano haciendo de Till Eulenspiegel |
Accedemos por la Autovía A-30 Murcia-Cartagena, tomamos la Salida 150 a La Paloma; en la rotonda por la Vía de Servicio; aparcamos a su final en el área recreativa de las Casas del Portazgo.
El Puerto de la Cadena proviene de la época medieval, se colocaba una cadena y había que pagar un impuesto o peaje por el tránsito de personas y de mercancías, para cruzar en ambos sentidos: Cartagena o Murcia; de nombre antiguo Puerto de Cartagena.
Partimos pegados a la autovía, rodeamos la zona antaño destinada a las caballerizas y el ganado, pertenecientes a la guarnición del Castillo del Portazgo; realizando un tramo por la Rambla del Puerto de la Cadena (separadora del Parque Regional en dos sectores: Carrascoy y El Valle). El Puerto de la Cadena fue una de las principales vías de acceso a Murcia desde la costa.
Llegamos al viejo viaducto árabe
con agujeros circulares excavados en la roca,
provenientes de la extracción de muelas para los numerosos molinos que existían en el Campo de Cartagena mayormente.
La extracción de muelas en las Canteras del Puerto de la Cadena, es un aspecto que ha sido desatendido por parte de historiadores, arqueólogos, geólogos y ayuntamientos, cuando pueden aumentar las posibilidades etnográficas, comerciales y turísticas de la zona; basta un dato demoledor y significativo sobre una cosa tan simple y necesaria, como era la rueda o piedra de moler:
Históricamente, controlar cada molino fue estrategia usada por las familias poderosas, los concejos y el clero; mediante el dominio territorial obtenían beneficios y autoridad, sobre la necesidad obtener alimentos básicos desde los diversos tipos de molinos; gobernar pues en origen la fabricación de las muelas, imprescindibles para la molienda, era dominar a los molinos,
por eso era tan importante que la cantera estuviese en sus fueros; de hecho, las canteras de molino se ubicaban en parcelas del ayuntamiento y los concejos las cedían por un año a través de una puja o almoneda para su posterior explotación; la persona que conseguía la explotación, solía contratar a un cantero y también a un guía de bueyes.
Las muelas:
Antes de la Revolución Industrial, la energía muscular, la eólica y la hidráulica, fueron las tres principales fuentes de energía empleadas para hacer funcionar mecanismos más o menos complejos.
En el caso de los molinos, la molturación de los cereales se produce gracias a la transformación de la energía cinética del agua o viento en un movimiento rotatorio que, por fricción entre dos muelas, convierte en harina los granos de cereal.
De todas las ruinas de molinos de vela en el Sur (de pozo, con rueda de arcaduces, salineros, harineros...)
e hidráulicos en el Norte español que he visitado (y son muchas),
casi siempre quedan las muelas semienterradas en la tierra y el olvido, por ser de piedra, muy pesadas y no tener valor monetario;
sin embargo, independientemente del tipo de molino, representaban el ultimo paso antes de la trituración del grano, todo lo demás estaba dispuesto en función de esto último: el agua a gran presión o la fuerza del viento
hacía girar los rodetes, para transmitir a través de un eje vertical (maza), la fuerza que mueve la muela volandera sobre otra inferior que permanece fija, la solera o bajera.
Unas canteras de extracción para abastecer los molinos del Campo de Cartagena, construidos entre los siglos XVIII y XIX, se ubicaban a lo largo del curso de la Rambla del Puerto a la altura del Portazgo, también hay otra zona cercana en la Rambla del Valle con una muela a medio extraer; la práctica artesanal del período medieval en la cultura de la piedra, era realizada por maestros canteros,
algunos disponían bueyes para transportar las muelas; también existían contratos para el aprendizaje del oficio; como algunas canteras eran de mejor calidad que otras, en las obras de reparación de algunos molinos se indicaba en ocasiones, de dónde debían abastecerse de determinadas piedras.
En época medieval, transportar una muela a distancia, con un peso superior a los 500 k por caminos del monte, era una labor complicada; en el siglo XVII el precio normal de una muela era de 15 ducados, equivalente entonces a 10 ovejas con sus crías o a unas 8.000 tejas. Fueron mas importantes de lo que ahora nos parece, pues se exportaron incluso por mar a zonas geográficas distantes; actualmente se investiga en el Archivo de Indias de Sevilla, si lo hicieron “a través de la Mar Océana a las Américas”.
Cruzando por segunda vez la Rambla del Puerto,
iniciamos un duro ascenso con algún tramo abrupto, por el PR-MU 56 hacia el Cabezo del Puerto y Castillo de la Asomada; cercano al Collado Mosqueras, enlazamos con la senda transversal a media ladera,
recorre las estribaciones de la Sierra del Puerto por la cara norte, caminando alternando zonas de umbría con otras soleadas; entroncamos con el Sendero de la Bajada del Cielo, para subir en zig-zag hasta la Pista de las Llanas. En 80 m torcemos a la derecha por la Pista del Matahombres; en el descenso, vamos atentos al track y a unos hitos que pusimos entre todos
para descender por el Sendero de los Aisladores;
Culebra de Collar (Natrix natrix) |
desemboca al inicio de la subida al Matahombres.
Con vistas del vallado del parque giramos en el cruce a la izquierda y descendemos por el sendero a la derecha de unas colmenas; nos aboca al cauce de la Rambla del Cigarrón; caracterizada por el color marrón oscuro de la arenisca,
y los fósiles marinos encontrados en las proximidades (dos ejemplares completos y uno incompleto del caparazón de una tortuga terrestre gigante, procedentes del yacimiento del Puerto de la Cadena, del período Mioceno, con una antigüedad estimada en 7 millones de años, se exponen en el Museo Paleontológico de los Garres).
Su trazado alterna piedras, raíces y arena, erosionado por los escurrimientos del agua, favorecidos por las pendientes del irregular terreno; a pesar de los desplomes del terreno y algún árbol caído, no presenta dificultad de paso;
Vamos dejando atrás las figuras talladas en la arenisca que van apareciendo; en el centro del camino encontramos el relieve de una cabeza de equino y el perfil de un Dios-Sol/Apolo,
la cabeza de un dragón al modo occidental, con dientes y mirada perversa;
Pepe Serrano haciendo de San Jorge |
la cabeza esculpida posiblemente de Júpiter, el padre de la luz y principal dios de la mitología romana
y la escultura de la cabeza del Dragón Chino.
Salimos de la rambla en pronunciado ascenso, nos saca a un devoto pinar,
enlazamos con la pista de vuelta
pasando por la finca caballar Lo Pertiguero;
dejamos el asfalto cruzando la rambla para ver la Poza del Puerto;
continuamos hacia la segunda zona con agujeros circulares excavados en la roca, provenientes de la extracción de muelas,
salvando la vegetación de carrizos y cañas
en un entorno exuberante de palmeras, granados y paleras, seguimos un trecho,
cortamos la antigua canalización ramblera;
giramos a la izquierda por un talud, entrando en el área de recreo del Portazgo fin de ruta.
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