Del Santuario de la Fuensanta al Relojero por senderos

Salgo desde el aparcamiento

rodeando el Santuario Virgen de la Fuensanta, cuya construcción empezó en 1694 sobre los restos de una antigua ermita medieval,

es de estilo barroco y en el portal central hay dos ángeles sosteniendo el escudo del cabildo catedralicio de Murcia, en el centro se encuentra la figura de la Virgen de la Fuensanta patrona de Murcia.

El santuario se encuentra al cuidado de las monjas benedictinas; otras construcciones anexas son la casa del Cabildo con un mirador y el monasterio de las monjas;

el origen del culto a la Virgen de la "Fuente Santa", viene de una leyenda que narra la aparición del milagroso manantial que riega el paraje.

La Virgen de la Fuensanta viaja en dos ocasiones al año a la Ciudad de Murcia, costumbre arraigada desde que terminase con la sequía en el siglo XVII.

Descendiendo por el vía crucis,

pasando junto a las cuevas,

hasta la base del empedrado al santuario,

donde se halla la Fuente de La Virgen con un frente de estilo renacentista;

rodeo el cerro del seminario abandonado,

siguiendo un sendero paralelo al Barranco del Sordo, con algún tramo expuesto a caídas,

cruzo el barranco remontando por la Cañada Real de Torreaguera,

para cortar la carretera que baja del Eremitorio de la Luz; ascendiendo por el sendero enfrente del olivar.

Bordeando la cerca del Centro de Visitantes de La Luz, salvo un promontorio

con vistas del Ermitorio de La Luz, donde formaron cofradía los hermanos de la Luz, esta agrupación de anacoretas, en principio, se refugiaban en los abrigos rocosos del entorno, subsistían de los productos de sus tierras y de la limosna, más tarde, elaboraban con cacao el “chocolate de La Luz”, pero al aumentar el valor del mismo, lo sustituyeron por las algarrobas, por eso en las terrazas de cultivo externas al convento hay bastantes algarrobos.

Cruzando la carretera a la Balsa del Valle desde la entrada al Centro, asciendo por el abrupto Sendero del Cabezo de La Luz (que los biker denominamos “las caídas” o “el zig-zag”),

zona espiritual de ermitas, conventos y santuarios, que fueron surgiendo en torno a las cuevas y crestas de la zona, hago una parada en la cueva donde han colocado una cruz con velas.

Tras contundente ascensión,

enlazo con la Pista de la Tubería;

por la derecha me saca a la Pista del Relojero; continuo por sendero a la derecha,

volviendo a cortar la pista del relojero;

dejo el sendero para atajar monte través un corto tramo y seguir sendeando por la derecha

rodeando el Cerrillar (523 m);

en el collado (487 m), pisteo por el Camino de las Minas del Cerrillar o del Apóstol durante 500 m,

para ascender por empinado sendero

al collado de acceso

a las Antenas del Relojero (604 m).

En días despejados podemos ver hasta el Mar Menor, el característico paisaje lunar, las murallas de King-kong y la inconfundible silueta del Pico de Columbares. Hoy toca fuerte viento y bien fresco.

Dejando atrás las instalaciones que soportan las antenas, tomo junto a la pista, una traza senderil

que desciende al collado y cruce de pistas;

sigo a la derecha por la del Camino a Los Puros, para continuar bajando, desde la primera curva, por el vistoso Sendero de Los Barrancos;

corta la Rambla de Los Serranos y bordea Morro Redondo (449 m); en el primer cruce sigo por la izquierda y en el segundo a la derecha por el Sendero del Ascensor (PR-MU 21) a La Naveta, donde atajo a través de la reformada Casa de la Naveta Grande.