Antiguos viveros de Huerta Espuña

 

Accedemos desde Alhama de Murcia por la carretera de Fuente Alta, al aparcamiento del área recreativa de la Fuente del Hilo.

Desde el aparcamiento reservado a minusválidos, enfrente del bar, parte el Sendero Ricardo Codorníu

 paralelo al Caño de Espuña, 

nos separamos un trecho para ver las cabañas,

 dos setas de los caballeros

 y la cancha de baloncesto

 de la Casa de La Marina;

 en los años setenta era utilizado por la Armada como centro de vacaciones,

 disponiendo de una piscina redonda.

Pasado el mirador, 

cruzamos la carretera junto a la casa Forestal Huerta Espuña; vemos el monumento a Ricardo Codorníu.

En la última década del siglo XIX, se inician diversos trabajos hidrológico-forestales, para restaurar la cubierta forestal de Sierra Espuña; al frente de estos trabajos los ingenieros: D. Ricardo Codorníu, D. José Musso y D. Juan Ángel de Madariaga. 

Desde los inicios del siglo XX se inician los campamentos de exploradores, se construye el sanatorio antituberculoso, un hotel y la carretera; después vendrán las medidas de protección del Parque.

Transitamos por pasarelas de madera, 

observando los distintos tipos de vegetación u hongos, no incluidos en los carteles como el enebro

 o los bojines;

 cruzamos por el Centro de Interpretación y visitantes Ricardo Codorniu; su Sala de Interpretación dispone de paneles, maquetas, elementos interactivos e incluso un poste cargador para coches eléctricos en su aparcamiento.

Siguiendo la pista

 accedemos a La Casa de Rubeos (1926), edificada por el arquitecto y vicepresidente de Tropa de los Exploradores de Murcia (Rafael Castillo), 

simula un chalet suizo de montaña; 

fue bautizada con el nombre de La panificadora, por disponer de amasadora y horno de pan que abastecía a los campamentos, con el tiempo pasó a ser Casa de los Agentes Forestales y después a la Comunidad Autónoma, después por Fuente Rubeos

 -pequeño manantial (S. XIV) con forma de media concha y bancos de piedra (1915) traída de la famosa cueva de La Matea-

Cruzamos la carretera

 descendiendo por sendero bajo pinar, giramos a la izquierda en el cruce de senderos, comenzando a ver amanitas ovoides,

 un solitario lentisco con sus frutos rojos,

 más setas de los caballeros

 y muchas coscojas belloteras.

Salimos a la carretera de Fuente Alta en proceso de asfaltado hasta el Berro; 

la dejamos por el Camino forestal Arboretum,

 hacia los antiguos viveros destinados a las repoblaciones forestales, 


con especies introducidas como los pinsapos, sabinas de Cartagena, cipreses, pinos rojos (Pinus sylvestris), quejigos andaluces, olmos de montaña, etc.

Dejamos momentáneamente la pista, descendiendo por sendero hacia una plantación con Cedros del Atlas 

y un abigarrado núcleo de cipreses;

 disfrutamos de la belleza del paradisiaco lugar y retornamos a la pista; cuando comienza a subir, 

vamos atentos a cruzar por paso entre jaras

 con un Cercis siliquastrum, conocido como árbol del amor, por la forma de corazón de sus hojas, o árbol de Judas, pues se cree que Judas Iscariote se quitó la vida colgándose en uno de ellos; como ya dieron flores en primavera ya no lucen espléndidos.

Entramos en una plantación escalonada con muretes de mampostería, 

sorteando bellísimos zumaques; 

a su final

 un sendero nos eleva nuevamente a la pista, 

la seguimos por la derecha

 entre saucos

 y zarzaparrillas,

 para entrar en un majestuoso bosque de altos pinsapos y enormes cipreses, 

bajo los cuales crecen multitud de setas.

Impregnados del halo mágico y misterioso del lugar, salimos por donde entramos, ascendiendo un corto tramo por el sendero, 

con vistas tanto de una sargatilla

como de una conducción de agua,

 al Área recreativa de la Fuente del Hilo.




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