Perrete Tierno en las Trincheras de El Valle
El sendero señalizado con marcas de pintura y también balizado en tramos, cruza la carretera del Valle por el vallado del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, cortando la Rambla del Valle
y pasando por una covachuela,
torcemos a la izquierda
para subir a las dos primeras trincheras.
Cuando ya iniciada la guerra se consolidan los frentes, se hace necesario crear fortificaciones de hormigón y acero, empleados por la tecnología militar de entonces: las casamatas, estas son de un diseño antiguo y modesto, nada que ver con los bunkers que he visitado en Normandía (baterías de Longues Sur Mer),
ni con las laberínticas trincheras de la gran guerra, entre las tropas italianas y austro-húngaras en Cinque Torri (Dolomitas),
o los parapetos con troneras, algunos hechos con mampostería de mortero de hormigón en su parte exterior y con piedra en seco el muro interior,
del Cerro del Puerco en La Pradera de Navalhorno (Navacerrada);
también es cierto que se priorizó la
defensa naval con las baterías del Monte Cenizas y Castillitos, cubriendo un
área costera muy amplia debido a su potencia de fuego (35 km de alcance).
Descendemos por sendero hacia la pista que lleva al Centro Ecuestre y Las Canteras (por la que volveremos); no sin antes darnos un Baño de Bosque;
cruzando la carretera del Valle Perdido y bordeando el Vivero Forestal,
pasamos del vallado a un sendero
que conduce aparcamiento del Valle Perdido.
Al llegar a una pequeña charca,
abandonamos las instalaciones subiendo a un sendero que, a media ladera,
nos conduce tras fuerte y corto ascenso hacia la 3ª trinchera; las trincheras, casamatas y nidos de ametralladoras,
suponían una economía de soldados para su mantenimiento y defensa, debido a la privilegiada posición dominadora, que ostentaban por su ubicación en alto y con vistas;
descendemos cortando un ramblizo
para subir a la 4ª trinchera
y 5ª Trinchera
en la bajada, desde la baliza, hay que abandonar el sendero un
trecho corto para ver dos refugios subterráneos en la Cañada Real de
Torreagüera.
En el diseño de la trinchera se curvaba cada cierta distancia, para que el enemigo no pudiera enfilar la trinchera completa si lograba penetrar,
también por si explotaba una bomba, para que la metralla y onda expansiva no causase estragos; los laterales se recubrían con sacos de arena, astillas, trozos de madera y alambre.
En el suelo se colocaban planchas de madera y se abrían canales a modo de desagüe;
el lado de la trinchera que
miraba al enemigo se le llama el parapeto (del italiano "-petto", que
significa "pecho"), y tenía un escalón de fuego o de tirador; el lado
trasero se denomina el parados (del francés "-dos", que significa
"espalda").
Cruzando bajo la Autovía de Murcia-Cartagena,
la seguimos paralelos junto al carril bici, atentos a tomar un sendero en ascenso
para ver la sexta trinchera;
descendemos pegados al vallado de la autovía
para cruzarla por el puente hacia la finca privada de Torre Isabel o del Tío Calavera;
antes de llegar a la misma giramos por la izquierda para seguir por un ramblizo pistero,
la agradecida vegetación nos regala colores vivos en musgos, ramaje arbóreo, matorrales con olores a aromáticas. Además del pino Carrasco observaremos alguna encina, acebuches, palmitos, lentiscos, albaidas, enebros de la miera, espinos negros, jaras, espartos, romero y el tomillo.
Tenía pensado llegar a la Casa de Juan Melgarejo para ver un
nido de ametralladoras para dos máquinas (lo normal es para una sola
ametralladora) que se halla en muy buen estado, pero con Perrete Tierno
olisqueando plantas cuando no en brazos me hace desistir.
Entroncamos con la Rambla Paciencia,
tras unos metros la abandonamos rodeando el cerro de Cueva Colorada por sendero bajo pinar, pasamos junto a la que sería la séptima trinchera, a no ser que por su ubicación se deba más al canal artificial que desagua en la Rambla Paciencia;
encumbramos una loma con vistas de la vega huertana, la ciudad de Murcia y el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, donde se encuentra la 8ª trinchera.
Descendemos para girar a la derecha hacia la pista del Centro Ecuestre
por la que transitamos 200 m, torcemos por traza senderil a la derecha
para ver la trinchera número 9;
las trincheras obedecían a un plan de defensa estratégico, que abarcaba desde Águilas a Guardamar (Tebar, Purias -donde visitamos en su línea defensiva,
el agobiante bunker con tres nidos de ametralladoras-,
Paretón y Cantareros, Los Guiraos y el Puerto de La Cadena en
la Sierra de Carrascoy construcción esta última que comenzó en el verano del
1937 y terminó en la primavera del 1938), pero sin un orden continuo de defensa
estática, aunque disponía de más de tres km de longitud en la zona del Puerto
de la Cadena al Valle Perdido, su función era la de evitar ataques por tierra a
la otra línea de defensa naval con puesto de mando en Cartagena, inconquistable
por mar y con los antiaéreos que defendían sus cielos, solo quedaba proteger la
ciudad de una posible invasión terrestre.
Continuamos por sendero, pasando por un refugio
a las trincheras 10,
11
y 12,
ya en la cercana pista que conecta con el Sendero de las Columnas
de vuelta a la pista del Relojero, pasando por el Albergue juvenil
al arboretum y aparcamiento.
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