Perrete Tierno en Territorio Anuro

Nos desplazamos al aparcamiento del Centro de Recuperación de Fauna silvestre de El Valle, en funcionamiento desde el año 1984, 


desempeña trabajos de investigación, recuperación y rehabilitación de especies de fauna silvestre. 


El equipo atiende cada año una media de 1.500 animales, ingresados por muy diversas causas (heridas, enfermedades, expolio, electrocución, atropellos, etc.). 


Muchos de ellos sanan pronto y son devueltos a su medio natural y algunos de los que no consiguen recuperarse totalmente, son acogidos en el Área de Educación Ambiental.


Vamos a realizar un paseo didáctico por las charcas para preservar acondicionando y manteniendo puntos de reproducción para los anuros, ya que las amenazas que los diezman son múltiples: pérdida de hábitat por la desecación de zonas húmedas, contaminación del agua, aumento de los incendios, atropellos y obstáculos artificiales; encima en la cultura popular y la literatura, los han asociado con la brujería o el Demonio.

Cruzamos la Puerta siempre abierta del Centro, 

dejando el asfalto hacia la Rambla del Valle, 

baja con bastante agua, fenómeno insólito si no se producen lluvias torrenciales; 

vemos los refugios artificiales para murciélagos arborícolas y fisurícolas; se colocan cuando una zona carece de refugios naturales sin embargo no son útiles para las especies cavernícolas; cada especie de murciélago tiene unos requerimientos particulares, de forma que distintas especies prefieren utilizar diferentes modelos de cajas, 

habiendo de colocarlas a altura mínima de 4 m, orientarlas hacia zonas abiertas donde los murciélagos puedan acceder volando, sin tener que esquivar ramas u hojas, también es importante ponerlas junto a zonas húmedas en altitudes medias o bajas, donde la temperatura es más cálida y hay más insectos.

Pasamos junto a una covacha

 y en una curva de la pista, 

vemos el chorro de agua 

proveniente de una balsa en un entorno de trepadoras, 

descendemos por sendero con restos de piñas comidas por las ardillas, 

entrando en Territorio Anuro.

Anuros: Animales increíbles entre el agua y la tierra; “anfibio” significa doble medio o doble vida, condicionada por el apareamiento y reproducción en el agua ya sus huevos no tienen “cáscara” que les proteja de la desecación y los golpes y solo los cubre una masa gelatinosa. 

Hasta llegar al estado adulto, pasan por varias etapas en las que van cambiando sorprendentemente su cuerpo de renacuajo, sin patas pero con cola, a adulto.

Pasamos junto a unos hormigueros 

cercanos a la primera charca; 

los hábitats de anuros son preferentemente las ramblas con pozas o encharcamientos, ya que este ecosistema atrae a muchos invertebrados acuáticos 

y cuenta con una amplia gama de vegetación ribereña, algas y bacterias, fundamentales para el desarrollo del ciclo vital de los anfibios.

Seguimos el camino de piedras hacia el resto de charcas artificiales; aunque sea al atardecer y después de llover no vemos ni uno de los protagonistas de nuestra historia; 

los sapos son más robustos y rechonchos las ranas, y al contrario de estas, se desplazan marchando o dando saltos más cortos y bajos que aquellas.

El Sapo común  (Bufo spinosus) “el gigante tranquilo” o “sapo espinoso”, 

es el anfibio más grande de la Región y de España; sus ojos, de color anaranjado-rojizo y pupila horizontal son especialmente llamativos; 

pueden segregar por sus glándulas parótidas una toxina llamada bufagina; también ante el ataque del depredador, pueden llenar de aire sus sacos linfáticos para aumentar el tamaño corporal, al tiempo que se levantan sobre sus patas posteriores y enseñan la parte dorsal de su cabeza con fines intimidatorios; pasan el invierno enterrados, utilizando galerías de roedores o huecos bajo las raíces de los árboles.

La Rana común  (Pelophylax perezi) “una gran nadadora”, es uno de los anfibios más comunes y abundantes en el sureste peninsular; de las 3 especies que habitan en estas charcas, vive casi permanentemente en el agua y es el único anfibio que está activo durante el día.

Sapo corredor  (Epidalea calamita) “el explorador incansable”, 

es el anfibio más rápido en tierra y el que realiza los desplazamientos más largos, sobre todo en la época de reproducción; se distingue del sapo común, por una línea amarilla o verde claro longitudinal en la mitad de la espalda, posee un cuerpo rechoncho de seis cm de largo, muy verrugoso y con patas relativamente largas.

El sapo común (Bufo bufo) o sapo europeo de la familia Bufonidae muy habitual en aguas estancadas, al ser más resistente a las aguas insalubres que otras especies de anfibios durante la fase de renacuajo; especie principalmente terrestre de sapo, al igual que sus congéneres se esconde durante el día, se activa al atardecer o en caso de lluvia y caza de noche. Tiene el cuerpo rechoncho, piel verrugosa de tonos marrones y pardos, patas anteriores con cuatro dedos más cortas que las traseras, que cuentan con cinco dedos membranosos.

En la cadena alimentaria, los anuros devoran exclusivamente presas vivas como invertebrados, tanto acuáticos como terrestres, ya sea insectos, crustáceos, arácnidos; a su vez forman parte de la alimentación de culebras, aves y mamíferos.

Acabada la zona de charcas, 

a la vuelta por el camino de piedras, 

nos salimos a la altura de unos cipreses 

para seguir el curso del agua

 hasta la pista de vuelta; 

como el recorrido propuesto por el parque ha sido muy corto, 

continuamos paralelos a la rambla

 observando la pasarela acueducto mayor, 

el canal 

y la vegetación. circundante

Cortamos a la altura de la valla y Albergue la carretera al Sequén, 

seguimos por pista

 a la Balsa Redonda del Valle, 

descendemos por las escaleras donde se hallan los aseos

 para rodear el Arboretum, jardín botánico con 8 terrazas y especies de los 5 continentes,

echando un vistazo desde el Monumento al Guarda 

a su interior; 

solo queda volver al coche. Recuerda...

Comentarios