Cuevas del Norte-Cañada de las Oliveras-Barranco Blanco-Rambla y Camino de Bonetes

Accedemos desde la carretera RM-603 de Sangonera La Verde a Mazarrón, por el desvío a la pedanía de Cuevas del Norte (76 Hb) antes de la Venta Vicente, aparcamos junto a su ermita.

Comenzamos la ruta cruzando la población hacia el Sur, 

la pista nos va elevando con vistas de la Sierra de Carrascoy y el Majal Blanco; 

se torna sendero en el giro a la izquierda, para alcanzar el cerro (221 m) donde hay una torre de alta tensión. 

Descendemos pisteando por la derecha durante 265 m, cogiendo a la izquierda una pista en desuso que acaba en unas colmenas abandonadas.

Continuamos monte abajo hasta enlazar con la pista que nos conduce a la Cañada de las Oliveras, 

es el lecho del Barranco Blanco. 

El nombre de "Barranco Blanco" se debe al color gris claro de la roca que lo constituye: las margas, rocas de permeabilidad muy baja, de poca consistencia y fácilmente disgregables; 

vamos ascendiendo por su vertiente Este bajo denso pinar, con las ruinas de la Casa de la Perdiz y vistas de Torreguil.

Atajamos en descenso sin llegar a la carretera próxima a la Plaza de Las Moreras y al Barranco de las Cuevas del Buitre, enlaza con el PR-MU 52, 

lo seguimos hasta el cruce y giramos en descenso a la derecha; 

no seguimos por el sendero que asciende enfrente, sino que continuamos por la derecha, el estrecho y rompepiernas sendero señalizado por la vertiente Oeste del Barranco Blanco entre algarrobos, pinos jóvenes, albaidas, lentiscos y espinos.

Enlazamos con la pista que seguiremos por la izquierda en subida durante 580 m; en plena curva, comenzamos a caminar encorvados bajo pinar monte abajo, 

pasamos un puesto de caza

 y observamos numerosos bojines

 y lactarius torminosus (falso níscalo). 

Una vez en la Rambla de Bonetes, vamos progresando superando obstáculos, sorteando pasos dificultosos entre cañaverales, charcos, derrumbes, árboles caídos o frondosos, tupidos matorrales, trepadoras, grandes rocas, pequeños escarpes, raíces, zonas de barro, bajantes secas con pequeñas pozas, tramos arenosos, etc.

Observamos entre los invertebrados

 una araña 

(que no pude catalogar tras muchas horas de investigación en los medios científicos)

 y una Myrmeleontidae (Hormiga León) increíblemente camuflada en el medio arenoso, 

desarrolla sorprendentes estrategias de caza; su nombre se debe a la larva, 

que excava un hoyo en forma de embudo, en cuyo fondo se esconde; los insectos pequeños caen en esta fosa ayudados por la tierra que les echa, no pueden salir debido a la inclinación de las paredes de arena suelta, siendo comidos por el león de hormigas; en su edad adulta se parecen mucho a las libélulas.

No tardamos en comprobar la imposibilidad de continuar por el cauce, 

salimos del mismo para retornar enseguida, pero sirvió de poco ya que el problema persiste, 

y tras varios intentos desistimos, escalando por la ladera terrosa; 

las vistas espectaculares nos muestran el ramblizo que, por la izquierda, se le une a la rambla, trás él, se encuentra la pista que podría ser nuestra salvación; 

descendemos e intentamos seguir el curso del ramblizo pero se cierra el cañar; trepo otra vez a lo alto de la loma para ver si ramblizo arriba se puede atravesar, pero no se ve paso alguno; finalmente desciendo para abrir paso por la fuerza, quebrando y aplastando el espeso cañar con suelo de agua y barro durante 30 interminables metros (medidos con Google Earth).

Arañados, sucios y cansados de bregar, nos dirigimos a la unión del ramblizo con bajante de aguas y charca, 

creyendo que saldremos al cercano tramo de pista hacia el aparcamiento, ya que es un tramo pistero que se ha perdido años ha, pero que se reinicia unos metros después; no solo no aparece sino que el paso esta obstruido por la vegetación y el barro, nos quedamos a “solo” 80 m de la balsa donde la pista está perfectamente transitable; con nuestras expectativas rotas, ahora a ver como salimos de aquí. Mascullando en Hebreo y trepando que es gerundio, 

acometemos con bastante calor la fuerte subida por una vaguada, realizando una parada a medio ascenso para recuperar el resuello; 

salimos finalmente a la Granja Porcina de Monteverde, 

con aroma de purines volvemos por la pista asfaltada del Camino Bonetes 

a Cuevas del Norte, fin de la pesadilla ramblera.

Descargar track

Comentarios