Los Molinos del Río Aguas y el Karst
Accedemos desde la Autovía Murcia-Almería, tomando hacia Sorbas la A-1102 y aparcando en la explanada junto a la carretera de Los Molinos del Río Aguas.
Cruzamos la carretera derivando a la derecha para descender por la aldea;
Los Molinos del Río Aguas es una cortijada habitada, que vive libre de conexiones de agua y luz: del río obtienen el agua, de la tierra los alimentos y del sol la energía.
Se halla en proceso de recuperación gracias a los miembros de varias iniciativas sostenibles.
Su nombre se debe a los molinos hidráulicos, ya en desuso, cuya infraestructura desde época árabe producían aceites y harinas.
En el cruce de la Poza,
continuamos por la derecha
bajando al embalsamiento de aguas,
donde nada tranquilamente un leproso.
A diferencia del resto del Paraje Natural, las fértiles tierras que rodeaban el cauce, propiciaron la proliferación de huertas y también exuberante vegetación de adelfas, carrizos, juncos, pitas, higueras y álamos blancos que dan cobijo a galápagos leprosos y tortugas moras.
Rodeamos la masa de agua pasando por encima de unas rocas,
el sendero conduce hacia El Tesoro, nosotros torcemos de vuelta por un talud encima del cañar;
vamos atentos
a iniciar un fuerte ascenso
y salvar dos cornisas rocosas
con abundancia de yesos;
el espectáculo desde las alturas promete, aunque las piernas se quejen de vez en cuando.
Alcanzamos la zona amesetada de tierra porosa y suelo kárstico; pasamos junto a una sima
registrada por el Ayuntamiento de Sorbas
y numerosas oquedades que, a modo de trampas,
jalonan el recorrido matorralero a base de bolagas y espartal.
Debemos estar siguiendo una traza frecuentada por jabalíes o corzos, ya que no observamos madrigueras, ni excrementos del ganado, y si vemos algunas hozaduras y abundancia de mascajones.
Comenzamos el descenso aprovechando un sendero de cazadores, caminamos por tierra abancalada al fondo de la rambla por donde aflora el Río Aguas;
el agua de lluvia que consigue infiltrarse en el terreno entre Sorbas y Tabernas, fluye lentamente hacia el manantial del río. Las escasas precipitaciones hacían del caudal histórico del Nacimiento 60-70 l/s. En la actualidad dicho caudal no supera los 3 l/s, disminución debida a la sobreexplotación del acuífero que lo nutre, constatada y admitida por la Junta de Andalucía, se ha visto multiplicada por la implantación de varios miles de hectáreas de olivar intensivo que consume entre 3.000 y 5.000 m³ de agua por hectárea, frente al olivar tradicional que solo necesita riego dos o tres veces al año. Unos metros abajo aparecen las aguas
y los pasos de tanta belleza como estrechez;
sombrías pozas de aguas transparentes,
diversos túneles,
pasos de roca y vegetación,
casas aprisionadas por la roca,
cuevas y abrigos,
puentes de madera que salvan el canal de abastecimiento, molinos derruidos e invadidos por las zarzas,
rústicos miradores
y coquetas huertas.
En un lugar tan inhóspito como el Karst en Yesos de Sorbas, existe este oasis a orillas del río Aguas, uno de los pocos ríos con curso permanente de la provincia de Almería.
Comenzamos el ascenso entre las escalonadas viviendas,
dejándonos llevar y disfrutando de los bonitos rincones,
intentando no repetir parte del track, de hace mas de 9 años que estuvimos en este paraíso.
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