Cabo de Gata y de Cine

 

Accedemos desde la Autovía Murcia-Almeria a través de Campohermoso (Al-3106) a Las Negras.

Salgo por la rotonda de entrada siguiendo la Al-3106 durante poco mas de 1,5 km, giro a la izquierda en la Rambla del Cuervo,

 pisteando al collado (91 m) formado por los Cerros Blanco (129 m) y Molata (231 m) 

y desciendo por la Cuesta de Las Piedras cortando la Rambla del Playazo.

Me encuentro en la caldera volcánica del Valle de Rodalquilar;

 rodeo la población

 ascendiendo

 junto al Jardín Botánico el Albardinal, debe su nombre al albardín, planta similar al esparto, perfectamente adaptada a las duras condiciones de sequía y elevada salinidad de estos suelos, junto a azufaifos y palmitos. 

Tras hacer foto desde abajo al complejo, 

asciendo sobre La Casa de los Volcanes, para adentrarme en las instalaciones mineras de Rodalquilar, adquiridas por la Junta de Andalucía al INI en 1991.

Las minas de alumbre, se explotaban en trincheras a cielo abierto (tollos), protegidas por un sistema defensivo cuya pieza principal era la Torre de los Alumbres. En 1883 se descubre oro en la mina de Las Niñas (Barranco del Lobo); el cuarzo aurífero se enviaba a Mazarrón al no disponer de fundición. 

En 1915, en la mina María Josefa, el oro aparece en estado libre, posibilitándose su extracción a pie de mina, provocando la primera fiebre del oro entre las distintas empresas; construyen plantas de amalgamación por mercurio para la obtención de oro: la planta Abellán (Barranco de la Felipa) y la planta María Josefa (Cerro de la Cruz). 

La empresa Minas Rodalquilar S.A., de capital vasco y dirección británica, construye en 1931 la moderna Planta Dorr obteniendo oro por el proceso de cianuración; esta planta empleó a 250 trabajadores que movilizaban 20.000 tm/año de mineral aurífero, llegándose a producir 242 kg de oro en 1935. En 1936 las minas son incautadas por los mineros y en 1941 son nacionalizadas por el Estado.

El camino de los Albaricoques a Rodalquilar, cambia de dirección con vistas de la Rambla de las Yeguas y los pozos mineros;

 traspaso el túnel al antiguo Poblado minero de San Diego

 y vuelvo a la pista; una de las tres instalaciones que poseía la empresa Minas de Rodalquilar S.A. para la explotación del oro de Rodalquilar, en él vivían los trabajadores y se ubicaban almacenes, talleres, garajes e instalaciones auxiliares.

Al pie del Cerro de la Cruz, estudio el Aljibe de los Coyatos

 y su abrevadero, 

de bóveda alargada, vaso excavado de 5 m de profundidad y paredes impermeabilizadas, con puerta en el muro de cierre para evitar accidentes y descomposición del agua; 

inicio un acelerado descenso hasta el cruce/atajo del Caserío del Campillo de Doña Francisca, 

precioso enclave con la mayor concentración de aljibes de dos tipologías, cisternas (rectangulares y de bóveda, para consumo del ganado) 

y tanques (circulares de cúpula, para consumo humano).

Al entrar en la aldea de Los Albaricoques,

 lo hago por el carril de la derecha, paso por las antiguas viviendas de “Aguas Calientes” que dieron lustre a la película “La Muerte tenía un Precio”; 

poco mas adelante rodeo la “era” del duelo final entre El Bueno, el Feo y el Malo. 

A la salida de la población, compruebo que la talla de la bici le queda algo justa al pistolero que la vigila; 

pedaleo en ligero ascenso por la Rambla de La Paniza, de gran riqueza geológica y botánica; 

pasado el Cortijo Presillas Bajas, 

cruzo la Rambla de Majada Redonda y enlazo con divertido sendero; 

en vez de salirme por la cuesta a la aldea de Presillas Bajas, cometo el error de seguir el curso de la rambla; la arena impide rodar y, aunque intento un atajo, he de volver a su cauce de “arenas movedizas".

Una vez liberado gracias al modo turbo de la RISE, tuerzo a la izquierda por la carretera a la entrada del camping Los Escullos;

 enlazando senderos, 

salgo a la pista costera donde se ubica la duna fósil y el Castillo de San Felipe; 

como batería costera, fue construido en 1771 durante el reinado de Carlos III, restaurado en 1991, es propiedad de la Junta de Andalucía.

Voy pendiente de tomar el Sendero Escullos-Isleta del Moro, sorteando ramblizos 

acaba en el “Mirador de las Teticas” (al Cerro de Los Frailes);

 echo un vistazo al puerto

 y rodeo por la zona costera hacia la Cala del Peñón Blanco; 

me interno por la vaguada palmerera

 y vuelvo a la carretera, dejando la bajada a la Cala de los Toros, asciendo las rampas del 10% al Mirador de la Amatista, lugar de un antiguo puesto de vigilancia de la Guardia Civil; a la derecha la Punta del Barranco del Negro y el Cerro de Los Frailes, 

a la izquierda el Cerro de Los Lobos, enfrente el mar y cielo azul intensos.

Continuo por carretera, descendiendo a la caldera volcánica del Valle de Rodalquilar; para girar por pista de tierra suelta,

 bordeando el antiguo centro minero de Rodalquilar; pasado un campo de viejos olivos, 

se introduce en la ramblera Cañada de la Soledad; tomo una vereda paralela hasta la pista, me deja en el cruce con el camino a la Torre de Los Lobos, pero antes he de rodear el Cortijo Colorao

 y la Cortijada de La Ermita con los restos de una torre.

Llego al Castillo de Rodalquilar y su Torre de Los Alumbres de cantería labrada y planta cuadrada, de unos 14 m de alto, rodeada de una pequeña muralla con torreones circulares;

 construida en 1509 para la defensa de la mina de alumbres de Rodalquilar, ante los numerosos ataques de piratas berberiscos; abandonada en 1555, hacia 1590 fue convertida en la cárcel de Cabo de Gata. 

A mitad del siglo XV se descubre el “alumbre” (sulfato de alúmina y potasio), usado para fijar los colores en la industria textil, la elaboración del vidrio y medicinas. 

A finales del XVI, dejó de ser rentable la explotación del alumbre debido a la competencia italiana, los impuestos fiscales y los conflictos con Flandes e Inglaterra, principales importadores. La almagra (óxido de hierro rojo), sustituyó al alumbre durante los siglos XVII y XVIII. A mediados del siglo XIX, sirvió como alojamiento para los torreros destinados en la vecina torre del Cerro del Lobo.

Entro en la bella Playa del Playazo, tomando el abrupto Sendero de la Molata (estrecha senda sobre acantilados con espectaculares vistas), 

intentando eludir sin mucho éxito la propiedad privada del Castillo de San Ramón, 

antiguo bastión defensivo del siglo XVIII, forma parte de una batería de 4 cañones que defendían el litoral desde Cerrico Romero a Cala de San Pedro, está construido sobre una duna fosilizada junto al playazo y los acantilados de La Molata, provistos de multitud de fósiles marinos. 

El sendero accidentado me obliga a empujar la bici en varios tramos, 

continua faldeando el Cerro de la Molata (235 m), 

para iniciar un peligroso descenso trialero con numerosos atajos por decidir, pero si o si hay que bajarse de la bici.

Una vez en la escondida Cala del Cuervo, 

pasando frente al camping de la Caleta, sigo por carretera al pueblo de Las Negras, fin de trayecto.



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