2ª Ruta de Personajes atemporales ilustres o famosos de Murcia y su Huerta

 

Murcia, ciudad histórica y monumental, atesora personajes ilustres que han nacido en la ciudad; separados por el tiempo, voy a unir varias de sus variopintas historias, en una ruta por Murcia y su Huerta, a los lugares donde nacieron o tienen sus monumentos..

Parto desde la Plaza de los Patos de Vistabella en Murcia 

en busca del carril bici al hospital Reina Sofía para acercarme por el Paseo de Garay 

al Inicio del jardín Chino

 donde se encuentra el monumento correspondiente a nuestro primer ilustre: Juan de la Cierva y Codorníu (Murcia 1895-1936),

 hijo de Juan de la Cierva Peñafiel (Alcalde de Murcia y gobernador de Madrid), fue un inventor, científico, ingeniero de caminos, canales y puertos y aviador, famoso por ser el inventor del autogiro, precursor del helicóptero. 



Su interés por la aeronáutica motivado por su abuelo le llevo en 1910 a construir aeroplanos-biplanos. A escondidas de sus padres y en una pequeña carpintería madrileña, construyó con base de madera, telas y cuerdas de piano “el Cangrejo Rojo” (BCD-1), fue el primer aeroplano que voló en nuestro país hecho por españoles en 1912 (Juan de la Cierva y dos amigos); en 1920 construyó en Madrid su primer autogiro, el Cierva C.1; 

le siguieron dos construcciones fallidas, el C.2 y el C.3 pero en el prototipo C.4, articuló las palas del rotor en su raíz probandose con éxito en enero de 1923 en el aeródromo de Getafe

En 1925 se traslada a Londres, a instancias del Ministerio del Aire de Gran Bretaña, y allí crea la compañía comercial "The Cierva Autogiro Company". 

Más tarde, fundaría en Estados Unidos "The Pitcarm-Cierva Autogiro Company of America", para el desarrollo del Autogiro en este país. Su invento se construiría en serie en USA. No obstante, Juan de la Cierva siempre inscribió sus patentes en España. Tras realizar demostraciones en Francia, Alemania e Italia, en 1929 protagonizó uno de los grandes hitos en la Historia de la aviación, realizando la travesía del Canal de la Mancha, la primera vez que una nave de Alas Giratorias lo hacía, pilotada por él mismo, de Londres a París.

Su lista de distinciones es interminable, destacando el Trofeo Collier, otorgado por la National Association Aeronautic de Estados Unidos y la Medalla de Oro Guggenheim por la mayor contribución de la época a la seguridad del vuelo en aeroplano, que recibió en la Exposición Internacional de Chicago (EEUU) de 1932 ante la presencia de diez mil ingenieros de todo el Mundo.

El legado de Juan de la Cierva a la Historia de la aviación es extraordinario. Thomas A. Edison dijo en 1930: El autogiro constituye, después del primer vuelo de los hermanos Wright, el mayor progreso aeronáutico alcanzado por el hombre. Juan de la Cierva fallecía paradójicamente en el aeropuerto de Croydon (Inglaterra), cuando el avión comercial en el que viajaba con destino a Amsterdam, se estrellaba e incendiaba en el momento del despegue; una muerte precoz en lo que tanto había luchado por evitar, un accidente aéreo.

Continuo por Teniente Flomesta al Jardín Botánico del Malecón;

 salgo del jardín precisamente por la calle Juan de La Cieva al Museo Salzillo, 

dedicado monográficamente a las obras realizadas por nuestro ilustre Francisco Salzillo y Alcaraz (Murcia 1707-1783), era hijo del escultor napolitano Nicolás Salzillo, llegado a Murcia desde Italia.

Se formó íntegramente en Murcia estudiando Artes, Filosofía y Matemáticas en el colegio jesuita de San Esteban.

Demostró una gran devoción en su juventud, cuando estudiaba dibujo y colorido con el clérigo Manuel Sánchez en el convento que los Hijos de Santo Domingo de Guzmán (Murcia), pero tuvo que abandonar su vocación para encargarse del taller de su padre, cuando éste fallece en 1727.

Al responsabilizarse de los encargos pendientes en unión de sus hermanos, dota a aquellas obras de un toque personal que las individualiza y distingue, empleando una técnica escultórica de acabado en el cabello a punta de cincel, así como un labrado en multitud de finas estrías muy agudas. En 1746 contrae matrimonio en la iglesia de San Andrés, de esta unión nacerán dos hijos; solo sale de Murcia para atender algunos encargos; las dificultades económicas con la muerte de su padre le llenaron de obligaciones laborales, impidiéndole ampliar su formación, tampoco aceptó la invitación del Conde de Floridablanca para trasladarse a Madrid y darse a conocer en la Corte, 



aunque tuvo contacto con las corrientes importadas por otros artistas como Antonio Dupar, representante de corrientes escultóricas de Francia, Jaime Bort escultor-arquitecto de renombre y otras corrientes llegadas a la Murcia del siglo XVII y XVIII.

Con los años y el reconocimiento de su obra, Salzillo se va convirtiendo en el artista al que todo el mundo respeta, le llueven los encargos de las iglesias, conventos y de Alicante, Albacete y Almería. En 1759 es nombrado "Escultor Oficial del Concejo de Murcia e inspector de pintura y escultura", trasladando su residencia y taller del barrio de San Andrés a la calle Vinader.

La imaginería de Francisco Salzillo aglutina la esencia de la Cultura Barroca del siglo XVIII, sus esculturas de motivos religiosos alcanzan unas cimas de virtuosismo técnico y capacidades expresivas sin parangón en la tradición escultórica. Sus composiciones insuflan vida a unos personajes, cuyas vivencias a través del arte de Salzillo se nos muestran en toda su magnitud dramática, como resulta observable sobre todo en el ciclo sobre la pasión y muerte de Jesús.

En 1777, participa en la creación de la fundación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en cuyo seno se crearía dos años después la Escuela de Dibujo, de la que Salzillo sería el primer director. Fue enterrado en el convento de capuchinas de Murcia. Sus discípulos como Roque López, continuaría la tradición del maestro, añadiéndole sus propios hallazgos y aportaciones. La presencia de las obras de Salzillo en la Semana Santa murciana, supone un orgullo para los murcianos y motivo de admiración ajenas.

Rodeando el museo 

cruzo por arriba la A-30 

hacia la Avenida de la Ñora, dejo momentáneamente la carretera por las Sendas Pato y Culones

 al Molino de las 4 Ruedas; 

tras otro atajo pistero, la retomo durante 760 m torciendo a la derecha al Molino de Los Canalaos

 y el Carril Molino de los Casianos

 a la Noria de la Ñora.

Rodeo la Fábrica de la Pólvora

 al carril bici hacia la Contraparada; 

continuo por la mota del Segura hacia Ribera de Molina 

y la Vía Verde de Molina de Segura, 

cuna de tres ilustres personajes: Virginia Martínez (Molina de Segura 1979) directora de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia desde 2012 y de la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia desde 2017.

Graduada en Piano y Armonía por el Conservatorio Superior de Música de Murcia, fue becada por la Fundación Séneca donde estudia Dirección de Orquesta con Georg Mark.

Ha dirigido orquestas en Barcelona, Principado de Asturias, Granada, Córdoba o la Wiener Kammerorchester.

En enero de 2004 es nombrada ‘Joven del Año’ por la Consejería de Juventud de la Región de Murcia, en 2018 fue elegida Mujer Murciana del Año y ha sido elegida como una de las “Mujeres del Año” en la IX edición de los premios que concede la revista de ámbito nacional “Mujer Hoy”.

Nuestro siguiente ilustre Pepe Yagües (Molina de Segura 1968), pintor, grabador y escultor, 

sus obras son creadas, como un prodigio estético, técnico y poético 

cuya temática surge de los grandes mitos generados a lo largo de la historia: el minotauro, el caballo de Troya, la escultura griega, etc.

Los materiales usados en sus obras son diversos: madera, aluminio, acrílico, hierro, papel, grafito, etc. En 1985 inició sus estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia, continuó en la Facultad de Bellas Artes 'Alonso Cano' de Granada. En el año 1991 el Ministerio de Educación le concedió una beca para ampliar sus estudios artísticos en el campo del grabado sobre madera.

Se licencia en la Facultad de Valencia (1992) en grabado y estampación, acumula premios concedidos por la Fundación Cañada Blanch (Valencia), el Concurso Internacional de Cebreros (Ávila), además de una Mención de Honor en el IV Concurso de Grabado de la Ciudad de Burgos.

En el año 1997 presenta la edición 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada' de Pablo Neruda, participando con sus personales grabados también en la Exposición de Arte Contemporáneo (ARCO). En 1999 presenta 17 grabados con 17 poemas de Federico García Lorca, en la edición Guitarra abierta.

Ha participado en numerosas exposiciones nacionales e internacionales y en un programa experimental de esculturas itinerantes Ojos de Luna por un circuito de hospitales y residencias geriátricas.

El tercer personaje ilustre, el mas internacional y quizás menos conocido de los murcianos, es Charo Baeza (Molina de Segura 1951), cantante, bailarina, cómica, actriz y guitarrista española; logró alcanzar el manido sueño americano y recibió el galardón a la mejor artista del año en Atlantic City (Estados Unidos), en un certamen donde competía con estrellas de la talla de Frank Sinatra o Ann Margret (Charo Baeza, cobraba más dinero por actuación en Las Vegas, que el propio Frank Sinatra).

Contaba solo 16 años cuando se casó con el músico Xavier Cugat (66 años); 

acrecentó su fama con la aparición en largometrajes norteamericanos a finales de los años 60, diversos programas televisivos como en un episodio de ‘Los Simpsons’ (El viejo y la llave), 

los espectáculos ‘Charo in Concert’ en el Riviera Hotel & Casino de Las Vegas, The Sonny and Cher Show, La hora de Carol Burnett', The Dean Martin Show o The Brady Bunch Hour.


En 1981, la Asociación de la Prensa le otorgó uno de sus Laureles, al considerarla la murciana más universal y el diario Línea mostraba fotos de la diva con Elvis Presley, 

Ray Charles o con el Secretario de Estado americano, Henry Kissinger (el todopoderoso político había asistido a la inauguración de la nueva casa de la murciana). Reconoció que en su hogar de Las Vegas, mantenía un pequeño huerto donde cultivaba habas, además afirmaba beber vino en porrón jumillano y comer morcillas.



En junio de 2019 ‘The New York Times’ se rendía ante la artista en un amplio reportaje titulado «Gracias al cielo por Charo». Posee el honor de ser la actriz invitada con más apariciones en Vacaciones en el Mar.

Tras separarme unos metros de la vía verde y cruzar la carretera, hago una foto del Mudem, Museo del Enclave de la Muralla, espacio cultural museístico creado con el objetivo de proteger y difundir los restos de la muralla de Molina de Segura rescatados en 2004, el Ḥiṣn Mūlina andalusí. Un apasionante recorrido por la historia de esta típica fortificación de origen andalusí entre los siglos XI y XVI. En su interior cuenta con un auditorio (500 m2 y 240 butacas) lleva el nombre de Virginia Martínez Fernández.

Cruzando bajo la carretera de Molina y el puente sobre el Segura

 me dirijo a la Torre Vieja de Alguazas

 y la unión del Segura con el Río Mula, 



pedaleo por la mota al Edar de las Torres de Cotillas

 y Los Carambas hacia la Contraparada; tomo un sendero entre limoneros cruzando Javalí Nuevo 

hacia el Parque del Acueducto de Alcantarilla, 

la plaza donde nació y lleva el nombre de nuestro ultimo ilustre: Pedro Jara Carrillo (Alcantarilla 1876-1927). A los 15 años, decide trasladarse a Murcia para comenzar sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal. 

Comienza su pasión por la literatura y los primeros trabajos para distintos periódicos, El Diario de Murcia o El Correo de Levante, sus cualidades poéticas despiertan mucho interés, así que en 1904 se hará cargo de la dirección de Región de Levante y años más tarde (1911) de El Liberal, periódico del que estuvo al frente hasta su muerte.

Inició una cruzada en la lucha por el compromiso en el plano social y político, solidarizándose con con las necesidades del pueblo murciano. 

Su tesón se vio recompensado con la creación un Conservatorio Superior de Música (donde más adelante impartirá clases de Declamación), de una guarnición en la ciudad del Regimiento de Artillería, la construcción del Pantano de la Fuensanta, las obras de abastecimiento de agua para Murcia y Cartagena, canalizaciones de aguas del Taibilla o la creación de las Escuelas Graduadas, aunque uno de sus mayores triunfos (gracias a la intervención de Juan de la Cierva), fue la consecución del permiso para crear una Universidad en Murcia en 1915.

Fue uno de los poetas y periodistas más brillantes de su época, ocupó durante tres años (1920-1923) un puesto de Concejal en el Ayuntamiento de Murcia. Murió en su casa del Paseo del Malecón a causa de una enfermedad, le impidió en 1927, escuchar la primera interpretación del Himno a la Virgen de la Fuensanta de cuya letra es autor. Como escritor abarcó poesía, prosa, cuento y teatro. El Ayuntamiento de Alcantarilla erigió en su honor un busto

 y el de Murcia, en el Jardín de Floridablanca, un monumento. 


Sus restos yacen junto a Ramón Gaya y Párraga, en el cementerio Nuestro Padre Jesús, un obelisco hace llamativo su sepulcro. Sus últimas palabras fueron: "No os esforcéis, esto se acaba".

Esta duplicidad de homenajes hacen que me busque el carril bici de vuelta a Murcia

 e intente pasar por el Jardin de Floridablanca, solo que por el calor excesivo que venimos padeciendo se encuentra cerrado,

 únicamente me resta volver por carril bici al “Puente Compresa” de vuelta a la salida.

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