Cotos Mineros Cristóbal y Pedreras-Calas y Gredas de Bolnuevo-Yacimiento Cabezo del Plomo

 

Accedo desde la Autovía Totana-Mazarrón (RM-3), a su final en la rotonda, continuo por la RM-332 y en la siguiente rotonda hacia Mazarrón, aparco en el Mercadona. Cruzo la carretera pedaleando al Alba por pista paralelo a la Rambla de las Morenas; 

rodeando una azulejera al IES Felipe II, 

asciendo al Coto minero del Cerro San Cristóbal. 

La población de Mazarrón vivía de la agricultura, pesca y comercio portuario (importación y exportación de cereales, esparto, salitre, sosa, carbón y mineral), la manufactura de sal y de las estancias vacacionales playeras, pero desde antiguo ha estado ligada a la minería; 

fenicios y romanos explotaron los Cotos de Mazarrón, San Cristóbal y Los Perules, las Pedreras y Coto Fortuna, extrayendo minerales de plomo y plata.

Tras rodear el Conjunto San José, 

reúne una buena muestra de estructuras mineras que sueles estar dispersas; posee incluso lavaderos propios de mineral y aún se conservan los pilares que soportaban las cintas transportadoras, 

provenientes de la disposición escalonada, su tolva es de embudo tronco piramidal fabricada en hormigón, dispone de nueve piletas y dos balsas de decantación.

Salgo al carril bici de la carretera RM-D4 hacia Leyva; la dejo por el Camino del Mosquito 

con vistas del Coto Minero de las Pedreras Viejas, 

destacan su altiva chimenea de máquina de vapor, el castillete de metal y mampostería con 6 patas y torre rectangular, 

la casa de máquinas con puertas y ventanas cegadas, restaurada por su propietario y ahora con el recinto vallado. Este distrito estaba compuesto por las minas: Semirámides y Cleopatra, Purísima Concepción, Santa Isabel, San Francisco y La Mazarronera.

Corto la RM- 332, 

cruzando por el Puerto de los Morales 

sobre el túnel de la AP-7 en las Sierras de las Herrerías y las Moreras; 

inicio el descenso al Barranco del Rosarico, cruzando bajo la Autovía del Mediterráneo 

a la entrada de Cañada de Gallego, donde tomo larga recta entre cultivos bajo plástico

 a la Playa Cabezo de la Pelea.

Paso bajo un sombreado túnel de tarays en la Rambla de Villalba

 a la Playa del Hondón del Fondo, 


donde echo un vistazo a la maltrecha y ahora pintarrajeada Villa García. 



A finales del siglo XIX e inicios del XX, las familias burguesas y adinerada formada por ingenieros, inversores y empresarios relacionados con la industria minera y metalúrgica, levantan llamativas residencias de verano como Villa García. 

Fue mayormente propiedad del matrimonio formado por Pedro García Caparrós (gerente de la Metalúrgica Santa Elisa desde 1885 y alcalde de Puerto de Mazarrón) y Francisca González Orozco, ambos de Vera (Almería).



 Contaba con una entrada de dos puertas, una para vehículos (carros, automóviles) y otra para peatones, ambas de madera y hierro; 

se alza sobre un montículo amesetado, está delimitada por dos muros de contención, flanqueada por dos huertos, 

su estilo neoclásico lo conforman elementos decorativos de formas clásicas y motivos vegetales. Consta de cuatro habitaciones y otras dependencias anexas.

Faldeando la Sierra de las Moreras por la pista principal, voy pasando las distintas entradas a las Calas de Bolnuevo 

y el paso del "cañón rojo", con vistas de la Isla Cueva de Lobos (hasta hace pocos años eran visibles las últimas focas monjes del Mediterráneo); 

rodeando la Playa del Rincón, 

tomo asfalto 

en descenso al Oasis y la Ciudad Encantada de las Gredas de Bolnuevo,

 sus espectaculares formaciones geomorfológicas, 

modeladas por la acción del viento y del agua, 

constituidas por areniscas y conglomerados con distinto grado de compacidad, prevaleciendo los de mayor resistencia (conglomerados) a los procesos de abrasión, creadores de la erosión alveolar que las hace especialmente atractivas.

En una maniobra envolvente sobre las gredas, asciendo un rampón para internarme por la urbanización Playasol 

hacia la desaladora Virgen del Milagro, 

donde se inicia el fuerte ascenso, encementado en su inicio, 

al cerro amesetado (86 msnm) del conjunto arqueológico del Cabezo del Plomo, 

un yacimiento con una extensión de 3.200 m², 

se observan las réplicas de unas sepulturas megalíticas de tipo tholos con túmulo circular, destruidas por la actividad de una cantera, que abastecía de material la construcción del puerto deportivo de Mazarrón.

En el poblado fortificado, a caballo entre el Neolítico final y principios del Calcolítico levantino,

 puede contemplarse, en la zona baja del cerro, restos de un enterramiento en tholos, testimonio del megalítismo en la zona y en la parte elevada se conservan la muralla y las cabañas circulares.


Las viviendas son de estructura circular, algo ovalada y conservan parte del zócalo de piedra. Como se han datado 11 habitaciones y 8 bastiones, es posible que conviviesen entre 80 y 100 habitantes. 

Dentro del poblado, se encontró abundante cerámica, objetos de adorno realizados con material marítimo, puntas de flechas con aletas y de silex; 



el topónimo del yacimiento procede de una cueva situada dentro del mismo poblado, 

junto a una de las casas, esta cavidad sería de gran utilidad para los habitantes del poblado, al contener un acuífero, en la actualidad seco dado el gran uso que se ha dado de sus niveles freáticos para la agricultura de regadío de la zona.

La erosión de este suelo es notable dada su composición (pizarras, gneis, cuarcitas, filitas y esquistos) y la ausencia de una vegetación más allá del matorral; quedando reducida la actividad agrícola, la pesca tuvo, junto a la caza y, en menor medida, la ganadería, resultaron fundamentales en la economía del poblado.

Comienzo el descenso con grandes vistas sobre el Golfo de Mazarrón, 

cruzando bajo la carretera a Bolnuevo y la Rambla de las Moreras a la Depuradora de Mazarrón; 

la pista cambia a la Rambla de los Rincones 

y avanza paralela a la RM-332 

para dejarme en mi destino.

Descargar track



Comentarios