Almadenes-Embalse de Alfonso XIII-Salinas de la Ramona-Bco de la Mota-Sierra del Almorchón-Embalse del Cárcabo

 

Accedo desde Murcia por la autovía A-30, enlazo pasado Cieza por la comarcal 330 dirección Mula (Embalse del Quipar señalizado con 17 km), desviándome por El Ginete al cruce entre carreteras, (una propiedad de la Confederación Hidrográfica del Segura) y la de Almadenes (señalizada con 3 km), aparco justo antes de la bifurcación (38°13'45.84"N 1°31'35.67"W).

Parto pedaleando por la derecha 

hacia las Casas de la Veredilla, sigo a la derecha en el cruce

pisteando al Azud del Molino de la Olla sobre el Río Segura,

aunque he de huertear unos metros entre caquileros; el caqui, Kaki o Palosanto es el fruto del caquilero (Diospyros kaki), árbol caduco originario de Asia; 

salgo por las ruinas de Almadenes a la carretera.

Tras 900 m, cambio de dirección por la Vereda de la Manga del Fraile rodeando la Sierra de la Palera, 

enlazo con la Carretera Caravaca, 

asciendo un puertecillo

 y paso por las instalaciones del Embalse de Alfonso XIII,

 embalsa las aguas del río Quípar, 

afluente del Segura con varias islas y abundantes barbos; hago una parada en su mirador










con fantásticas vistas del embalse, 

cruzo por el primer túnel, 

la coronación de la presa y el segundo túnel.

Veo un antiguo acueducto

 y cruzo el Barranco de Alcaire en la Sierra de La Albarda, camino de las Salinas de la Ramona en el paraje de la Fuente del Llano.

En 1564, se hace con las Salinas de La Ramona la Corona hasta finales del siglo XIX, que pasaron a manos privadas. 

Son las salinas de interior de mayor tamaño y complejidad estructural de la Región, se han explotado hasta hace 21 años.

Un manantial de agua salada situado en el inicio de la rambla del Barranco del Salero, con estanques de evaporación y cristalización es el protagonista. 

El agua de las balsas pasaba a las eras o tablados (donde se evapora fácilmente) 

y de allí se recogía la sal, tardaba 21 días en ser producida si la temperatura era entre 35 y 40 °C. 

La sal se recogía con rastros de madera o hierro, se cargaba en sacos y se llevaba al alfolí, 

almacén de una sola planta cubierta de cañizo y rollizos, sustentada por tres grandes arcos adosados en las paredes.

Retomo la carretera durante 2,43km, giro a la izquierda

por pista con algo de barro

hasta el vadeo del Río Argos, 

donde resulta del todo imposible cruzarlo entre el agua que baja y el barrizal que se ha formado, 

los surcos de quienes lo han intentado sin resultado dan fe; 

como ya iba prevenido no resulta ninguna sorpresa; me toca retornar aprovechando un mirador

 para disfrutar del entorno y,

 como no hay bien que por mal no venga, le había echado el ojo a un sendero que transcurre por el fondo del Barranco de la Mota,

 aunque contiene pedruscos desequilibrantes lo prefiero al asfalto.

Salgo a la pista en Puerto Chico

en busca del Camino de la Fuente de la Murta; 

rodea la Sierra del Almorchón, 

con un paisaje impresionante por sus formaciones rocosas y lo elevado del Almorchón, 

aunque lo mas destacado entre las crestas, 

es mi peñón, el “Peñón de Antonio”;

una vez rodeado, 

desciendo desde el cruce pistero a la entrada de las instalaciones del Embalse del Cárcabo; presa de gravedad construida a finales de 1992 y con una superficie de 33.00 ha; 

 

lo examino desde abajo a pie de agua

 y desde la coronación de la presa.

De vuelta a Puerto Chico, giro a la derecha por la Carretera Caravaca, pasando por la cerrada

 que forma el barranco de la Mota, donde se practica la escalada; 

solo me resta dejarme caer al aparcamiento.

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